La incomodidad con el 'procés' aflora en distintas formas y momentos. Le cuesta esconder la perplejidad ante el comportamiento del Govern de Puigdemont, le inquieta el fortalecimiento que ha provocado de Ciudadanos y su posible impacto y sobre todo el freno que en las relaciones de Euskadi con el Gobierno Rajoy ha provocado. El portavoz del Ejecutivo de Iñigo Urkullu asegura que nada de lo que ha sucedido le ha sorprendido de modo especial. Lo equipara con los años del 'plan Ibarretxe' en los que el País Vasco descubrió que "cuando el Estado se siente acosado, humillado" reacciona sin "límites jurídicos ni políticos". Josu Erkoreka afronta su quinto año como portavoz del Ejecutivo vasco tras 14 años en las Cortes. Augura que la cacareada reforma de la Constitución no llegará en este 2018 y que en Euskadi el proceso hacia la aprobación de un nuevo Estatuto culminará en buen puerto, "yo soy optimista".

Pregunta.- La eliminación del 155 después de la conformación del nuevo ‘Govern’ cree que despejaría de modo suficiente el camino para un acercamiento y apoyo presupuestario del PNV con Rajoy? ¿Hará falta algo más?

Respuesta.- Por lo que he escuchado a los portavoces del PNV ese es un obstáculo básico y fundamental. Si no se desbloquea la aplicación del 155 difícilmente se podrá entablar una negociación.

P.- La gestión del régimen económico de la Seguridad Social y de las prisiones, ¿deberán estar sí o sí en esa hipotética negociación presupuestaria?

R.- Yo me comprometo a que la ley se cumpla y que el autogobierno ya reconocido a Euskadi se cumpla. La fijación de condiciones del PNV en Cortes yo no se lo puedo decir.

P.- Estrenar el 155 en Cataluña, ¿hasta qué punto es un toque de  atención, una advertencia a Euskadi para que no dé pasos similares en materia de autogobierno?

R.- Si atendemos a los pronunciamientos de insignes representantes del PP ese era su propósito. Yo se lo he escuchado al menos a dos, al ministro Zoido y a Casado, el portavoz.

P.- ¿Lo toman como una advertencia?

R.- No porque el artículo 155 se ha aplicado en un contexto y marco concreto que en principio no tenemos aquí, no es ese el ánimo del Gobierno. Ni nos planteamos  que por una iniciativa de reforma o reformulación y actualización del autogobierno se vaya a aplicar el 155, no es el escenario que contemplamos.

La recentralización del Tribunal Constitucional es innegable. Me preocupan los 'pequeños 155s' que nos cuela con sus sentencias sobre competencias

P.- Pero el lehendakari habla de plantear un estatus para Euskadi “de tú a tú”, de igual a igual con el Estado…

R.- Un modelo paritario ya se produce en el Concierto Económico. El regimen de bilateralidad ya existe en el marco del ordenamiento jurídico actual.

P.- Hablar de independencia, ¿está fuera de tiempo y lugar? ¿Se debería hablar de otros conceptos y modelos?

R.- Que los estados europeos son cada vez más interdependientes y que en un escenario global como el que vivimos y que la soberanía no es la que se definió en el siglo XVI es innegable. Pretender que los Estados son titulares de un poder omnímodo que está por encima de todo lo demás… es evidente que las cosas han cambiado y que la independencia de los Estados como titulares de una soberanía omnímoda absolutamente independiente y separada de los demás no existe en el siglo XXI ni va a existir. Ningún analista objetivo lo pon en cuestión.

P.- Por tanto, ¿la República de Euskal Herria que reclama la izquierda abertzale está fuera de lugar?

R.- Todas las opiniones se pueden plantear en la ponencia de autogobierno. Se debatirán todas las propuestas. Hay que dejar a la ponencia que trabaje y pondere los elementos que concurren como la cohesión social, la integración, Europa, etc.

P.- En cuanto la ponencia ha comenzado a pisar suelo resbaladizo han comenzado las diferencias, incluso en su Gobierno. El PSE no quiere incluir el derecho a decidir en el nuevo Estatuto y el PNV, sí.

R.- Es lo previsible que en las vísperas de un debate las formaciones marquen sus perfiles y fijen posiciones, forma parte del ‘abc’ de la vida política.

Cuando el Estado se siente acosado, humillado y ofendido reacciona y no conoce límites, ni jurídicos ni políticos"

P.- Pero su Gobierno siempre ha apelado a la necesidad de primar la transversalidad y los amplios acuerdos. ¿El nuevo estatuto vasco deberá contar con el apoyo del PSE o el PP como mínimo?

