Uno de los hechos más interesantes de seguir la guerra de Ucrania, no solamente por los medios convencionales, sino también a través de las redes sociales, en especial Twitter, es que recibes mucha información sobre el conflicto, alguna de ella relevante, que se ve en poco tiempo publicada en periódicos de cabecera, y otras cosas que pasan inadvertidas, pero que son, o parecen ser importantes. Un ejemplo de ello son los comentarios de los diferentes políticos ucranianos, como el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, o el ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, como también aquello que explican los medios locales. Otra, por ejemplo, como los continuados incendios que sacuden Rusia, que son filmados y publicados por cuentas anónimas principalmente, pasan inadvertidos pero no dejan de ser relevantes.
Los depósitos de combustible de Dzerchinsk, Mytlshchl y Belgorod; las bases militares de Usseriysk, Briansk y Millerovo; la refinería de Riazán; las fábricas vinculadas a Defensa de Belgorod, Briansk, Dmitrtievsky, Perm y Kurgan; las oficinas de reclutamiento de Ivanovo, Mordovia, Sverdlovsk, Nizhenevartovsk y Vorenzh. Y moscovitas, el Instituto de Investigación del Ministerio de Defensa, el Instituto de Investigación Central, la mansión del gobernador de Moscú, los almacenes de la capital, el centro comercial Silk Road, y una estación de policía. Entre otros, como una comisaría en Irkutsk. Todas estas infraestructuras tienen en común que han ardido desde que empezó la guerra de Ucrania.
No se sabe si hay detrás un movimiento de resistencia a la guerra, o son movimientos esporádicos, pero son ataques contra puntos importantes del oeste de Rusia
No se sabe si hay detrás un movimiento de resistencia a la guerra de carácter organizado, si son movimientos esporádicos o si es fruto del descontento social con el gobierno y las medidas que ha adoptado a consecuencia de ella. Sea como fuere, se trata de ataques contra puntos importantes del oeste de Rusia, algunos de ellos a pocos centenares kilómetros del frente. Otros se encuentran en la costa del Pacífico. Pero a través de las redes sociales, y la posterior verificación de los datos, se van confirmando uno a uno los focos de incendios. Esta última semana un joven atacó la oficina de reclutamiento de Nizhnevartovsk y otro la de Cherepovets.
Estos movimientos quizás pasarían inadvertidos para un público general, o en una guerra convencional, pero en esta, donde Twitter es un campo de batalla más, vinculado al relato, y TikTok no deja de ser un frente de propaganda que va más allá de los medios convencionales, no. Hay vídeos de jóvenes lanzando cocteles molotov y otras bombas incendiarias contra las oficinas de reclutamiento. se han vuelto virales las imágenes de los incendios de refinerías, incluso de polvorines y factorías de recambios. Incluso videos de rusos reaccionando a dichos incendios también se han vuelto virales.
De la misma manera que a través de la localización de las tarjetas SIM de los teléfonos que llevan consigo los soldados rusos se ha podido trazar un mapa, de donde se encuentran los principales contingentes. El hecho de estos videos de incendios, provocados o no, también ha ayudado a trazar el recorrido de las rutas de aprovisionamiento que utiliza Rusia para llegar hasta el frente. Es cierto que hay una correlación entre los efectos de dichos incendios, como también en algún punto se han llegado a sabotear trenes, con la situación en el frente y las imágenes que nos llegan de él.
Así pues, la invasión rusa de Ucrania es la primera que se narra en gran parte a través de las redes sociales, y no solamente a través de perfiles especializados. Donde una persona con acceso a internet, con perfil en Twitter o TikTok, puede seguir cuentas que informan al minuto de lo que va sucediendo en el frente. Y no solamente esto, sino que también a través de Telegram puede entrar a grupos de información ucranianos, no solamente de agencias, sino también de unidades del ejército que donde se narra como es la ofensiva o que se planea hacer. Como también webs de mapas, como LiveMap, que actualiza constantemente las novedades que van llegando. Sea a través de prensa, perfiles anónimos o cuentas verificadas.
En conclusión, no se puede afirmar si los continuados incendios contra infraestructuras y edificios gubernamentales irán a más. O si la misma situación se vivirá en Bielorrusia en breve. Hay un hecho que apunta la organización OVD, que sigue la persecución política en Rusia y presta asistencia jurídica a los opositores, y es que cada vez hay más gente protestando contra la guerra y contra el gobierno alrededor del país. Hasta el punto de que personas con pancartas en blanco son detenidas en Moscú, San Petersburgo, Novosibirsk u otras ciudades. Tendremos que estar atentos, no solamente al frente, sino también a todo lo que vaya sucediendo alrededor de él.
Guillem Pursals es politólogo, máster en Seguridad, especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado.
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