Última llamada para Lionel Messi (Rosario, Argentina 1987). No hay más oportunidades. La colección de hitos en la historia del '10' goza de todos los cromos, excepto uno. Leo cuenta con piezas muy cotizadas que incluso se repiten en su haber -como Champions League y balones de oro-, pero que cambiaría por la carta más poderosa, la que más brilla, la que le falta: la Copa del Mundo, la única capaz de convertir a un humano en Dios, como pasó en Argentina en 1986 con Maradona. Cuatro intentos fallidos (Alemania, Sudáfrica, Brasil y Rusia) y una última oportunidad a los 35 años con una inercia ganadora única en su país y un tobillo de extraña fisonomía que ha provocado la histeria de millones de argentinos.
La sombra de Diego Armando Maradona (1960-2020) siempre ha volado sobre la carrera de Messi. Una presión adicional que ha perseguido al genio rosarino desde sus inicios pero a la que siempre ha respondido. Lo que fue y es Maradona en Argentina, asociado a un contexto político determinante, difícilmente se repetirá, aunque Messi tiene en sus pies la posibilidad de mirarle de tú a tú y de emular a su ídolo.
Argentina se siente favorita para alzar al cielo de Lusail el trofeo de campeones el próximo diciembre. El viento sopla a favor de los de Scaloni después de proclamarse vencedores de la Copa América frente a Brasil en 2021 y de golear a Italia en 'La finalissima' el pasado verano. Además, su líder llega pletórico, a diferencia de cómo lo hizo a su última participación en una gran competición internacional, cuando Messi no acababa de arrancar en el PSG. 12 goles y 14 asistencias en 19 partidos hasta el parón mundialista ilusionan a los argentinos.
El nivel de excitación es tal que les ha llevado a creer que su capitán era duda para el debut por una posible inflamación en su tobillo, rara para el resto de mortales pero que se trata de la forma habitual de la articulación de Messi. "Me siento muy bien físicamente. Llego en un gran momento, tanto en lo personal como en lo físico. Entrené a parte porque tenía un golpe, pero nada raro", explicó ayer en rueda de prensa.
Prueba de esta emoción desmesurada son las polémicas declaraciones de la ministra argentina de Trabajo Raquel Kelly Kismer de Olmos, que entre el descenso de la inflación en el país y la victoria en el Mundial se decantó por la opción inesperada para su cargo: "Hay que trabajar todo el tiempo por la inflación, pero un mes no va a hacer una gran diferencia y, en cambio, desde el punto de vista anímico, de lo que significa para el conjunto de las argentinas y los argentinos, queremos que Argentina salga campeón".
Todos los focos sobre Messi
La atípica fecha del Mundial de Qatar 2022 ha pillado a los futbolistas en un pico de forma diferente al habitual. Se trata del primer Mundial donde los últimos número 1 y 2 del Balón de Oro (Karim Benzema [Francia] y Sadio Mané [Senegal]) causan baja por lesión. Esto, unido al gran momento que atraviesa Argentina, pone todavía más si cabe el foco sobre Messi. La narrativa es sin duda la del Mundial de Messi, a la espera de las figuras que puedan surgir y del papel de Brasil como principal candidata. "Es hermoso que mucha gente que no es argentina quiere que gane argentina por mi. Estoy recibiendo otra vez muestras de cariño. Soy agradecido", comentó Messi en la víspera de su debut.
Al revés que Maradona, que primero campeonó en México’86 y luego sucumbió en la final de Italia’90, Messi puede abrazar la gloria mundialista después de la derrota sufrida en la prórroga de la final de Brasil 2014. Sus logros conseguidos en clubes sitúan a Messi muy por encima de Maradona, sin embargo, la mística del Mundial, aderezada con la mano de Dios, el gol de siglo y la Guerra de las Malvinas de fondo, elevó a Maradona a una categoría sólo alcanzable por Messi si redondea su carrera con la victoria en Qatar.
El sorteo encuadró a la selección de Scaloni en un grupo más que asequible para ellos, con Polonia, México y Arabia Saudí, aunque el hipotético primer cruce podría enfrentar a Argentina con potentes equipos como su verdugo en Rusia y vigente campeón Francia o la prometedora Dinamarca. Las previsiones dibujan un posible choque entre Argentina y Brasil en semifinales siempre y cuando ambas superen su grupo como líderes y avancen hasta la ronda previa a la final.
El triunfo de Messi en Qatar eliminaría prácticamente cualquier 'pero' a su trayectoria y además le podría colocar como el futbolista con más partidos en la historia de los mundiales. El alemán Lothar Mattäus posee este récord con 25 partidos y, en caso de que Argentina jugue la la final o el tercer y cuarto puesto y que su '10' haya participado en todos los encuentros, Messi se auparía al liderato de la lista.
Pero el reto de Messi no entiende de ránkings ni de estadísticas, sino del recuerdo que dejará en los argentinos y en el planeta fútbol tras su retirada, junto su ídolo o incluso por encima de él.
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