R.- Nos hemos comprometido al máximo acuerdo integrador posible. No seré yo quien marque límites a la ponencia.

P.- ¿Cuál diría que es la lección aprendida del ‘procés’?

R.- Para los vascos lecciones aprendidas hay pocas. No tengo duda de que para los catalanes hayan podido descubrir cosas nuevas, pero a nosotros no nos ha sorprendido mucho lo que ha sucedido. Cuando el Estado se siente acosado, humillado y ofendido reacciona y no conoce límites ni jurídicos ni políticos ya lo sabíamos aquí. Que se puede enjuiciar a un líder político y se le pude condenar con sentencias de distinto calibre tamb9oén lo hemos vivido.

P.- Ustedes ya se lo advirtieron a Puigdemont y no les hizo mucho caso.

R.- Yo con Puigdemont no he tenido relación directa. El lehendakari sí ha hecho unas gestiones que se las pidieron. Pero las decisiones les correspondía adoptarlas a los propios catalanes.

P.- ¿Cómo describiría la sensación de Urkullu tras su mediación para evitar la DUI y que fue desoída por Puigdemont? ¿Sabe si han vuelto a tener contacto?

R.- La sensación es la de la misión cumplida. Se implicó a petición de parte. Era consciente de que había factores que les trascendían a él y que podrían hacer que la solución dialogada por la que hacía votos no prosperase.  Lo que tenía que salir no dependía de él sino de equilibrios en Cataluña, factores personales, estructurales, del Gobierno central, etc. Sé que después de las elecciones cruzó un par de correos con Puigdemont en el contexto del resultado electoral.

'Tabarnia' es una ocurrencia arbitrada para incorporar un elemento más de debate de los contrarios al independentismo

P.- ¿Debería poder volver de Bruselas para ser investido?

R.- Ya tiene asesores para que le asistan. No me parece fácil poder gobernar desde Bruselas, por vía telemática, una sociedad como la catalana. La decisión ya la tomará él pero está plagada de riesgos.

P.- ¿‘Tabarnia’ es una ocurrencia o un espejo para el independentismo?

R.- (Pausa larga) No es algo nuevo. Con ese nombre sí, pero que alguien sienta la tentación de confrontar una parte d Cataluña con el resto para oponerlo como argumento a las reivindicación de los independentistas no es nuevo. Nadie cree en Tabarnia, es una ocurrencia arbitrada  para incorporar un elemento más al debate que permita a los contrarios al independentismo disponer de un recurso argumental más.

P.- ¿Álava podría ser la ‘Tabarnia’ vasca?

R.- Álava ha evolucionado mucho en los últimos años. Ya se habló como la ‘Tabarnia’ vasca cuando el PP era mayoritario y la izquierda abertzale no tenía presencia. Ahora el nacionalismo se ha consolidado en Alava.

P.- La reforma constitucional y los cambios de modelo territorial que se reclaman, ¿la veremos en 2018?

R.- Creo que no. En 2018 no estará madura una reforma constitucional madura y consensuada. En absoluto. Las posiciones políticas están tan lejos unas de otras que no creo que sea posible.

P.- La victoria de Ciudadanos en Cataluña, ¿es una mala noticia para Euskadi?

R.- (Pausa larga) Es una mala noticia para cualquiera que tenga una visión del Estado español que sea distinta a la de un planteamiento unitario, centralizador y refractario a la pluralidad territorial del Estado. Es una formación que representa todo esto, es lo único que la diferencia. Si por algo destaca no es por ser de derechas, izquierdas, reformador o conservador, sino por ser un partido Español. Su bandera es la españolidad, su estrategia es la españolidad y su planteamiento es destacar lo español frente a cualquier otra consideración. Lo que prima es el perfil español.

Si algo hay oscuro, opaco y confuso son los fundamentos por los que sale la cifra de financiación que recibe cada comunidad autónoma"

P.- La fortaleza de la formación de Rivera a nivel nacional, ¿complicaría las aspiraciones en materia territorial, de autogobierno, de financiación, las diputaciones forales…?

R.- Una cosa es el éxito en Cataluña, que no supone que se traslade a España o a Euskadi. Su única nota distintiva en lo ideológico es ser un partido español y defender la españolidad a ultranza. Eso significa que hay un oponente más con el que debatir.

P.- En agosto anunció un encuentro para septiembre con la vicepresidenta Sáez de Santamaría para negociar la cesión de las 37 competencias pendientes. Desde entonces no hay noticias. ¿Tiene alguna novedad?

