Los populares siguen a la espera de conocer el informe médico del estado de salud de José Antonio Griñán, aquejado de un cáncer de próstata recientemente pronosticado y por el que intenta evitar su ingreso en prisión para cumplir los seis años de condena por el caso de los Ere. La Audiencia de Sevilla ya ha recibido el informe forense, según ha adelantado Canal Sur, y deberá decidir en breve cuál es el destino del ex presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, una vez que el resto de los condenados ya han desfilado camino de distintas cárceles.
En todo caso no entra en los planes de los populares hacer sangre si Griñán, finalmente, evita su encarcelamiento por motivos de salud y la imposibilidad de tratarle adecuadamente en prisión. Independientemente de su personación en la causa de los Ere, son conscientes de lo delicado de cuestionar una decisión en ese sentido, si se produce, cuando se mezcla una enfermedad tan grave como el cáncer con la ya avanzada edad del ex dirigente socialista, de 71 años.
El PP "no desea el ingreso de nadie enfermo en prisión"
El "número dos" del PP, Elías Bendodo, ha comentado en alguna ocasión que "no desea el ingreso de nadie enfermo en prisión". “Entendemos la situación y, por tanto, en esa línea intentar que se recupere lo más pronto posible. No deseamos que nadie entre en la cárcel por esas circunstancias y menos en una situación de enfermedad”.
El propio líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha verbalizado que carece de cualquier interés "personal o político" en ver a Griñán entre rejas. Otra cosa es que el Gobierno de Pedro Sánchez lleve tiempo sentando las bases, bien para su indulto o bien por la vía del cambio del Código Penal, rebajando las condenas para aquellos malversadores que no se hayan enriquecido personalmente. Este es el caso, insisten los socialistas, de Griñán, a pesar de verse implicado en el mayor escándalo de desvío de fondos públicos de más de 600 millones de euros con los que engrasar la maquinaria clientelar del otrora todopoderoso PSOE andaluz.
Además, la suspensión de la pena de cárcel por motivos de salud tiene un antecedente en las filas del PP. Fue con el ex presidente de la Generalitat valenciana y ex ministro Eduardo Zaplana, aquejado de leucemia. Zaplana fue puesto en libertad en febrero de 2019, aunque tres años antes de su ingreso prisión -en mayo de 2018- fue trasplantado de médula.
Quiere decir que el valenciano ingresó en prisión ya enfermo aunque el deterioro de su estado de salud recomendó su puesta en libertad provisional. De hecho, no fueron pocos los dirigentes populares que apelaron a instituciones penitenciarias para que tuvieran en cuenta, por razones de humanidad, la imposibilidad de seguir en prisión.
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