El Ministerio de Defensa presentará en la primera mitad del año un plan de inversión para la modernización de la industria militar para los próximos 15 años que superaría los 30.000 millones de euros, según ha podido saber El Independiente.
La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, ya anunció el pasado mes de diciembre que su departamento estaba ultimando un plan que debe aprobar el Congreso de los Diputados, aunque no especificó las cifras que podría alcanzar. El último plan de inversión llevado a cabo en los años 90, se cifró en alrededor de 30.000 millones y en los últimos años, la inversión en materia de Defensa ha sido mínima a consecuencia de la crisis económica.
El último plan de inversión llevado a cabo en los años 90 se cifró en alrededor de 30.000 millones
Los medios actuales están cerca de quedarse obsoletos y España necesita actualizar sus capacidades para estar a la altura del resto de países en materia de Defensa, defiende la ministra, que mantiene el objetivo de alcanzar el acuerdo con la OTAN de invertir el 2% del PIB en Defensa. Este plan se encuentra todavía en la fase de "planeamiento", es decir, queda por concretar los medios que se necesita adquirir y trasladarlo al ministerio de Hacienda, pero las prioridades están marcadas.
El proyecto más urgente es el de renovación de las fragatas. Defensa quiere incorporar cinco buques F-110, cuya fabricación, ademas, se realizarán en territorio nacional a cargo de Navantia, algo que generaría puestos de trabajo en los astilleros españoles. De aprobarse el plan de inversión, el primero de ellos podría estar listo en 2023, como ha confirmado la Armada. Estos buques cuestan alrededor de 2.000 millones y son la joya de la corona en cuanto a tecnología. Servirían para actualizar la flota actual de la Armada, que cuenta con seis fragatas Clase Santa María (F-80), que llevan en funcionamiento desde los años 80; y las de Clase Álvaro de Bazán (F-100), más modernas de principio de los 2000.
Otra de las prioridades es la renovación de los aviones de combate F-18, en servicio en el Ejército del Aire desde 1986. El objetivo del Ministerio de Defensa es adquirir un avión de combate europeo en el marco del programa Future Combat Air System, siguiendo los pasos de Reino Unido, Francia y Alemania. Este tipo de programas aeronáuticos requieren décadas de desarrollo, por lo que hasta que se complete y mientras los F-18 vayan dándose de baja, los militares españoles utilizarán el nuevo Eurofighter.
En la actualidad el Ejército dispone de 85 cazas F-18, de los cuáles a una veintena, adquiridos de segunda mano, les queda una vida útil de menos de cinco años, mientras que el resto pueden seguir en funcionamiento más de una década. En total, el Ejército del Aire disponía de 96 unidades, pero desde 1988 once aviones han sufrido accidentes. El último tuvo lugar el pasado 17 de octubre tras un fallo en el motor en la maniobra de despegue que causó la muerte del teniente Fernando Pérez, de 26 años.
Los vehículos de combate también están en la lista del ministerio. Concretamente los blindados 8x8, cuya fabricación también será española, por lo que se espera que haya un impacto laboral; así como los helicópteros navalizados NH-90, "absolutamente necesarios" en palabras de la ministra, y el submarino S-80. En este plan, además de la adquisición de nuevos medios también se priorizará el mantenimiento de los actuales. Es el caso de los submarinos, que serán revisados y se estudiará añadir una capa más al blindado, así como un nuevo sistema de mando y control para el Ejército de Tierra.
El pasado mes de abril, el Secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde, ya aseguró en el Congreso de los Diputados que los actuales programas de armamento “no son suficientes para garantizar la defensa nacional en el futuro inmediato”. Cospedal, además, siempre ha priorizado la inversión en la defensa del país frente a otras necesidades: “Si no tenemos garantizada nuestra defensa y nuestra seguridad, da igual tener garantizado el subsidio de desempleo, la sanidad pública o la mejor educación, porque lo primero que necesita un país es seguridad”, señaló el pasado año tras un encuentro con su homólogo estadounidense James Mattis.
Alcanzar el 2% del PIB
De aprobarse este plan de inversión, contribuiría a avanzar con el compromiso adquirido con los países de la OTAN de aumentar el gasto en Defensa hasta invertir el 2% del PIB en 2024. En la actualidad, España es uno de los países que más contribuye con efectivos militares a misiones en el exterior, pero se encuentra a la cola en cuanto a inversión, destinando menos del 1% del PIB, sólo por delante de Bélgica y Luxemburgo. Lo cierto es que a día de hoy apenas cinco países superan esa franja del 2%: Estados Unidos (3,61%); Grecia (2,36%); Estonia (2,18%); Reino Unido (2,17%) y Polonia (2,01%).
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