La subida exagerada de precios por la guerra de Ucrania se deja sentir en países africanos como Mozambique, Eritrea o Sudán, golpeados previamente por la crisis del covid y la guerra, así como en el Magreb. La política de acercamiento a Marruecos y de alejamiento de Argelia del Gobierno español cambia la perspectiva de vigilancia de las rutas migratorias de entrada en Europa a través de nuestro país, puesto que la posibilidad de cruzar Ceuta y Melilla queda prácticamente descartada por la fuerte vigilancia de los gendarmes marroquíes.
Las ONG que cuentan con buques de búsqueda y rescate en el Mediterráneo central esperan este verano una tensión migratoria similar a la de años previos a la pandemia del coronavirus e incluso a la situación vivida en 2016 y 2017, antes de las políticas anti-inmigración de Mateo Salvini. Fue precisamente la negativa del entonces ministro del Interior italiano a que pudiera desembarcar en algún puerto del país motivó que Pedro Sánchez, recién llegado a La Moncloa, autorizara que el Aquarius -fletado por la ONG francesa SOS Méditerranée- atracara en Valencia con 629 migrantes a bordo.
Fuentes de rescate en alta mar consultadas por El Independiente alertan de una avalancha de pateras procedentes de todos los puntos de África con consecuencias trágicas por las políticas de no asistencia de países como Malta en su zona autorizada de rescate (SAR) y la financiación con fondos europeos de la Guardia Costera Libia, que devuelve a sus países de origen a todos los inmigrantes que intercepta "reinsertándolos en una espiral de violencia" ejercida tanto por las fuerzas de seguridad libias, según denuncian las asociaciones de rescate en la zona, como por las mafias a las que pagan los inmigrantes para conseguir entrar en Europa. Precisamente para sortear a la Guardia Costera Libia, utilizan embarcaciones más discretas, con capacidad máxima para 100 tripulantes. Son más imperceptibles, pero también mucho más inseguras por lo que muchas naufragan en el camino y sus tripulantes acaban ahogados antes de ser interceptados.
Seis rescates en un día
Este jueves, sin ir más lejos, el buque Geo Barents de Médicos Sin Fronteras realizó hasta seis rescates en 12 horas con 315 supervivientes, entre ellos 73 menores de edad, en zona de responsabilidad de rescate de Malta. Con toda seguridad, no serán los últimos que atiendan este verano.
"El tiempo ayuda a las barqueras de Libia, que aprovechan los días de buen tiempo. Va a haber muchísimo flujo y pocos medios de búsqueda y rescate. Las seis embarcaciones salieron de Libia y tenemos una amalgama grande de nacionalidades entre sus tripulantes. Vinieron de Siria, Eritrea, Bangladesh, África del oeste o también había magrebíes a bordo. Las razones por las que han salido de sus países son diversas, pero la gran mayoría llevan entre seis y siete intentos para entrar en Europa. Cada vez que son interceptados en el mar y se les lleva a centros de detención en Libia, tienen dos maneras de salir del círculo de la violencia: arriesgando su vida, o pagando", explica en conversación telefónica con este diario Juan Matías Gil, responsable de los rescates de Geo Barents. Éste espera que les otorguen un puerto seguro en Malta o Italia para desembarcar y volver a alta mar, al tiempo que lamenta la tardanza en la autorización.
Entre enero y mayo de 2022 se registraron 86.420 entradas irregulares en las fronteras de la UE, un 82% más
Precisamente la misma asociación ha publicado un estudio con datos recogidos por su tripulación desde 2017 que cifra en 95.000 las personas que han sido devueltas por la fuerza a Libia desde aquel año y al menos 8.500 personas han muerto o desaparecido en ese mismo periodo en el Mediterráneo central. "Seguimos operando 10 barcos de la sociedad civil, pero los mecanismos oficiales de rescate son nulos. No hay ningún organismo europeo ni ningún estado miembro que esté rescatando a personas. La única operación oficial es la aérea de la agencia de control de fronteras, Frontex, que verifica embarcaciones en peligro y facilita la información a los centros de coordinación marítima. Como la mayoría se encuentran en Libia, acaban pasando la información a los mismos que interceptan a las personas en alta mar", afirma Matías Gil.
Según el informe de migraciones del mes de junio de Frontex, entre enero y mayo de 2022 se detectaron 86.420 entradas irregulares en las fronteras de la Unión Europea, lo que supone un 82 % más que en el mismo periodo del año pasado. La tendencia es clara.
