La activista ucraniana Oleksandra Matviichuk, presidenta del Centro para las Libertades Civiles (CCL) es una de las premiadas por el Right Livelihood de este año, conocido popularmente como el "Nobel alternativo". Comparte el galardón, fallado este jueves en la ciudad de Estocolmo, con la iniciativa venezolana Cecosesola (Central de Cooperativas de Lara), las somalíes Fartuun Adan e Ilwad Elman y el ugandés Instituto Africano para la Gobernanza Energética.
La fundación sueca que concede anualmente el premio reconoce a Matviichuk por su aportación a "la construcción de instituciones democráticas sostenibles en Ucrania y el modelado de un camino hacia la responsabilidad internacional por los crímenes de guerra". La activista, uno de los principales rostros de la lucha por los derechos humanos en su país, preside el Centro para las Libertades Civiles (CCL), fundado en 2007 para promover los derechos humanos, la democracia y la solidaridad en Ucrania y Eurasia. Según el Right Livelihood, ha trabajado "en el fortalecimiento de la sociedad civil ucraniana y las instituciones nacionales durante más de una década".
La organización se dio a conocer en 2013 al documentar las violaciones de los derechos humanos y prestar asistencia jurídica durante la represión de las protestas del Euromaidán. También ha impulsado iniciativas para supervisar las violaciones de los derechos civiles por parte de diversos organismos gubernamentales, documentar la presión sobre la sociedad civil o levantar acta de las persecuciones de los defensores de los derechos humanos.
Su labor, considera el jurado sueco, "está allanando el camino hacia la rendición de cuentas, lo que está cobrando cada vez más importancia desde la invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022". También para "la construcción de un futuro democrático para Ucrania".
Una red de cooperativas en Venezuela
El galardón ha sido compartido con Cecosesola (Central de Cooperativas de Lara), una red de organizaciones comunitarias establecidas en zonas de bajos ingresos que produce y proporciona bienes y servicios asequibles a más de 100.000 familias en siete estados venezolanos. El Right Livelihood celebra la creación de "un modelo económico equitativo y cooperativo como alternativa sólida a las economías con ánimo de lucro".
"Guiada por un proceso de transformación cultural, la red se ha ampliado enormemente en los últimos 55 años para incluir servicios funerarios cooperativos, mercados de alimentos, una red de salud, servicios de ahorro y préstamo, así como producción agrícola y pequeñas plantas de procesamiento", explica la institución sueca. Las actividades económicas de Cecosesola se autofinancian casi en su totalidad y se ofrecen muy por debajo de los precios de venta al público.
La madre e hija que está cambiando Somalia
También han resultado galardonadas las somalíes Fartuun Adan e Ilwad Elman y el ugandés Instituto Africano para la Gobernanza Energética. Fartuun e Ilwad, madre e hija, trabajan desde su iniciativa "Elman Peace" para construir construir la paz en Somalia a través de la reintegración de excombatientes y la lucha contra la históricamente silenciada violencia de género que afecta a niñas y mujeres. Dejando atrás la seguridad del exilio, regresaron a su país de origen para continuar con el legado de Elman Ali Ahmed, brutalmente asesinado por su trabajo. "Su trabajo intergeneracional y holístico proporciona un refugio seguro a muchas personas en medio de la inestabilidad", considera el jurado.
Su labor está enfocada especialmente en ofrecer respaldo a las víctimas de la violencia de género, desarmar y rehabilitar a los niños excombatientes y dotar a las mujeres y a los jóvenes de habilidades laborales y de liderazgo. El proceso de Adan y Elman, muy conectado con las raíces del extremismo que se extiende por África, incluye apoyo psicosocial, rehabilitación, educación, formación profesional e inserción laboral. Su éxito en Somalia ha permitido exportar el modelo para abordar conflictos similares en toda África Occidental y Central.
En lucha contra los efectos del petróleo en Uganda
El Instituto Africano para la Gobernanza de la Energía (AFIEGO) completa el cuarteto de premiados. Se trata de una organización ugandesa que instruye a las comunidades locales para que se opongan a los proyectos perjudiciales para el medio ambiente relacionados con la explotación del petróleo y el gas. A través de la promoción, las campañas en medios de comunicación y las acciones legales locales e internacionales, la institución ha logrado que las voces de las comunidades sean escuchadas por los responsables políticos.
El hallazgo de reservas comerciales de petróleo de Uganda en 2006 provocó rápidamente un incremento de las expropiaciones de tierras, los desplazamientos ilegales y la degradación medioambiental. Establecido en 2005, el instituto se halla en la vanguardia de los esfuerzos para detener la construcción del oleoducto de África Oriental (EACOP), que transportaría el crudo desde Uganda hasta un puerto de Tanzania. Su labor, recuerda el jurado sueco, ha suscitado graves reacciones del gobierno ugandés, dando lugar a amenazas y acoso, incluidos arrestos y detenciones, contra la plantilla de la organización.
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