Todos los que tenemos ciertas edades recordamos el boom de las telenovelas latinoamericanas, allá por los ochenta y principios de los noventa, incluso ya entrados en el nuevo siglo. Títulos como Yo Soy Betty la Fea, interpretado por la actriz colombiana Ana María Orozco, fue un auténtico fenómeno cultural. También triunfó enormemente una producción colombiana titulada Café con aroma de mujer, emitida en 1994 y considerada por los críticos como la mejor telenovela colombiana de todos los tiempos. Hace poco, una nueva versión de esta telenovela aterrizó en Netflix y desde entonces no para de cosechar éxitos. A pesar de que parecía que las telenovelas turcas no iban a tener rival, resulta que las producciones colombianas han vuelto a plantar cara y han reclamado su lugar en el pódium.
Una historia de amor con obstáculos
En la serie original, la de 1994, viajamos al corazón de una plantación de café donde una pareja, Gaviota y Sebastián, protagonizados por Margarita Rosa de Francisco y Guy Ecker, se enamoraron perdidamente. Pero venían de mundos opuestos: ella era una recolectora de café en un campo que pertenecía al abuelo de Sebastián. Su amor parecía condenado a la desgracia —y hubo centenares de personas que intentaron torpedearlos—, pero consiguieron superar los obstáculos. La historia atrajo a tantos espectadores que hubo días en que concentró el 65% de la audiencia televisiva. De 1994 a 1999 ostentó el récord de ser la telenovela más vista en la historia de la televisión colombiana. Tan sólo perdió su estatus cuando apareció en pantalla Yo soy Betty, la fea.
Pasados los años, se intentó resucitar el fenómeno de audiencia de Café con aroma de mujer y se produjeron nuevas versiones. En el 2001, en la TV Azteca de México, se estrenó Cuando seas mía, protagonizada por Silvia Navarro y Sergio Basáñez. Seis años más tarde, en el 2007, y también en México, se emitió Destilando amor con Angélica Rivera y Eduardo Yánez. Como anécdota curiosa, esta vez el café fue sustituido por tequila. En ambos casos, las audiencias fueron entusiastas, sobre todo en el caso de la última versión. Uno de los capítulos de Destilando amor se convirtió en el programa más visto de Televisa.
Café con aroma de mujer: un nuevo éxito
Desde luego, parece que a esta serie le persigue el éxito, porque el último remake de Café con aroma de mujer, producido por RCN Televisión en 2021, ha vuelto a triunfar. Esta vez incluso más que con las versiones anteriores. Y eso que cuando apareció por primera vez en Telemundo, en mayo del 2021, no tuvo una excesiva repercusión. La telenovela vivió un buen arranque pero fue perdiendo audiencia vertiginosamente. En algunas ocasiones, según publicó la versión en español de People, llegó a situarse por debajo de 800.000 telespectadores, un dato muy alejado de las cifras que suele ostentar Telemundo. Sin embargo, y aquí vino la sorpresa, cuando Netflix la incluyó en su programación, la telenovela empezó a arrasar en todo el mundo.
¿Qué es lo que vio el mundo que no se vio originariamente? Para comenzar, muchos fuera de Colombia, o incluso de América latina, probablemente no habían visto la versión original de Café con aroma de mujer, por lo que no conocían la trama ni a los personajes. De ahí que descubrieran por primera vez una historia que, siendo sinceros, tiene todos los visos de atraer a la audiencia: amores a primera vista pero con numerosos obstáculos por delante, luchas de clase, romanticismo, pasión, intrigas, complots, giros inesperados de guion y muchos momentos de diversión. Pero incluso a aquellos que lo vieron inicialmente, la nueva versión de Café con aroma de mujer ofrecía nuevos elementos para mantenerlos pegados a las pantallas.
Los rasgos principales de la historia, por supuesto, son idénticos. Como cada año, Teresa Suárez, apodada “La Gaviota” (interpretada por Laura Londoño), y su madre, Carmenza (Katherine Vélez) viajan a la hacienda Casablanca para recolectar el café de la segunda época del año. Cada vez que acuden a la finca piensan si aquel año será el último en que acudan como cafeteras pues un día tendrán su propia tierra. Y un año parece que su sueño se va a hacer realidad: Octavio Vallejo, el propietario de la hacienda, se ve envuelto en un intento de secuestro y Gaviota consigue salvarlo. Para agradecerle su valentía, Octavio le promete que les dará por fin una hectárea de tierra donde poder plantar su propio café.
Pero la suerte se tuerce: Octavio Vallejo muere sin que el trozo de tierra haya sigo asignado formalmente. Gaviota intenta que el heredero de Octavio, su hijo Sebastián (interpretado por el actor cubano William Levy), cumpla la palabra de su padre. Pero no contará con que, justo en ese momento, entre Sebastián y ella surgirá una atracción instantánea e irresistible. El suyo es un amor a primera vista, pero un amor condenado al fracaso: al fin y al cabo, ambos vienen de mundos opuestos. Además, él se casa con Lucía, aunque el matrimonio será turbulento. Lucía, interpretada por Carmen Villalobos, es una villana de manual con motivos perversos para seguir con su marido.
Una de las claves del éxito de la telenovela, además de que los protagonistas son guapísimos, con cuerpos perfectos y sin duda hay química entre ellos, es que Sebastián resulta el tipo de hombre por el que toda mujer sueña o, cuando menos, desearía como marido, mejor amigo o yerno. Además, Gaviota no es una Cenicienta al uso —pasiva, simplemente a la expectativa de que aparezca su príncipe y le proponga matrimonio—. Ella es fuerte y emprendedora, decidida y valiente, ambiciosa y con una gran visión como empresaria. Por no decir que canta: Café con aroma de mujer está repleta de canciones que, por cierto, la propia Laura Londoño canta ella misma. Pasión, belleza y empoderamiento femenino: es una fórmula demasiado potente como para fracasar en la pantalla.
Trampolín hacia el éxito
Obviamente, el éxito de Café con aroma de mujer ha lanzado al estrellato a sus protagonistas, sobre todo al actor cubano William Levy, al cual ya vimos en telenovelas latinoamericanas como Pasión, Cuidado con el ángel, Sortilegio y Triunfo del amor.
De hecho, se sabe que después de triunfar en papeles de galán en varias telenovelas de México y Miami, intentó probar suerte en Hollywood y llegó a protagonizar una película con Jennifer López, I’m Into you (2011). También estuvo una temporada en Dancing with the Stars y lo llamaron para Addicted, un drama erótico que cosechó pésimas críticas. Luego vino su momento álgido con Resident Evil: The Final Chapter, una de estas películas taquilleras que tendrían que haberlo convertido en una estrella. Pero no lo hizo. Levy acabó harto de Hollywood y de que lo encasillaran en roles de latino. Un día después de cumplir los cuarenta años, en agosto del 2021, dio una entrevista en donde proclamó su decepción: “Llega un momento en el que uno tiene que aceptar las cosas (…) me decían que era demasiado rubio para ser latino, demasiado latino para ser americano”. Así que hizo las maletas y regresó a América Latina.
A pesar de que había dejado las telenovelas atrás, en cuanto William Levy leyó el guion de Café con aroma de mujer, supo que tenía una gran oportunidad por delante. Y no se equivocaba. La serie fue estrenada en Netflix el 29 de diciembre. A mediados de enero, ya la habían visto 100 millones de espectadores.
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