Una batalla se prepara en el horizonte de la invasión rusa de Ucrania, a punto de cumplirse los cinco meses de refriegas. El presidente ucraniano Volodímir Zelenski ha dado orden a los suyos de forjar un ejército de un millón de soldados para asumir la tarea de arrebatar a Moscú las zonas del sur del país por las que han avanzado las tropas rusas desde el pasado febrero. Un intento de recuperar el terreno perdido con ayuda del armamento pesado occidental que ha comenzado a llegar hasta las líneas del frente.
“Entendemos que políticamente resulta muy necesario para nuestro país. El presidente ha dado la orden al jefe militar supremo de elaborar esos planes”, ha reconocido el ministro de Defensa ucraniano, Oleksii Reznikov, en una entrevista con el rotativo británico The Times. “Después, el Estado Mayor hará sus deberes y dirá que para lograr este objetivo necesitamos XYZ”, desliza Reznikov, centrado -según sus palabras- en “escribir cartas a sus homólogos de los países socios” para reclamar una llegada más rápida del armamento comprometido.
El objetivo de Kiev es reforzar las fuerzas armadas con nuevos efectivos y llegar a disponer de una fuerza de combate de un millón de personas, equipadas con armas modernas proporcionadas por Occidente y encargadas de liberar los territorios del sur del país ocupados por Rusia. El propósito último es volver a controlar las zonas costeras del mar Negro, cuya pérdida ha asfixiado en los últimos meses la economía del país, con una batalla por la exportación del grano que ha dejado más de 20 millones de toneladas bloqueadas en los puertos ucranianos.
Llegar al millón de soldados es un objetivo ambicioso
“Llegar al millón de soldados es un objetivo ambicioso”, reconoce el historiador Alexander Motyl en conversación con El Independiente. “Los ucranianos cuentan con unos 700.000 personas en sus fuerzas armadas y otros 300.000 guardafronteras. Y entre los primeros hay muchos que han sido reclutados recientemente y que se hallan aún en fase de entrenamiento”, detalla el experto. Los planes de Kiev coinciden con la pausa operativa de los uniformados rusos tras los progresos en Donetsk.
En pausa operativa
Según el Instituto para el Estudio de la Guerra, que analiza diariamente el curso de la contienda, “las fuerzas rusas se hallan en medio de una pausa operativa en todas las operaciones alrededor de Ucrania”. En algunas áreas las tropas están rotando y en otras están llegando nuevas unidades en anticipación de la reanudación del avance, especialmente en la provincia de Donetsk, donde se han reagrupado sus fuerzas tras el fallido asalto a Kiev la pasada primavera.
Los bombardeos, sin embargo, no han cesado. “En la última semana muchos han hablado de la supuesta ‘pausa operativa’ en las acciones de los ocupantes en el Donbás y otras partes de Ucrania. 34 ataques aéreos cometidos por la aviación rusa en el último día es una respuesta a todos los que idearon esta ‘pausa'», denunció el domingo Zelenski en su habitual discurso a la nación. Al menos 24 personas murieron en un ataque aéreo contra tres inmuebles residenciales en Chasiv Yar, una ciudad ucraniana de 12.000 habitantes que se encuentra a 20 kilómetros al sureste de Kramatorsk, uno de los objetivos de la ofensiva rusa tras la toma completa de Lugansk.
A juicio del presidente ucraniano, la retirada de los soldados rusos “es inevitable, como lo es el castigo a los ocupantes”. “Pero tenemos que resistir, tenemos que luchar juntos en todos los frentes, en el político, en el de la información y en el económico, sin mostrar debilidad en ninguna parte. Sólo podemos resistir esta guerra juntos”, reclamó.
Llamadas de evacuación
Las plazas del sur -ocupadas desde marzo con fuerzas enviadas de la limítrofe Crimea- son especialmente preciadas para Kiev, que busca responder a los últimos avances de Vladimir Putin en el oeste y elevar la moral de sus tropas. “La clave es la provincia de Jersón. Se halla directamente al norte de Crimea y controla los suministros de agua dulce de la península anexionada por Moscú, que se mantuvieron cerrados entre 2014 y 2022. Es, además, la única región donde Rusia ha logrado capturar un centro regional”, explica a este diario Taras Kuzio, investigador asociado de la Henry Jackson Society y profesor del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Nacional de Kiev Mohyla Academy.
