"¿Dónde acaba España? ¿Dónde empieza la historia? ¿Por qué Ceuta y Melilla pertenecen a España si están en África?", se interrogó el viernes la ex ministra María Antonia Trujillo ante un auditorio marroquí que celebró sus postulados. Su cuestionamiento abierto de la españolidad de Ceuta y Melilla, deslizando incluso la posibilidad de "devolver" los enclaves, han provocado un auténtico tsunami político al otro lado del Estrecho. Hasta su cese el pasado mayo, Trujillo ejercía como consejera de Educación de la legación diplomática española en Rabat, donde llegó incluso a aspirar a ser embajadora.
Las declaraciones de Trujillo han logrado un objetivo difícil de alcanzar en la polarizada arena política: unir en el rechazo al variopinto espectro de los partidos, también en las ciudades autónomas, cuyo estabilidad está estrechamente ligada a las relaciones con el vecino. Todas las formaciones ha censurado unas palabras que se producen apenas seis meses después del histórico cambio de posición español en el contencioso del Sáhara Occidental, un giro en el que el PSOE no encontró aliados parlamentarios y que ha provocado a su vez una crisis con Argelia.
Fue denunciada por su trato "insensible y ausente, cuando no amenazante"
Pero no es la primera vez que Trujillo, afincada en Marruecos, pronuncia afirmaciones similares. La ex ministra socialista fue cesada como consejera de Educación de la embajada de España en Rabat en mayo entre críticas del personal de los colegios españoles en Marruecos, que habían solicitado su marcha por su trato “insensible y ausente, cuando no amenazante”. En julio, confirmaron fuentes de la legación diplomática a El Independiente, se incorporó su sucesor.
Una nueva vida en Larache
Desde entonces, la ex ministra de José Luis Rodríguez Zapatero se ha establecido en Larache, una ciudad portuaria de 100.000 habitantes situada a unos 85 kilómetros de Tánger y 105 kilómetros de Tetuán, donde ofreció el viernes la conferencia que ha desatado la polémica. En declaraciones a este diario, los organizadores de las jornadas han celebrado su repercusión. La conferencia tenía como objetivo abordar "la nueva era" de los lazos diplomáticos. "El tema del Sáhara Marroquí siempre había empañado las relaciones bilaterales entre dos pueblos hermanos, unidos a lo largo de los tiempos por la historia, la geografía, la cultura, la economía, la política o la seguridad", alegan.
Se ha convertido en un rostro cada vez más presente en Marruecos
El giro copernicano ha cambiado el clima y Trujillo, que durante sus años como funcionaria española evitó pronunciarse, ha declarado finalmente sus simpatías hacia el régimen marroquí. “He decidido vivir aquí en Larache porque creo que es el momento de devolver a este país lo que este país nos ha dado a todos los que hemos decidido trabajar de una forma u otra”, declaró en junio Trujillo en unas declaraciones a la prensa marroquí. Trujillo no ha respondido a las peticiones de entrevista cursadas por este diario.
La ex titular de Vivienda, de 61 años, se ha convertido en un rostro cada vez más presente en el país vecino. Ofrece regularmente entrevistas en los medios locales. Sus últimas declaraciones en unas jornadas organizadas por una universidad de Tetuán también han sido ampliamente difundidas al otro lado del Estrecho.
“Yo creo que las ciudades de Ceuta y Melilla, los peñones e islotes suponen una afrenta a la integridad territorial de Marruecos”, señaló Trujillo en el transcurso de la conferencia que inauguró la mañana del viernes Rodríguez Zapatero. “Creo que son vestigios del pasado que interfieren en la independencia económica y política de este país y en las buenas relaciones entre los dos países”, agregó alineándose públicamente con las tesis que defiende Rabat. A su juicio, ambas plazas fueron “durante más tiempo árabes que cristianas”, por lo que “el recurso a la historia, al hecho histórico, debe hacerse con prudencia y en este caso concreto el argumento es debatible”.
Es el momento de devolver a Marruecos lo que este país nos ha dado a todos los que hemos decidido trabajar aquí de una forma u otra
Desafío a la soberanía española
Desde que en marzo la Casa Real marroquí hiciera pública la carta enviada por Pedro Sánchez a Mohamed VI, la incógnita ha sido si a cambio del reconocimiento español, Rabat renunciaba a reclamar las ciudades autonómas, piezas claves de su proyecto de Gran Marruecos. Otra de las preguntas que carecen aún de respuesta es si el régimen marroquí proporcionó a España un compromiso escrito, en reciprocidad al cambio de posición en el contencioso del Sáhara.
“No veo ninguna mención a Sebta o Melilla en ninguna de las declaraciones oficiales ni de Marruecos ni de España. La posición marroquí sigue siendo la misma”, subrayó en declaraciones a este diario Abdelmalek Alaoui, presidente del Instituto marroquí de Inteligencia Estratégica y una figura bien conectada con los círculos de poder del país vecino.
