Moncloa atribuye a PSOE y Podemos el "castigo" que recibió este martes el ministro de Economía, Luis de Guindos, en su camino hacia la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BEI). Fuentes gubernamentales reprochan que el socialista Jonás Fernández y Ernest Urtasun, de Podemos, forzaron a socialistas, verdes y extrema izquierda del Parlamento Europeo "a votar en contra del español y a favor del aspirante irlandés", Philip Lane.
Y la cosa puede incluso empeorar en el futuro. Desde el PP temen que la composición de la nueva lista europea que confeccione Pedro Sánchez impida a los españoles "funcionar como una única delegación", algo que han hecho, por ejemplo, a la hora de contrarrestar en Bruselas el discurso del independentismo.
Al margen de las diferencias ideológicas, durante la última legislatura europea ha habido una excelente colaboración de los populares con los eurodiputados socialistas más veteranos, esto es, Ramón Jáuregui, Elena Valenciano, José Blanco, Enrique Guerrero y Juan Fernando López Aguilar, curiosamente, todos ellos alineados en contra del actual líder del PSOE en su pugna contra la andaluza Susana Díaz. La lista de 2014, año de las últimas elecciones europeas, fue confeccionada por Alfredo Pérez Rubalcaba y la de 2019 será la primera de Sánchez para la Eurocámara. Nadie da un duro por la continuidad de los antes citados.
Moncloa arremete contra el PSOE y habla de "ridículo" de Ciudadanos por el rechazo a Guindos
Todo apunta a que los cambios en la lista del PSOE van a ser profundos por cuestiones de afinidad política. También lo serán en la popular, pero en su caso por un criterio que tiene que ver más con la renovación generacional que con otra cosa, habida cuenta de los años en Europa que llevan acumulados muchos de los actuales eurodiputados. A falta de saber todavía quiénes encabezarán ambas candidaturas, lo previsible es que salgan de la popular Luis de Grandes, Santiago Fisas, Francisco Millán -cuñado de Rajoy- y Agustín Díaz de Mera. Caso distinto es el de Miguel Arias Cañete, actual comisario de Energía y con todas las papeletas para no volver a encabezar la lista.
Bien es cierto que a Rubalcaba aquellas elecciones europeas de 2014 le costaron la secretaría general de los socialistas. El PSOE bajó de los 23 eurodiputados de 2009 a 14 y se produjo la irrupción de Podemos con cinco escaños. También los populares se dejaron nada menos que ocho asientos en la Eurocámara al pasar de 24 a 16.
Los nuevos de un partido y otro deberán poner a prueba su capacidad de sacar adelante aquellas cuestiones de interés para España, aunque lo acontecido este martes con Guindos sirve a modo de prolegómeno de cómo pueden trasladar a Bruselas sus cuitas nacionales. Moncloa extiende su crítica también "al papel humillante de Ciudadanos", dado que la representante del grupo de los liberales que participó en la votación, una diputada flamenca, "llamó al eurodiputado convergente Ramón Tremosa, el protector de Carles Puigdemont en Bruselas, y no al partido de Rivera para preguntar qué votaba", aseguran las fuentes gubernamentales.
Nadie da un duro por la continuidad de Blanco, Valenciano, Jáuregui, Guerrero y López Aguilar
En definitiva, Podemos, PSOE y Ciudadanos, dicen, "votaron al irlandés y contra Guindos, ¿cómo iba a ganar el español", lamentan, para subrayar a continuación que a Irlanda "se le considera un paraíso fiscal de la Eurozona". En todo caso, el Gobierno no se puede llamar a engaño pues Sánchez ya anunció su voto en contra de Guindos tras reclamar para ese puesto a una mujer con conocimientos técnicos para el cargo.
En todo caso, desde Europa aseguran que "PP, PSOE, Ciudadanos y UPyD hemos actuado como una sola delegación" en Bruselas, lo que ha permitido, por ejemplo, que España siente cinco eurodiputados más en la Eurocámara tras las elecciones de 2019, ya que pasamos de 54 escaños a 59. Sólo Francia crece cinco como España mientras Irlanda e Italia sólo tres. "Hemos jugado todos la misma partida. Queríamos sesenta diputados. Nos deben una", afirman de forma harto gráfica fuentes europeas del PP respecto de la unidad de acción con el resto de los grupos españoles.
Cataluña y la ampliación del número de eurodiputados para España son producto de un trabajo conjunto
También explican que si en Cataluña "se ha ganado el pulso" ha sido en buena medida "porque en la UE hemos ganado la partida". Que ni un sólo país de la Unión haya respaldado la "república catalana" ni haya aprobado ninguna moción ni enviado ningún observador a ese referéndum ilegal de octubre pasado, ha sido una tarea colectiva. Y eso que, tras el 1-O, "hubo momentos muy difíciles pues las imágenes nos perjudicaron. Ha habido que hablar con muchos y explicar mucho".
De hecho, admiten desde Europa que si las imágenes de las cargas policiales "hubieran ocurrido diez o quince años antes, no sabemos qué habría pasado".
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