La clave es la provincia de Jersón. Se halla directamente al norte de Crimea y controla los suministros de agua dulce de la península anexionada por Moscú
Una estrategia que se antoja cada vez más probable. “Las fuerzas ucranianas siguen avanzando en Jersón y en encuentran a 20 kilómetros de la urbe. Una vez que Jersón caiga, las fuerzas ucranianas se trasladarán al sur de la región de Zaporiyia”, indica Kuzio. Y pronostica: “La ofensiva ucraniana comenzará este verano, ya que es necesario liberar territorio antes del invierno y antes de que Rusia se anexione oficialmente estas regiones”. Y los planes de Moscú parecen en marcha, con la posibilidad de celebrar un referéndum en agosto para anexionarse las autoproclamadas repúblicas populares, solo reconocidas por Rusia y Siria.
En previsión del inicio de las operaciones, los habitantes de ambas provincias sureñas han recivido en los últimos días advertencias, instándoles a iniciar el éxodo. “Deben buscar la manera de irse porque nuestras fuerzas armadas conseguirán acabar con la ocupación. Habrá una gran batalla. No quiero asustar a nadie, pero todo el mundo debe entenderlo", manifestó Iryna Vereshchuk, viceprimera ministra del Ministerio de reintegración de los territorios ocupados temporalmente. La funcionaria aseguró que las evacuaciones se hallaban ya en curso y volvió a reclamar que la población salga de los territorios de Jersón y Zaporiyia por “todos los medios posibles a su alcance”.
Para llevar a cabo una labor militar no sólo defensiva, como hasta ahora, y lanzar ofensivas para retomar el terreno, será necesaria una mayor movilización de hombres y mujeres
Más armas desde Occidente
“Para llevar a cabo una labor militar no sólo defensiva, como hasta ahora, y lanzar ofensivas para retomar el terreno, será necesaria una mayor movilización de hombres y mujeres”, admite Kuzio. “La segunda parte de la ecuación requiere armas occidentales que puedan ser utilizadas para operaciones ofensivas, como los lanzacohetes múltiples estadounidenses HIMARS (Sistemas de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad)”, agrega el experto. Kiev sigue insistiendo en la necesidad de contar con el material material occidental "más, rápidamente, para salvar las vidas de nuestros soldados", indica el ministro de Defensa ucraniano.
El viernes Washington anunció un paquete de ayuda militar adicional para el país por valor de 400 millones de dólares, con armas de "mayor capacidad de precisión". “Ucrania está golpeando de forma exitosa posiciones rusas en Ucrania más allá de los frentes y alterando su capacidad de llevar a cabo operaciones de artillería”, reconoció el Pentágono.
“Ucrania necesita básicamente más munición y más armas pesadas. La artillería de largo alcance puede alcanzar los depósitos rusos, las comunicaciones y los puestos de mando. La única ventaja rusa es el uso masivo de la artillería, con casi infinitos proyectiles y cero respeto por los objetivos civiles”, asevera Sergej Sumlenny, experto en Ucrania. “La artillería rusa puede ser eliminada por los sistemas de artillería de largo alcance ucranianos”, opina. “Los sistemas de defensa aérea estarían muy bien, pero grande reservas de munición y sistemas de artillería de largo alcance son mucho más decisivos”.
Estamos entrando en una fase en la que nuestra desventaja con respecto a las fuerzas rusas en términos de armamento pesado y artillería se está notando mucho
Desde Kiev, Damien Magrou, portavoz de la legión internacional de Ucranias, las unidades integradas por extranjeros, admitió que la guerra está “entrando en una fase en la que nuestra desventaja con respecto a las fuerzas rusas en términos de armamento pesado y artillería se está notando mucho”. “La artillería pesada ucraniana es superada por las armas rusas en una proporción de ocho a uno, lo que coloca a Ucrania en una situación de gran desventaja”, repitió el militar.
El envío del nuevo equipamiento podría acelerar los planes de una contraofensiva en el sur del país. “Capturar la provincia de Jersón y Zaporiyia sería estratégicamente muy importante. No solo daría a Ucrania el control del suministro de agua a Crimea sino que recuperaría el río Dniéper, devolvería el control parcial del mar de Azov, permitiría el comercio en el mar Negro, interrumpiría los planes rusos para un corredor terrestre y pondría la marina de Sebastopol y el puente de Kerch al alcance de la artillería ucraniana”, detalla Motyl. “Los ucranianos ya han capturado dos de las tres líneas de defensa alrededor de la ciudad de Jersón y parecen estar cada vez más cerca de capturar la ciudad. Aunque los ucranianos dicen que lanzarán una amplia contraofensiva cuando reciban las armas occidentales, pueden hallarse cerca de capturar zonas de los territorios del sur en los próximos días o semanas”, concluye.
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