Según Trujillo, la situación de ambos enclaves reclama “una respuesta razonable y aceptable para los dos países mediante un diálogo abierto y sincero”. “Ante los efectos nocivos de unas fronteras no sanas, la respuesta política es el diálogo y no mirar a otro lado. La reivindicación marroquí está plenamente justificada e inscrita en su ideario nacional y es irrenunciable”, concluyó la ex ministra entre los aplausos del auditorio de la Universidad Abdelmalek Essaadi de Tetuán.
Según Trujillo, la solución debe ser política. “El peso de los argumentos históricos y jurídicos, que los hay y son relevantes [a favor de la españolidad de ambas ciudades] cede ante el devenir de los hechos que reclaman una respuesta política, ética, razonable y aceptable para ambos países mediante un diálogo abierto y sincero”, opinó en un discurso públicamente íntegramente por este diario.
El Sáhara no es una colonia ni desde el punto de vista del territorio ni de la historia ni del derecho, al haber formado parte del territorio de Marruecos de una forma u otra a lo largo de la historia
Apoyo al "Sáhara marroquí"
La socialista mantiene una relación laboral con el centro universitario desde el que lanzó el viernes sus polémicas declaraciones. En julio, durante unas jornadas dedicadas a comparar el diseño autonómico español con el marroquí, Trujillo calificó el plan de autonomía marroquí para el Sáhara como “una iniciativa regional soberana, avanzada y realista, y una hoja de ruta sostenible y ambiciosa”. “Los enemigos de la integridad territorial de Marruecos rechazan, por ignorancia y desconocimiento, este importante proyecto que responde a las aspiraciones de la sociedad", alegó.
Los enemigos de la integridad territorial de Marruecos rechazan por ignorancia el plan de autonomía
“Las tesis de los enemigos de la integridad territorial del Reino sobre el plan de autonomía marroquí son falsas y demuestran que desconocen el contenido del citado plan y de la importante legislación relacionada con él. Desconocen la historia de Marruecos o la ignoran deliberadamente", denunció. En su opinión, "el Sáhara no es una colonia ni desde el punto de vista del territorio ni de la historia ni del derecho, al haber formado parte del territorio de Marruecos de una forma u otra a lo largo de la historia". Ya entonces sus declaraciones resultaron muy contundentes aunque pasaran completamente desapercibidas en España. “El conflicto sobre el Sáhara marroquí es artificial y no aborda los problemas de los ciudadanos y sus aspiraciones socioeconómicas y de desarrollo”, recalcó.
Trujillo reconoció por aquellas fechas, apenas dos meses después de abandonar un cargo público español, que había visitado los territorios del Sáhara ocupados por Marruecos en varias ocasiones. “He observado personalmente, durante varias visitas sobre el terreno, que el Sáhara marroquí, al igual que las demás regiones del Reino, se adhiere plenamente al nuevo modelo de desarrollo de Marruecos, que ha realizado grandes esfuerzos en las provincias del sur a todos los niveles, especialmente en el ámbito social y de los derechos humanos", comentó. Tampoco titubeó al vincular la decisión del Gobierno español con el reconocimiento a la soberanía marroquí del último territorio de África pendiente de descolonizar.
Una historia de amor
La ex ministra, oriunda de Peraleda del Zaucejo (Badajoz), llegó a Marruecos hace tres años para dirigir la consejería de Educación de la embajada española en Rabat, que gestiona once centros de enseñanza en territorio marroquí. Su aspiración, no obstante, era convertirse en embajadora en Marruecos, un sueño finalmente frustrado. En 2015 había iniciado una relación sentimental con Nordin Fatah, miembro de la Unión Socialista de Fuerzas Populares -el trasunto marroquí del PSOE-.
Quiero que sepas que en tu despedida llovían lágrimas del cielo. Lo que dura la luz, eso somos. Espérame
Fatah falleció en diciembre de 2020 como consecuencia de un cáncer que le consumió rápidamente. “Mi amor, te has ido en silencio y rápido, fuerte y valiente pero preguntándote ¿por qué? Convencida de que estarás en el paraíso, pero siempre en mi recuerdo. Quiero que sepas que en tu despedida llovían lágrimas del cielo. Lo que dura la luz, eso somos. Espérame”, escribió entonces en las redes sociales.
Trujillo le sigue dedicando fotografías en sus redes sociales, recordando algunos instantes de su relación. Ambos acudieron a Ferraz en la noche electoral de abril de 2019 en la que el PSOE ganó las elecciones y se fotografiaron sonrientes junto a Sánchez, eufórico tras su travesía por el desierto. “Un gran resultado de un gran partido para un gran país. Una gran noche. Una importante y aplastante victoria del PSOE y de Pedro Sánchez y un triunfo vital para un país hermano y vecino”, declaró entonces Fatah, que estudió Traducción e Interpretación en Granada y hablaba español con soltura.
