Los líderes políticos del gobierno han de "asumir la responsabilidad por las fiestas celebradas en Downing Street durante el confinamiento", según el informe realizado por Sue Gray sobre el llamado Partygate. En alguno de estos eventos el primer ministro celebra copa en mano, como puede verse en varias fotos que acompañan el documento. Las fiestas fueron más allá que breves encuentros entre colegas: algunas se prolongaron hasta las cuatro de la mañana y los empleados de limpieza se encontraron vino por las paredes y restos de vómitos.
En la comparecencia ante el Parlamento, el primer ministro británico ha tratado de minimizar su participación en estas celebraciones, y ha incidido en que la mejor manera de servir al país es crear empleo y es lo que hace su gobierno. "Renuevo mis excusas al Parlamento y a todo el país por haber participado en alguno de esos encuentros. Asumo la responsabilidad", ha dicho Boris Johnson, a la vez que ha agradecido a Sue Gray por su trabajo. "Estoy avergonzado y he aprendido la lección", ha concluido. El primer ministro mantiene que siempre creyó que asistía a "reuniones de trabajo" en las que quería agradecer el esfuerzo realizado en tiempos tan difíciles.
Para "dar contexto" ha señalado que en un periodo de 600 días, las reglas se violaron en ocho ocasiones, en un edificio de 5.300 metros cuadrados".
A su vez, ha tratado de exculpar a quienes participaron en las fiestas, debido a la presión a la que estaban sometidas en esos momentos por la pandemia. También ha remarcado que se han introducido cambios y así lo destaca Sue Gray.
El líder laborista, Keir Starmer, ha señalado que "este primer ministro es el primer en violar la ley estando en ejercicio". Ha exigido a Boris Johnson que realmente asuma la responsabilidad por las fiestas organizadas en Downing Street durante el confinamiento y no se limite a pedir de nuevo perdón. "Esto trata de confianza", ha subrayado Starmer, quien juzga que Boris Johnson ha fallado la confianza del pueblo británico y del Parlamento.
"Si se prueba que no he respetado las normas, dimitiría. No todo los políticos somos iguales", ha remarcado. "Ha de restaurarse el honor de Downing Street. No puedes ser un hacedor de leyes y un violador de leyes".
La mayoría de los británicos (59%) cree que Boris Johnson debería dimitir por el Partygate. Sigue contando con el apoyo de los votantes conservadores: entre ellos, el 27% apoya su renuncia. Sin embargo, una aplastante mayoría de laboristas (88%) demanda su marcha, según la última encuesta de YouGov.
Fallo de liderazgo y de juicio
En el informe, sin embargo, no está contemplada la celebración a la que el primer ministro fue voluntariamente, el 13 de noviembre de 2020, justo cuando Dominic Cummings, el entonces spindoctor de Johnson se vio forzado a dejar su puesto. Cummings estaría detrás de las revelaciones de estas fiestas. Era una reunión organizada por su pareja, Carrie Symonds, en el apartamento de Downing Street. Aquello no era un encuentro de trabajo.
Según el informe Gray, "lo que ocurrió en muchas de estas reuniones y el modo en que se desarrollaron no se ajustaba a las orientaciones de Covid en ese momento. Incluso teniendo en cuenta las extraordinarias presiones a las que estaban sometidos los funcionarios y asesores, las conclusiones fácticas de este informe ilustran algunas actitudes y comportamientos incompatibles con dichas orientaciones. También está claro, a partir del resultado de la investigación policial, que un gran número de personas (83) que asistieron a estos actos infringieron la normativa Covid y, por tanto, las directrices Covid".
Destaca Gray cómo a los actos investigados asistieron dirigentes del gobierno. "Remarco lo que me parece un fallo de liderazgo y de juicio en el número 10 y en la Oficina del Gabinete", destaca la funcionaria responsable del informe. "Algunos de los funcionarios de menor rango creían que su participación en algunos de estos actos estaba permitida dada la asistencia de los altos dirigentes. Los altos cargos, tanto políticos como oficiales, deben asumir la responsabilidad de esta cultura", añade el informe.
Señala Gray cómo la cuestión de las medidas disciplinarias que deben adoptarse ahora "queda fuera del ámbito de este informe y debe ser considerada por otros".
Y añade la funcionaria en el texto: "Muchos estarán consternados por el hecho de que un comportamiento de este tipo haya tenido lugar a esta escala en el corazón del Gobierno. El público tiene derecho a esperar los más altos estándares de comportamiento en estos lugares y, claramente, lo que sucedió estuvo muy por debajo de esto. Sin embargo, creo firmemente que estos hechos no reflejan la cultura imperante en el Gobierno y la Administración Pública en ese momento. Muchos miles de personas de todo el país trabajaron incansablemente para lograr resultados en tiempos sin precedentes".
El primer ministro británico estaba en serias dificultades a principios de año debido a las revelaciones sobre las fiestas en Downing Street durante el confinamiento. Sin embargo, supo ganar tiempo primero. Y luego la invasión rusa de Ucrania le dio la oportunidad de buscar una salida hacia delante. Veremos si ahora sobrevive.
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