Del Guggenheim a la Costa de los dinosaurios, estos son los mejores museos del Cantábrico

El norte de España sugiere a la imaginación hermosos paisajes dominados por el verde de sus bosques y prados; el azul intenso del mar que se atreve a reflejar el cielo; y el ocre de arena y roca que bordea sus playas. Los vetustos puertos repletos de historias flanquean ciudades tan antiguas como industrializadas y, hacia el interior, surgen como por azar pedregosas aldeas llenas de encanto, donde la comida tiene la justificada fama de ser tan deliciosa como abundante. Allí, en el norte, el escarpado Cantábrico ofrece algunas de las vistas más impresionantes del litoral español, logrando una idílica unión entre mar y montaña realmente inspiradora.

Muchos se quejan de que en el norte llueve mucho, ignorando que ahí está el secreto de su riqueza natural. Lo bueno es que en la región más septentrional de nuestro país hay muchas actividades cuyo ocio y disfrute no dependen de que salga o no el sol. En concreto, su oferta cultural esconde algunas de los mejores joyas museística de España, tanto por su relevancia en el circuito artístico internacional, como es el caso del Guggenheim de Bilbao, como por su particularidad y unicidad, como resulta ser el Museo del Jurásico de Asturias.

El 'lugar de Chillida' a las afueras de San Sebastián

A un cuarto de hora en coche del centro de San Sebastián se encuentra el Chillida Leku (lugar de Chillida en castellano), un museo único, confeccionado en sí mismo como una gran obra de arte. En él la fusión entre arte y naturaleza se produce de una manera natural.

Formados por un caserío tradicional restaurado por el propio Eduardo Chillida y un gran jardín donde descansan sus esculturas como si formaran parte del paisaje. Además, este original museo cuenta también con el Lurra Cafe, un restaurante que promueve la economía local bajo las premisas de la responsabilidad social y medioambiental, fruto de un acuerdo entre Chillida Leku y Orona Fundazioa.

Las esculturas se integran en el paisaje como si siempre hubieran formado parte de él. En el jardín, las hayas, los robles y los magnolios conviven con las monumentales esculturas de acero y granito ubicadas en perfecto diálogo con el entorno. Si bien las obras presentan un aspecto de monumentalidad, el lugar está hecho a escala humana que es la escala con la que el artista trabajó siempre, poniendo a la persona como medida de su trabajo.

El Guggenheim de Bilbao, meca europea del arte contemporáneo

La gran joya de la corona en la famosa restauración de la ría Nervión-Ibaizábal, el Museo Guggenheim Bilbao, fue en sus inicios el resultado de una polémica y costosa colaboración entre las Administraciones Vascas y la Solomon R. Guggenheim Foundation.

Más de dos décadas después de su inauguración, en octubre de 1997, la realidad del museo ha superado las expectativas más ambiciosas a nivel artístico y cultural, pues este museo es una pieza clave que en la regeneración urbanística, económica y social de la ciudad de Bilbao y de su entorno inmediato. Además, tras los casi inabarcables Prado y Reina Sofía, el Guggenheim de Bilbao es el tercer museo más visitado de España.

Construido por el arquitecto canadiense Frank O. Gehry, los exteriores del Guggenheim son por sí solos una obra de arte. En su entrada, el enorme Puppy, la escultura floral de Jeff Koons, se ha convertido en una de las enseñas de la ciudad. Los interiores, igualmente icónicos, albergan algunas de las mejores colecciones del arte contemporáneo en sus diferentes formas de expresión, donde destacan las obras de artistas como Richard Serra, Yves Klein, Jeff Koons, o Louise Bourgeois.  

El centro Botín, el bastión cultural de Santander a orillas del mar

El Centro Botín, diseñado por Renzo Piano, está formado por dos volúmenes perfectamente alineados ofrece las mejores vistas de la bahía conforman este nuevo icono de la ciudad de Santander.

Este complejo cultural fue levantado en 2017 para acoger la colección de arte de la Fundación Botín, así como organizar exposiciones que definen la contemporaneidad. Uno de los mejores ejemplos en su interior es la retrospectiva sobre Ellen Gallagher with Edgar Cleijne: A law… a blueprint… a scale, la primera dedicada a esta creadora en España. 

La historia de Atapuerca en Santillana del Mar

La creciente admiración y curiosidad generadas por las cuevas de Altamira provocaron que en 1979 se creara el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira por parte del Ministerio de Cultura. El fin fue constituir un instrumento científico y administrativo para la mejor gestión y conservación de la cueva de Altamira.

La sede actual del museo se inauguró en 2001, en un edificio proyectado por el arquitecto Juan Navarro Baldeweg. Con la intención de proteger la cueva y su patrimonio, se llevó el museo a una zona cerca de Santillana del Mar.

Este museo recibe una media de 250.000 visitantes al año, siendo uno de los más visitados del país, gracias a su capacidad para mostrar el entorno histórico de uno de los hallazgos arqueológicos más trascendentes en el continente europeo, su naturaleza, el descubrimiento del arte y la vida en tiempos de Altamira

El Museo del Jurásico de Asturias en la Costa de los dinosaurios

Estratégicamente ubicado en la denominada Costa de los dinosaurios, el Museo del Jurásico de Asturias (MUJA) es un pequeño museo paleontólogico español que se encuentra aislado en la rasa costera de San Telmo, entre las localidades asturianas de Colunga y Lastres.

A menos de una hora de Oviedo y Gijón, se trata de uno de los más importantes del país. Su exposición recorre la historia de la evolución de la vida en la Tierra, desde la aparición de los dinosaurios hasta su extinción, prestando una especial atención a los períodos triásico, jurásico y cretácico.

Bajo la curiosa forma de gigantesca huella de dinosaurio, este museo acoge una de las muestras más completas y didácticas del mundo sobre estos fascinantes reptiles.

La visita al museo se puede completar con una la ruta por la Costa de los dinosaurios, salpicada de huellas y restos óseos de estos animales, que poblaron la región hace unos 150 millones de años, durante la última parte del Jurásico. A lo largo de este tramo de costa pueden visitarse nueve yacimientos de Icnitas de dinosaurios, protegidos por ley como monumentos naturales.