El reconocimiento oficial de la Duma de la anexión a Rusia de las regiones ucranianas de Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón no está teniendo ningún efecto práctico sobre el terreno. Las contraofensivas del Ejército de Ucrania siguen siendo exitosas, con una moral favorecida por la debacle rusa en Limán. Esta ciudad, en la que Rusia había acumulado miles de tropas, se ha convertido ahora en el ejemplo de su derrota militar: allí fueron rodeadas y destruidas mientras trataban de huir hacia el este. Ahora Ucrania está a menos de 30 kilómetros de grandes núcleos ocupados como Lysychansk o Severodonetsk, claves en un futuro avance hacia Lugansk.
De momento, la batalla se ha trasladado ahora de Limán a Kreminna. Al mismo tiempo, algo más al norte, Ucrania empuja desde Kupiansk hacia Svatove, ya superado el río Oskil. Algunos analistas rusos aseguraban este lunes a última hora que el mando militar había ordenado evacuar esta localidad en las próximas 72 horas ante la posibilidad de quedar rodeados como en Limán. Los dos enclaves son importantes en las rutas logísticas rusas en el norte del Donbás y su caída podría comprometer la posición rusa en toda la zona.
"Nuestras tropas se están retirando sin luchar, lo que se debe a la imposibilidad de defender con éxito esta vasta zona boscosa con las fuerzas disponibles", escribía durante la tarde en Telegram Igor Girkin sobre el avance ucraniano hacia Svatove. Canales militares informaban este lunes que las fuerzas ucranianas habían avanzado esta jornada al menos hasta Kyslivka, a medio camino ya entre el río y la ciudad objetivo.
Girkin, que fue comandante militar de las fuerzas separatistas de Donetsk en 2014, compartía el ánimo pesimista que se cierne sobre el ejército ruso: "Pasarán unas semanas más durante las cuales solo podremos defendernos y 'apretarnos' en territorios controlados, y las reservas que se están reclutando ahora no estarán listas para su uso. Dios no permita que el enemigo se dé cuenta plenamente de la importante ventaja que tiene ahora".
A la orilla del río hasta Jersón
Sin embargo, el frente del noreste, que comenzó en los alrededores de Járkov y ya ha avanzado casi 200 kilómetros hasta penetrar en el Donbás, no es el único en el que Ucrania golpea a Rusia. El otro gran foco está en el sur del país, en la campaña de avance hacia Jersón, cuya recuperación parece prioritaria para el gobierno de Kiev.
El teatro de operaciones de esta batalla es el río Dnieper, un inmenso caudal que prácticamente divide a Ucrania en dos mitades. El Dnieper pasa por Kiev, avanza hacia el este hasta Dnipro, desde ahí baja a Zaporiyia y toma dirección oeste, pasando por Jersón, hasta desembocar en el mar Negro cerca de Odesa. Es en esa última zona donde Ucrania está logrando avances importantes en las últimas horas.
Antes del fin de semana, las fuerzas locales batallaban cerca de Osokorivka y Marianske, en las fronteras de las regiones de Dnipropetrovsk y Jersón, teóricamente anexionada por Rusia. 72 horas después, Ucrania ha hecho retroceder al Ejército invasor casi 40 kilómetros hacia el sur, río Dnieper abajo, hasta la localidad de Dudchany, donde Rusia trató de detener el avance ucraniano durante unas horas. Por el camino, los soldados han izado la bandera ucraniana en multitud de localidades liberadas, como Khreshchenivka o Myroliubivka.
A su vez, Ucrania avanza desde el oeste, con el objetivo de embolsar al enemigo hacia el río, una frontera natural importante y que podría acabar siendo una trampa para Rusia.
Numerosos canales de Telegram rusos confirman la intensidad de las batallas en esta región, que Rusia ahora considera clave. Perder en Dudchany, pese a ser una pequeña localidad de poco más de 2.000 habitantes, supone dejar el camino libre para que Ucrania avanzara hasta Berislav, otros 45 kilómetros más al sur.
Perdido Dudchany, Rusia sólo puede ralentizar el avance ucraniano destrozando infraestructuras. En el camino hacia Berislav, la angosta carretera T-0403 cruza varios afluentes o lenguas salientes del Dnieper: una de 240 metros en la propia Dudchany, otra igual cerca de Mylove y una última de 450 metros en Novokairy. Aunque no se trata de puentes propiamente dichos, sino de presas de tierra elevadas, compactas y muy costosas de derruir, destrozar esas vías dejaría a Ucrania sin un camino directo para movilizar grandes contingentes y equipamiento pesado.
A última hora de la noche, las cuentas prorrusas ya reconocían que Ucrania controlaba la mitad norte de Dudchany y que las fuerzas rusas estaban destrozando la carretera sobre el entrante del río para impedir un avance rápido o que les persiguieran en la retirada.
Sin embargo, otras cuentas vinculadas a grupos de mercenarios que luchan con Rusia en el frente, aseguraban que esas voladuras no detendrían en absoluto a las fuerzas ucranianas. "Por decirlo suavemente, no será difícil para el enemigo rodear el río. La situación se está convirtiendo en crítica", aseguraba uno de estos canales cerca de la medianoche.
Al contrario que los puentes, las presas de tierra son compactas y muy difíciles de volar. Algunas de ellas sí tienen pequeños tramos de puente en sus extremos, por lo general de pocos metros, fácilmente superables con construcciones de emergencia. La alternativa para Ucrania es rodear estos obstáculos con pequeños desvíos de varios kilómetros campo a través.
Una ruta con menos trabas para llegar a Berislav se centra en la carretera que llega desde el oeste, y en la que Kiev también está presionando para cerrar la pinza sobre el río. Una vez allí, Ucrania estaría ya a menos de 50 kilómetros de su objetivo y a las puertas de Nueva Kajovka, el verdadero puente, el único que une las dos cuencas del Dnieper en los casi 300 kilómetros de cauce que discurren entre Jersón y Zaporiyia.
Controlando ese paso, y poniendo pie ya en la otra orilla, Ucrania podría amenazar a Rusia con una operación envolvente sobre Jersón, además de ubicarse a la entrada de Crimea y aspirar a recuperar el control de toda su costa del mar Negro. No obstante, el poder militar de Rusia en esta zona es muy importante, y las estimaciones hablan de más de 20.000 tropas listas para la defensa de este enclave.
Dudas sobre las fronteras recién anexionadas
Las derrotas militares en Ucrania tienen cada vez peor venta para la opinión pública en Moscú, toda vez que se están produciendo ya en territorios oficialmente anexionados por la Duma. No son batallas en suelo extranjero, sino en terreno considerado como propio tras la adhesión oficial de las cuatro regiones.
Rusia considera, en el caso de Donetsk, que "los límites del territorio de la República Popular de Donetsk están determinados por las fronteras del territorio que existían el día de su formación y el día en que fue admitida en la Federación Rusa", reza el documento sobre el acuerdo de la admisión del territorio, tal y como ha podido saber la agencia rusa TASS.
Este documento indica, también, que se tratará de la misma forma las fronteras de la autoproclamada República Popular de Lugansk, de Zaporiyia y de Jersón. Además, advierte de que los límites de estos territorios con los demás estados extranjeros "serán la frontera estatal de la Federación Rusa".
Para el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, las constantes derrotas rusas en el frente demuestran que "Rusia cometió un error iniciando una guerra contra Ucrania". En un vídeo publicado a última hora, el dirigente aseguraba que sólo los "fanáticos" eran incapaces de ver que la invasión rusa de Ucrania es "una guerra sin sentido que Rusia no puede ganar".
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