De la majestuosidad del Coliseo Romano hasta la rutilante ostentación de los casinos en Las Vegas, haciendo parada en la playa de Copacabana en Río, los Alpes suizos o el Cinque Terre italiano. Todos estos sitios caben en uno solo gracias al Miniatur Wunderland de Hamburgo. Un impresionante espectáculo para la vista que abrió sus puertas hace más de 20 años y que ha ido creciendo hasta ser considerada como una de las más completas representaciones del mundo en miniatura.
Esta maqueta, creada a partir de un sueño de infancia, es el faraónico proyecto de dos hermanos gemelos, Frederik y Gerrit Braun (1967), donde se incluyen reproducciones de Alemania, Italia, Escandinavia, Estados Unidos y otros tantos lugares del mundo, habitados por diminutas figuras pintadas a mano que participan en las múltiples actividades de la vida cotidiana. A través de todos los paisajes, los trenes recorren continuamente un total de 16.138 metros de vías, en un espacio de 1,545 m².
Según explican los propios fundadores, todo surgió de un viaje de Frederik a Zúrich para ver a unos amigos. Un día, paseando por las callejuelas de la ciudad, se topó con una tienda de maquetas de trenes. Fue allí donde tuvo un momento de revelación al estilo magdalena de Proust en el que recordó lo mucho que disfrutaba con estos trenes cuando era pequeño. Pocas horas después, ya estaba entusiasmado con la idea de hacer realidad el sueño de su infancia.
Ese mismo día llamó a su gemelo Gerrit contándole su alocada idea: "Construiremos la mayor exposición de maquetas de trenes del mundo". Gerrit, más racional y pragmático, no se tomó en serio las palabras de su hermano, por lo que Frederik tuvo que insistirle llamándole otras seis veces para que el hermano escéptico finalmente empezara a considerar su plan.
Se estima que en en este proyecto se exponen más de 900 mil horas de trabajo, donde se han invertido 37,2 millones de euros y en el que participan un equipo de 360 personas.
Unas cifras que han cimentado varios récords Guiness que ostenta esta curiosa construcción. Miniatur Wunderland es la maqueta de trenes más grande del mundo y el de la maqueta de trenes a escala real más grande del mundo, aparte de la "Melodía más larga tocada por una maqueta de ferrocarril".
La atracción más popular es el Knuffingen Flughafen, el aeropuerto en miniatura más grande del mundo. Basado en el de Hamburgo, tardó casi seis años en construirse y hasta ahora ha sido la obra maestra de la ingeniería de Wunderland. Cuarenta y cinco aviones diferentes ruedan por las pistas y aparcan en las puertas, propulsados por motores individuales que funcionan con baterías y dirigidos por imanes y cables incrustados en la carretera.
Cuarenta y cinco aviones diferentes ruedan por las pistas y aparcan en las puertas, propulsados por motores individuales que funcionan con baterías y dirigidos por imanes y cables incrustados en la carretera
"Casi todo el mundo al que contábamos nuestra idea pensaba que éramos unos soñadores, que habíamos perdido la cabeza", explica Frederik. Su hermano Gerrit añade: "Probablemente nos habrían apoyado más si les hubiéramos dicho que pensábamos construir zepelines de transporte, montar una exposición de Tamagochi o diseñar nuevos aparatos de fax".
Y es que es cierto que el modelismo ferroviario tenía por entonces fama de estar anticuado o de ser una afición muy de nicho, por lo que ambos tuvieron que pensar en una maqueta de trenes completamente diferente y especial para tener éxito.
A pesar de que las cifras crecen día tras día, la exhibición cuenta con más de 1.000 trenes, 130.000 árboles, 200.000 figuras y 4.340 casas y puentes. Cada 12 minutos, las exposiciones pasan del día a una noche de tres minutos de duración, y las salas reales se oscurecen mientras casi medio millón de luces LED centellean dentro de los dioramas. Cada una de esas luces está programada para encenderse en secuencia en lugar de todas a la vez, creando una simulación condensada del anochecer.
El primer proyecto, considerado más que suficiente, constaba de 20 empleados encargados de la construcción y el funcionamiento de la exposición, 100.000 visitantes al año y un préstamo de 2.000.000 de marcos alemanes. Sin embargo, antes de la inauguración, el 16 de agosto de 2001, el número de empleados ya se había elevado a 40 y los gastos también habían aumentado considerablemente.
En el primer año, el número de visitantes previsto se había triplicado hasta alcanzar los 300.000 visitantes. Este fue el principio de un cuento de hadas y las cosas siguieron mejorando: En los últimos años, cerca de 2 millones de visitantes acudieron a ver la maqueta de trenes más grande del mundo, lo que la convierte en una de las exposiciones de mayor éxito de Europa.
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