En pleno encontronazo entre el Gobierno y las eléctricas –singularmente Iberdrola- por el cierre de centrales de carbón, con cruce de duras acusaciones y decretazos en ciernes, el protagonismo de estas plantas en la generación eléctrica no deja de crecer.
El actual está siendo un año malo para el sistema eléctrico español, porque la sequía ha hundido la producción con centrales hidráulicas y porque un descenso de las horas de viento ha hecho resentirse también a la eólica. Sin agua y sin viento, el sector está disparando la quema de carbón y de gas natural para producir electricidad, con incrementos del 40% en lo que va de año.
El carbón, el gas e incluso la eólica rebasaron el mes pasado a la nuclear, y la desbancaron como primera fuente de producción eléctrica. Las centrales de carbón generaron un 21,9% de toda la electricidad del sistema en noviembre, las plantas de gas natural un 21,6% del total, la eólica un 18,2%, mientras que las nucleares redujeron su aportación hasta el 16,9%, según las estimaciones que maneja Red Eléctrica de España (REE), el gestor del sistema eléctrico nacional.
La caída del peso de la producción nuclear es consecuencia del parón, más largo del inicialmente previsto, de la central de Cofrentes (Valencia), que estará casi tres meses cerrada por una avería. En el conjunto del año, las nucleares siguen siendo la principal fuente del país, con un 22,7% de toda la electricidad producida.
El carbón se pone en cabeza justo cuando el Gobierno y eléctricas choquen por el cierre de las centrales. El Ministerio de Energía ha encontrado las vías legales para prohibir el cierre de centrales eléctricas. El Ministerio de Energía ha acelerado los trámites para dotarse de nuevas herramientas y ultima la aprobación de un real decreto tras el órdago lanzado por Iberdrola al solicitar por sorpresa el cierre de sus últimas dos centrales de carbón.
Choque del Gobierno y las eléctricas
El Ministerio de Energía, comandado por Álvaro Nadal, considera que el establecimiento del peso que debe tener cada tipo de energía (nuclear, renovables, carbón, gas natural…) en la generación de electricidad es un eje fundamental de la política energética y medioambiental del Gobierno, y que no puede dejarse al arbitrio de las decisiones económicas de las compañías eléctricas.
El Gobierno pretende tanto cumplir con los compromisos medioambientales fijados por la Unión Europea como la contención de los precios eléctricos para garantizar la competitividad de la economía nacional. Y para ello, el Ejecutivo considera que para ello es necesario mantener operativas todas las tecnologías energéticas y no prescindir de ninguna de ellos al menos durante la próxima década.
Esto es, el Ministerio no está dispuesto a permitir que se cierren centrales nucleares y en principio tampoco plantas de carbón, como amenazan con hacer las compañías eléctricas. Iberdrola ha amagado con prescindir de todas sus nucleares y ha solicitado el cierre de sus dos últimas plantas de carbón, y Endesa también pretende clausurar en 2020 sus centrales de carbón nacional.
Según las estimaciones que maneja el Ministerio de Energía, el cierre de todas las centrales nucleares supondría un incremento del precio de la electricidad de un 25% y la clausura de las plantas de carbón elevaría el coste un 15%. Prescindir de ambas impulsaría el precio de la electricidad un 40%, según las proyecciones gubernamentales.
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