A falta de que se celebre el Debate sobre el estado de la nación la próxima semana, y finalizado el periodo de sesiones ordinario en el Congreso de los Diputados, los partidos políticos se encaminan hacia las vacaciones hasta septiembre. No obstante, una vez quede cerrado las tres jornadas de pleno, donde Pedro Sánchez deberá rendir cuentas como presidente del Gobierno, después de siete años sin que la cámara baja acoja este evento, el PP comenzará a cerrar los congresos regionales que aún quedan pendientes de cara a las próximas elecciones autonómicas de mayo de 2023. Está estimado que sea a finales de agosto cuando queden aprobadas las fechas aún restantes, en territorios como Asturias, Cantabria, La Rioja o Navarra. "Hay que barajar nombres, encuestas y diversos perfiles" que beneficien al partido, afirman desde la sede nacional de los populares.
Ya con los cónclaves de Murcia o Extremadura cerrados en el calendario, la región que más inquieta es Navarra, por su complejidad actual. Tal y como ha publicado este medio, el PP cree que Vox ha tocado techo pero teme su auge en la comunidad por el cisma de UPN. Según ha podido saber El Independiente, el escenario navarro preocupa especialmente a los populares, que mantienen la coalición Navarra Suma (NA+) con el partidos regionalista de Javier Esparza y con Ciudadanos. Por encima de otras comunidades autónomas. Por un lado, la formación naranja se niega a reeditar la confluencia constitucionalista junto al PP, un partido que, según el diputado Guillermo Díaz, "no combate la corrupción". Tampoco queda claro si conseguirá sobrevivir por sí sola en la región una vez quede alumbrada la nueva marca posrefundación. Por otro lado, y principalmente, las pugnas internas de la Unión del Pueblo Navarro dejan aún más tocado al espacio de centroderecha frente a el PSOE, Geroa Bai o EH Bildu.
Frente a la incógnita de Cs, lo que más preocupa al PP es en lo que degenerará la nueva Plataforma Navarra (PA) de los diputados nacionales Sergio Sayas y Carlos García Adanero. Los díscolos de la reforma laboral, expulsados de la UPN por negarse a acatar el voto favorable al Gobierno ordenado desde Pamplona, podrían encontrar una manera de potenciar su nuevo proyecto junto a Vox en la región. Las relaciones parlamentarias en las Cortes entre ambas partes son cordiales y, además, a los de Santiago Abascal se les resiste el territorio: consiguieron un 1,29% de los sufragios en mayo de 2019, en las autonómicas, y el 5,86% en las generales. Una fusión, podría acelerar su entrada y reforzar a Sayas y García Adanero.
"Nosotros vamos a hablar con todo el mundo", indican en Génova, que apuntan como prioridad, antes de renovar allí la cúpula del PP navarro, ser conscientes de la fórmula que se querrá seguir: repetir NA+ con UPN e intentar ligar a la PA dentro; resignarse a mantener la alianza sin los díscolos o esmerarse en optar por la marca propia; algo que no ha hecho desde la refundación del PP en 1989. La asociación con la UPN ha sido un clásico desde los noventa hasta la actualidad y es complicado que los populares decidan romperla y arriesgarse a acudir en solitario antes de las generales, dado que un posible batacazo electoral afectaría al 'halo' constituido desde Andalucía por Feijóo en torno al proyecto. Con todo, fuentes de la dirección no descartan nada. Aluden a que la alianza se rompió en la segunda legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, cuando la UPN votó sus presupuestos, y hasta 2019 no se recuperó el acuerdo en NA+.
Si se rompe Navarra Suma, un mal resultado del PPN en solitario podría perjudicar el 'efecto Feijóo'
Desde el PP navarro (PPN) afirman a El Independiente que el compromiso con la coalición junto a la UPN sigue siendo firme por parte de los populares en el territorio, porque, de no hacerse, pese a que el PP está nuevamente fortalecido, podría no verse reflejado en la región. Afirman que desde Génova no les han trasladado nada y que no ha habido contactos con Elías Bendodo, el coordinador general, o Miguel Ángel Tellado, el vicesecretario de Organización, quienes gestionan directamente el transcurso de los congresos autonómicos de cara al próximo ciclo electoral. Eso sí, aluden una comparativa: en 2011, de manera independiente y con la primera mayoría absoluta de Mariano Rajoy, el PPN con Santiago Cervera logró cuatro de cincuenta escaños. Gobernó la UPN, pero con el beneplácito del PSOE y sin la participación de los populares.
Los cónclaves de Cataluña y País Vasco, a largo plazo
Desde la dirección evitan pronunciarse sobre el futuro de Alejandro Fernández, el actual presidente del PP catalán, o de Carlos Iturgaiz, su homólogo en el partido en País Vasco. Ambos fueron elegidos por la anterior dirección y, aunque no desagradan a la cúpula nacional, tampoco entusiasman. Feijóo, recientemente, ha destacado a Fernández como "uno de los grandes oradores" de la política catalana, sin embargo, fuentes del partido descartan que vaya a repetir como candidato a la Generalitat en 2025. No se le impedirá aspirar a la presidencia, pero, de ganar, se estudiarán otras vías como destinarlo al Congreso de los Diputados, donde ya ejerció de parlamentario entre 2011 y 2015. Nombres como el de la eurodiputada Dolors Montserrat o el presidente del PP de Barcelona Manuel Reyes, que tiene el apoyo favorable de la mitad de la dirección catalana, fragmentada, gustan en la sede nacional.
El PP evita pronunciarse sobre Alejandro Fernández e Iturgaiz, pero no del resto de territorios
Sí se pronuncian, en cambio, en alusión al líder de los populares castellano-manchegos Paco Núñez, a quien creen que "se le está poniendo cara de presidente" en detrimento de Emiliano García-Page. Y ven despejado el camino a representantes territoriales de las siglas como Carlos Mazón en la Comunidad Valenciana; a Marga Prohens en Baleares, o Manuel Domínguez en las Islas Canarias.
Al tratar el futuro del proyecto en las dos regiones con más influencia nacionalista e independentista de España, desde el PP consideran que no es tan relevante las personas como el proyecto. El objetivo, dicen, es reconectar con la sociedad española, catalana y vasca. En los planes de Feijóo está el dejar manos libres a los barones territoriales para poder conformar libremente las listas en sus regiones para mayo de 2023. Intervenir ahora, sería contraproducente, sobre todo porque acaba de llegar. No descartan, por el contrario, que, una vez se celebren las próximas generales, y si no hay anticipos en Cataluña y País Vasco, Feijóo meta bisturí para afianzar su mandato.
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