En plena pandemia reconoció públicamente haber donado 10.000 euros de su sueldo para un fondo creado por Mohamed VI para luchar contra el covid
En las últimas semanas, Trujillo se ha vuelto más cautelosa en sus redes sociales. El acceso a su cuenta de twitter, hasta ahora público, ha sido restringido. En 2020, en plena crisis sanitaria provocada por la propagación del coronavirus, reconoció públicamente que había donado 10.000 euros de su sueldo como consejera de Educación para un fondo establecido por el rey Mohamed VI para la lucha contra el covid. Su anunció no estuvo tampoco libre de controversia: las cifras de contagios y fallecidos eran mínimas en el país vecino mientras España vivía su ola más mortífera. La ex ministra no escatimó alabanzas a la gestión sanitaria de las autoridades marroquíes.
Cuando se estableció en Rabat, Trujillo abandonó la docencia en la Universidad de Extremadura, donde ejercía como profesora de Derecho Constitucional. También dejó atrás sus apariciones, a menudo controvertidas, en las tertulias políticas de las cadenas de televisión Intereconomía y 13TV.
Marruecos y España tienen que avanzar mucho en el ámbito de las relaciones y tenemos que colaborar entre todos
Cooperación cultural y universidad
Desde mayo, la ex ministra -que, antes de su salto a la política nacional, fue consejera de Presidencia y Fomento de Juan Carlos Rodríguez Ibarra- asegura trabajar como conferenciante y consultora. “Actualmente estoy trabajando en el ámbito de la cooperación cultural y también en el universitario. Marruecos y España tienen que avanzar mucho en el ámbito de las relaciones y tenemos que colaborar entre todos”, deslizó recientemente en una entrevista en la prensa marroquí.
Uno de sus nuevos quehaceres en territorio marroquí está ligado a la Universidad Abdelmalek Essaadi, la principal universidad pública del norte de Marruecos y organizadora de las jornadas que el viernes causaron polémica. Su alegato ha sido censurado por la dirección nacional del PSOE. “El Gobierno no duda de la españolidad de Ceuta y Melilla”, indicó el domingo Patxi López, portavoz socialista en el Congreso de los Diputados, quien rebajó la declaración a “una opinión particular”.
“Desde luego el Gobierno no está de ninguna manera de acuerdo con esas declaraciones”, apostilló. La condena ha sido unánime en ambas ciudades autónomas. La agrupación socialista en Ceuta las tildó de “inadmisibles”. “La españolidad de Ceuta y las defensa de los intereses de nuestra ciudad y la de los y las ceutíes, están por encima de las siglas de nuestro partido, por lo que no aceptamos y rechazamos totalmente estas opiniones personales vertidas por la señora Trujillo”, indicaron.
Los presidentes de ambos enclaves también secundaron la censura pública. Para el melillense Eduardo de Castro, su discurso es “injusto, desleal y desproporcionado”. “Es deleznable y más aún reconociendo nuestros más que probados derechos que nos unen indefectiblemente a España”, subrayó el popular Juan José Imbroda. “El amor con un marroquí y supongo que algo más material la lleva a ir contra España”, agregó. Para el presidente de Ceuta, Juan Vivas, se trata de “una inaceptable deslealtad”. “Demuestra un profundo desconocimiento de la historia y del derecho, así como una absoluta falta de respeto a los ceutíes y los melillenses”, apuntó.
Estoy orgullosa de las instituciones marroquíes y también de su gente
Trujillo ha puesto de acuerdo a todo el arco político de ambas ciudades. Mustafa Aberchan, fundador de Coalición por Melilla, aseguró que sus declaraciones “colocan obstáculos en las buenas relaciones que pretenden abrirse camino con el acuerdo de no cuestionar la integridad de ambos países, fruto reciente de un acuerdo por el nuevo estatus del Sáhara”. “La exministra Trujillo ha dicho lo que ya pensaba cuando desempeñaba las más altas funciones de representación del estado español”, deslizan desde la sucursal ceutí de Vox.
Valedora de Rabat
La ex ministra se ha convertido en la principal valedora de los postulados marroquíes, con mayor vehemencia incluso que el que fuera su jefe, José Luis Rodríguez Zapatero, que tampoco ha dudado en reconocer públicamente su apoyo cerrado al plan de autonomía. “Afortunadamente las relaciones se han recuperado y creo que es el momento de que todos trabajemos para avanzar en que esas relaciones sean cada vez más sólidas entre dos países que somos hermanos”, comentó Trujillo.
“Estoy muy orgullosa de estar en Marruecos. Estoy orgullosa de sus instituciones y también de su gente y también del trabajo que se está haciendo por las relaciones bilaterales”, admitió. En esas mismas declaraciones a la prensa, meses antes de la polémica que han desatado sus reivindicaciones sobre Ceuta y Melilla, Trujillo compartió su sueño: “Podemos encontrar juntos oportunidades para que las relaciones sean sólidas y definitivas. Y que Marruecos y España seamos el mismo país”.
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