En el mejor de los casos no se completará hasta 2028. El plan está diseñado y dibuja un horizonte que se extiende durante un lustro hasta que la Policía Foral de Navarra asuma íntegramente la gestión del tráfico en toda la Comunidad Foral, materia que ahora comparte con la Guardia Civil. Hasta entonces, y una vez que la titularidad sea cedida al Ejecutivo Navarro, -hecho que está comprometido por Pedro Sánchez para antes del 31 de marzo próximo-, la absorción será progresiva. El traspaso de la titularidad de un Cuerpo a otro se traducirá de facto en la salida de la Unidad de Tráfico de la Guardia Civil de sus 186 agentes, no así del resto de unidades del Cuerpo –Seguridad Ciudadana, Seprona, Medio Ambiente…- que por el momento continuarán con su labor en Navarra.
La salida para los Guardias Civiles de Tráfico se realizará por varias vías. Por un lado, los agentes que lo deseen podrán integrarse en otra Unidad de la Benemérita si no quieren dar el salto a la Policía Foral pero sí permanecer en Navarra. Quienes, en cambio, prioricen continuar como guardias civiles de Tráfico deberán hacerlo en otro destino alejado de Navarra. A menos de cuatro meses para que se formalice el traspaso, los agentes de la Guardia Civil insisten en que no se les ha informado sobre las condiciones que se les brindarán, más allá de aspectos generales, para tomar una decisión con una afección personal y familiar importante.
La integración ideal de ambas unidades de Tráfico requerirá, según las estimaciones del Gobierno de Navarra, que al menos 149 Guardias Civiles soliciten su integración en la Policía Foral en los próximos cinco años. Supondría absorber prácticamente el 80% de los agentes que ahora forman la unidad de Tráfico. Son los agentes que se estiman necesarios para conformar un equipo de 375 policías capaz de asumir en su totalidad la competencia de Trafico.
Por ahora, se desconoce cuántos guardias civiles destinados en la Comunidad Foral se decantarán por esta opción, pero desde distintos sindicatos del Cuerpo se apunta a que, por el momento, y a falta de que se conozcan las condiciones en las que se haría la integración, no son muchos los que han manifestado su deseo de pasarse a la Policía Foral. En caso de que no se alcance esa cifra de 149 incorporaciones el Ejecutivo navarro tendrá que convocar nuevas plazas para cubrir los puestos requeridos.
Diferencias salariales: 2.100 frente a 2.700 euros
En gran medida, la capacidad de atracción de los guardias civiles hacia el Cuerpo foral dependerá de la llamada ‘pasarela’ que el Gobierno de Navarra ofrezca. La propuesta de cambio de Cuerpo policial viene recogida en la disposición adicional novena de la Ley Foral de Policías de Navarra de 2018. En principio, el compromiso pasa por respetar las actuales condiciones salariales de las que disfrutan los guardias civiles, que son significativamente mejores que las de los Policías Forales. El complemento de destino o ‘peligrosidad’ que históricamente se ha pagado a los guardias civiles destinados en Euskadi y Navarra es la razón principal de esa diferencia salarial.
El Ejecutivo de María Chivite no ha concretado por el momento a los agentes qué oferta y condiciones les brindará, pero sí que se les respetarán sus retribuciones básicas y sus complementos. Las posibles diferencias se abonarían con un “complemento compensatorio” que sería absorbido con los progresivos incrementos de las retribuciones en años posteriores.
Desde el sindicato CCOO de la Policía Foral se recuerda que actualmente un agente de Tráfico de la Guardia Civil gana entre 500 y 600 euros netos más al mes en comparación con un Policía Foral, “ganan 2.700 euros netos al mes frente a unos 2.100 de un Policía Foral“, asegura Javier Ojer de CCOO. Por ello, señala que en ese contexto se podrían generar diferencias que habría que compensar: “Si voy a patrullar con un compañero que gana 500 euros más por hacer el mismo trabajo… también en la Policía Foral habrá que hacer algo. Hay sentencias y jurisprudencia que dice que a igual trabajo, igual salario, ¿no?”.
En ese proceso de integración la equiparación salarial puede abrir una brecha importante en el proceso. La más que previsible demanda de igualar las condiciones para los 1.100 agentes de la Policía Foral puede ser sólo uno de los complejos procesos de ajuste que se deriven de la cesión de Tráfico a la Policía Foral de Navarra a partir de la próxima primavera.