R.- Sabemos que están analizando el informe de transferencias que les remitimos y suponemos que pronto, a lo largo de 2018, fijarán una posición y tendremos ocasión de tener un primer encuentro y desbloqueemos un proceso transferencial que no acaba de culminarse tantos años después de la aprobación del Estatuto.

P.- ¿Hasta que no se resuelva la crisis catalana no veremos pasos en ese sentido?

R.- Habría que diferenciar la negociación policía de la institucional. Debo reivindicar la necesidad de seguir trabajando con el gobierno central en los ámbitos de nuestra responsabilidad, entre los que está dar cumplimiento a una Ley Orgánica de 1979. Eso debería avanzar con diferencia de otros acuerdos en el ámbito político. Habría que disociar ambas cosas.

La victoria de C´s en Cataluña es una mala noticia para quien no tenga una visión del Estado unitario, centralizador y refractario a la pluralidad

P.- En el debate territorial y de reforma se ha pasado de contemplarla para acordar un nuevo modelo que dé encaje a todas las sensibilidades a apelar a una posible reconsideración del Estado de las autonomías.

R.- Los riesgos de retroceso en el modelo territorial nunca han estado desaparecidos, es cierto que han estado menos visibles. En Madrid ya viví las reclamaciones de Comunidades Autónomas que querían devolver competencias. El planteamiento recentralizador ha existido siempre pero se ha acentuado mucho con la crisis económica que ha sido una coartada fácil para quien con el pretexto de racionalizar el sector público contemplan eliminar estructuras. Y las que sobran siempre son autonómicas, nunca las del Estado. La crisis económica ha sido aprovechado por quienes siempre han proclamado la recentralización. Y esos mismos sectores aprovechan ahora la crisis catalana para dar una vuelta de tuerca más a su planteamiento recentralizador.

P.- ¿Estamos hoy más cerca de una España sin autonomías que de una España federal o una confederal?

R.- El Estado español en su modelo territorial, en lo político, experimentó una descentralización innegable pero en lo económico no se ha producido en absoluto. Económicamente Madrid ha crecido mucho más y ser ha hecho más poderosa de lo que era antes. En los últimos años se ha producido una recesión importante también en lo político. Un ejemplo son los votos particulares de los magistrados del tribunal Constitucional  en los ultimos cinco años siempre se pronuncian en favor del Estado y en perjuicio de las CCAA.

P.- ¿Está diciendo que existe una “recentralización” del Tribunal Constitucional?

R.- Es innegable. A mi cuando me hablan del 155 lo que me preocupa son los pequeños 155 que nos cuela  el Tribunal Constitucional  cada vez que dicta una sentencia relacionada con una cuestión competencial. Son muchos 155s y el escenario final es una profunda erosión del autogobierno.

P.- El informe de torturas y malos tratos policiales que encargó el Gobierno vasco cuantificó en 4.000 las denuncias entre 1960 y 2014. Usted defendió el rigor del trabajo de los expertos. ¿Realmente existió tanta tortura policial en Euskadi en aquellos años?

R.- Lo ha elaborado personal reconocido y de acuerdo a la metodología del ‘Protocolo de Estambul’ avalado por Naciones Unidas. Que no exista una sentencia no supone que ese hecho no se haya producido, la realidad delictiva va mucho más allá de lo que las sentencias reconocen.

P.-  Ese informe también constata que sólo existen 20 sentencias condenatorias. ¿A qué responde esa disparidad entre denuncias y sentencias? ¿Miraron hacia otro lado jueces e instituciones para tapar estos casos?

R.- El Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha condenado seis veces a España por no investigar denuncias de torturas. Otras instituciones han expresado su preocupación por los mecanismos previstos en España que permitían espacios de oscuridad que favorecían las torturas. Llueve sobre mojado. Incluso en el mundo literario, obras como ‘Patria’ reflejan las torturas.

Los estados como titulares de una soberanía omnímoda absolutamente independiente y separada de los demás no existe en el siglo XXI

P.- De las 4.000 denuncias más de 300 hacen referencia a la Ertzaintza. ¿Se ha torturado en la Policía Autónoma vasca?

R.- El trabajo habla de torturas y malos tratos o malas prácticas. En el caso de la Ertzaintza no hay condenas judiciales ni por falta de investigación. Desde 2002 hay un protocolo que permite escrutar lo que se hace en las comisarías con un detenido.

P.- ¿Van a investigar de oficio esas denuncias en una policía que depende del Gobierno vasco?

R.- La información del informe no puede ser utilizada, son personas anónimas. Es información protegida.

P.- Pero ustedes podrían abrir procedimientos propios para facilitar una investigación propia.