Tránsito de jóvenes marroquíes a Canarias
A la presión en la zona de rescate de Libia y la inacción de los países europeos se une la nueva situación de vigilancia en la frontera entre Marruecos y España. Las fuentes consultadas alertan de que, debido a la fuerte vigilancia y represión de la gendarmería marroquí que se vio en el último salto de la valla de Melilla, con 36 fallecidos según los datos oficiales, jóvenes marroquíes estarían viajando también a la costa del Sáhara y emprendiendo el viaje por el Atlántico hacia Canarias, uno de los más peligrosos en alta mar.
De acuerdo con las estadísticas oficiales del Ministerio del Interior, durante el primer semestre del año en curso llegaron a España un total de 14.071 inmigrantes de manera irregular, una cifra que representa un incremento del 7,1 % respecto al mismo periodo de 2021 (13.133). El 88,5 % lo hizo por vía marítima.
Del total, 8.741 arribaron en 193 pateras a las costas de Canarias, que concentró así el 62,12 % de todo el flujo migratorio registrado entre enero y junio. Ese porcentaje es superior en 11 puntos al constatado durante los seis primeros meses de 2021, cuando el archipiélago fue el destino del 51,5 % de los migrantes ‘sin papeles’ que lograron entrar en territorio español.
Con todo, fuentes policiales se muestran convencidas de que 2022 se cerrará con un descenso del número de llegadas de embarcaciones a Canarias, que viene soportando una intensa presión desde 2020. El agravamiento de la situación económica en los países de origen a causa de la covid-19 llevó a muchos migrantes a intentar dar el salto a Europa, aun arriesgando su vida en la peligrosa ruta del Atlántico.
En esa disminución juega un papel importante Marruecos. El restablecimiento de las relaciones diplomáticas con España, rotas durante más de un año a raíz de la acogida del líder del Frente Polisario (Brahim Ghali) en un hospital público de Logroño para ser tratado de coronavirus, hace pensar que la Gendarmería reforzará el control para evitar las llegadas a nuestro país. Ello se evidenció hace un par de semanas en el trágico intento masivo de salto a la valla de Melilla.
Mientras se trabaja en un escenario de menos presión en Canarias, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado se muestran convencidas de que aumentarán las llegadas procedentes de Argelia, que a principios de junio dio por suspendido el tratado de buena vecindad con España a raíz de que Pedro Sánchez haya respaldada el plan de autonomía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental en un volantazo sorpresivo a la posición que había mantenido tradicionalmente el país.
"Quien diga que Argelia va a lanzar migrantes a las cosas españolas estaría diciendo una verdad a medias. El potencial desestabilizador que tiene Argelia en relación con Marruecos es muy inferior. Argelia puede lanzar argelinos, pero no subsaharianos", dice una fuente policial para dimensionar el calado de la vertiente migratoria que puede tener para España que se hayan empañado las relaciones con Argel. Y añade: "Hay muchos intangibles. Hay que ser muy cautos y no caer en la imprudencia de reducir una ecuación tan compleja a aspectos sencillos. En los flujos migratorios intervienen tantos factores que es muy difícil hacer previsiones seguras".
Rutas ya establecidas
En este contexto, las fuentes llaman la atención sobre el hecho de que las rutas de tráfico de personas "no son tan maleables para un gobierno", al tiempo que recuerdan que las mafias tienen ya establecidas las rutas que le resultan "más rentables" y éstas "no pasan" por territorio argelino. "¿Qué puede haber un aumento? Sí, pero argelinos han venido siempre. No creo que se pueda hablar de avalanchas", añade.
Almería es una de las provincias donde están más expectantes por el incremento de la llegada de pateras procedentes de Argelia -a la que le separan menos de 500 kilómetros- que puede registrarse este verano, un periodo de mayor actividad por la mejora de las condiciones climáticas. En lo que va de año han llegado 148 pateras, según los datos facilitados a este periódico por el Sindicato Unificado de Policía (SUP).
Esta organización sindical advierte de que la mayor presión migratoria afecta a la seguridad ciudadana, por cuanto más policías tienen que dedicarse a labores de extranjería al quedar desguarnecidas las patrullas. Es por ello por lo que piden que se modifique el catálogo de puestos de trabajo para que haya una asignación específica de efectivos para el Centro de Atención Temporal de Extranjeros (CATE).
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