375 agentes y un abanico de escalas
El proceso se prevé largo. El cronograma que ha diseñado el Ejecutivo plantea una integración progresiva a lo largo de cinco años en el que se irán incorporando medios personales y ampliando los medios materiales. Actualmente la Policía Foral y la Guardia Civil comparten la gestión del Tráfico pero lo hacen de modo muy desigual. En el caso de la Policía navarra tan sólo cuenta con responsabilidades de Tráfico en las comisarías de Pamplona y Tudela, no así en las otras cinco comisarías con las que dispone el Cuerpo en toda la Comunidad. La unidad de Tráfico foral, la segunda más importante tras la de Seguridad Ciudadana, cuenta actualmente con 226 agentes y se estima que deberá ampliarse hasta los 375 los próximos años. En cambio, la Guardia Civil, con medio centenar de cuarteles dispersos por toda Navarra, presta servicio de tráfico en la mayor parte de la Comunidad. Cuanta con un despliegue de 186 agentes.
La cesión de la competencia de Tráfico supondrá un refuerzo de medios materiales y técnicos hacia la Policía Foral y que también conllevarán un desembolso importante: “En la Policía Foral estamos con los recursos muy justitos. Tenemos muchas dudas de que son los 375 agentes que dicen que serán suficientes se pueda dar el servicio de Tráfico. Los agentes pasarán pero no vendrán con los coches, los radares, las motos, etc. para poder dar el servicio. Todo esto requerirá una inversión importante”, asegura David Markolain, secretario de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO.
El encaje entre un Cuerpo y otro requerirá otro complejo ajuste, el de las escalas y categorías. Mientras en la Policía Foral actualmente en la Unidad de Tráfico existen seis niveles entre agentes, subinspectores e inspectores, “en la Guardia Civil tienen muchos más, ¿cómo se va a hacer? Aún no sabemos nada de todo eso”, señala Ójer.
La letra pequeña de la ‘pasarela’ sigue sin desvelarse a los agentes implicados a sólo tres meses y medio de que el proceso se ponga en marcha, siempre que se cumplan los plazos prometidos. Las condiciones de jubilación que tendrán los nuevos agentes venidos de la Guardia Civil será uno de los frentes de encaje más complejo. Desde el año 2011 todos los nuevos agentes de la Guardia Civil cotizan a la Seguridad Social, como lo hacen los agentes de la Policía Foral. Sin embargo, los miembros de la benemérita más veteranos se rigen bajo el modelo de clases pasivas, con condiciones diferentes y en líneas generales peores que las que ofrece el régimen de la Seguridad Social: “En la Policía Foral está el sistema del Monte Pío, que se podría asemejar pero que está a punto de desaparecer. Todo esto habrá que revisarlo bien”.
Autoescuelas, puntos, renovaciones...
La cesión de la competencia al Gobierno de Navarra es una vieja reivindicación de sucesivos gobiernos de Navarra, desde UPN a Geroa Bai y ahora el PSN. En 2000 el Ejecutivo de Aznar se comprometió con el entonces presidente Miguel Sanz (UPN) a llevarlo a cabo. También lo hizo Sánchez con la presidenta Uxue Barkos y ahora con María Chivite. El Gobierno foral afirma ahora que los trabajos están muy avanzados y que “nos encontramos actualmente en un momento casi definitivo para el cierre de la transferencia de tráfico a Navarra”, asegura a El Independiente. El último compromiso sobre esta cuestión se alcanzó con EH Bildu –socio del Ejecutivo de Chivite- durante la negociación de los presupuestos Generales del Estado. En él se fijaba el plazo del 31 de marzo como fecha límite para firmar y hacer realidad la cesión de la competencia de Trafico, hoy compartida con la Guardia Civil, de modo integral a la Policía Foral de Navarra.
Asumir la competencia de tráfico no supondrá sólo asumir la regulación y control de las carreteras. La implementación de esta competencia conlleva hacerse cargo de todas las materias que a día de hoy realiza la Guardia Civil, en algunos casos de modo compartido con la Policía Foral. Así, la competencia sancionadora se multiplicará, con lo que ello conlleva de gestión en ámbitos como pagos, anulaciones, detracción de puntos etc. De igual modo, la Policía Foral deberá gestionar competencias como las autoescuelas y la renovación de los permisos de conducir, que pasarán a depender del Gobierno de Navarra. También se incorporará la responsabilidad de gestión, control e inspección de los cursos de sensibilización y reeducación vial para la recuperación de puntos. La lista de materias a incorporar incluye la educación y formación de profesores de Educación vial o ámbitos como el fomento de campañas de sensibilización para la reducción de la mortalidad en las carreteras o la sensibilización en materias como la movilidad sostenible.
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