R.- No, no está previsto. Hay una ley que dá amparo a estas víctimas. El estudio sólo pretende acercarse, aproximarse a esa realidad y no abrir expedientes. Tiene una finalidad informativa y no declarativa.

P.- Hace 6 años ETA cesó su actividad y hace 8 se desarmó. Se contemplaba su posible disolución para finales de 2017. ¿Tiene noticias de ETA?

R.- El Gobierno no tiene noticias de ETA. Sólo nos queda recordar que se debe disolver, que debe pasar a la historia y que quienes participaron en ETA tiene pendiente una asignatura con la sociedad vasca, el reconocimiento del daño causado y con la asunción de su responsabilidad y el reconocimiento de que matar siempre estuvo mal.

P.- ¿Este año 2018 será el que termine con la política de alejamiento de presos de ETA en cárceles de fuera de Euskadi?

R.- Ojalá lo fuera. Contribuiría a distender mucho el ambiente y a hacer que la etapa poste ETA pudiera humanizarse en el trato penitenciario.

P.- Hace una semana se aprobó el Convenio navarro y hace poco más de un mes el Cupo vasco. ¿Le sorprende que muchos aún vean privilegios y no derechos adquiridos de vascos y navarros? ¿Es un problema de no haberlo explicado bien desde Euskadi?

R.- No voy a negar que puede haber un déficit de explicación desde Euskadi. Siempre, pero en esta ocasión de modo especial, las críticas que han emergido son fruto de un prejuicio y una predisposición clara a poner en marcha una campaña en contra del régimen concertado. No es sólo desconocimiento, gente que sabe se ha hecho el ignorante para poder atacarlo con más impunidad. No se puede negar que eso se ha dado.

El lehendakari Urkullu cruzó un par de correos con Puigdemont tras las elecciones pero sólo en el contexto electoral

P.- El debate sobre la financiación autonómica que se abrirá este año, ¿Es una amenaza para el Concierto vasco y su futuro?

R.- No debería. Los foros constituidos para la financiación autonómica tienen por objeto revisar el sistema de régimen general y no abordar las cuestiones de los regímenes especiales.

P.- Ciudadanos, partido que ha tomado peso, sí pone en cuestión lo que define como privilegios…

R.- Que haya formaciones políticas que insistan en revisar los regímenes concertados que lo planteen y se someta a debate. Tenemos una cobertura constitucional incuestionable y una cobertura europea que no ofrece dudas para nadie. Los pilares del Concierto Económico son motivo suficiente para justificar su pervivencia durante muchos años.

P.- Afirma que quizá ha habido un déficit de explicación. ¿Lo ha habido de transparencia? Se lo pregunto porque nadie ha sido capaz de explicar con detalle cómo se han calculado los 1.300 millones del nuevo cupo base.

R.- En el régimen general, ¿alguien sabe de qué fundamentos sale exactamente la cifra que recibe cada  comunidad autónoma? Si algún régimen es oscuro, opaco, confuso, que no se sabe exactamente cómo operan cada uno de los criterios establecidos, es éste. Para fijar la norma para ponderar lo que corresponde a cada Comunidad Autónoma cada una puso énfasis en lo que consideraba que debería primar, unos ponían énfasis en el territorio, otros en la población, otros el PIB. Se tomaron en consideración todos y se metieron en una coctelera de la que resulta un escenario confuso. En el caso del Cupo lo que sí hay, y se puede explicar, es la secuencia lógica desde la fijación del primer Cupo en los 80 hasta el momento actual.

P.- Pero, ¿es posible detallarlo para conocer cómo se ha calculado…

R.- No hay ninguna duda. Las cuentas están contrastadas por los servicios técnicos de ambas administraciones y las tres diputaciones forales y están a disposición de cualquiera.

P.- Defíname el año 2017 para el Gobierno vasco; ¿malo, bueno o excelente?

R.- Digamos que bueno, lo de excelente dejémoslo para las calificaciones académicas. Siempre hay acciones mejorables. Si debo destacar un hecho es el acuerdo del Concierto y el Cupo, que ha sido excelente.

P.- En este 2018 teme que se pueda torcer el balance? Debe esclarecerse Cataluña para facilitar un acuerdo presupuestario, el debate por el derecho a decidir tensará el clima y las diferencias internas en su gobierno pueden agravarse.

R.- En 2017 también teníamos incertidumbres en el mes de enero, no se presentaba como un camino de rosas. El 2018 ofrece puntos oscuros, no los vamos a negar, pero yo soy optimista. Con implicación y responsabilidad creo que son cuestiones que se van a poder resolver.