Es ya habitual en nuestra sociedad visitar a menudo restaurantes de comida asiática o incluso pedir a domicilio, como rescate a los días de reunión con amigos o familia. Sea como sea, ya es un clásico que todos hemos probado y que tiene muchos admiradores hay donde vayas. En cada barrio siempre encontramos el local de confianza en el que poder sucumbir a las delicias asiáticas más representativas como los típicos rollitos, arroz tres delicias o tallarines con salsa de ostras.
Es lo más corriente que si pensamos en darnos un homenaje de comida china ante nuestro ajetreo constante, nos vengan a la cabeza platos como estos, ya que es casi tradición en nuestra vida social. Sin embargo, este gigantesco país, todavía tiene mucho que mostrar al mundo y de ahí surge la importación de nuevas tradiciones orientales, que han llegado hace apenas un año y que ya están calando entre la gastronomía española.
Es el caso del Hot Pot, o “olla caliente” en su traducción, un plato tradicional que se disfruta en cada parte del país, pero con matices en cada uno de las regiones. El indicativo común en todas ellas es que siempre debe haber picante, al menos en una parte, ya que esta olla caliente puede dividirse en hasta cuatro porciones calientes en la que poder añadir cada uno de los ingredientes.
“Es un planto en el que puedes hacer las combinaciones de sabor que prefieras en cada momento, la mejor elección es la siguiente que se te ocurra” comentaba Tony, el dueño de Spicy Soul Hot Pot, un local que lleva menos de seis meses abierto en pleno centro de Madrid y que está sintiendo en su piel como aumenta el interés por la flamante tradición china convertida en tendencia. Este dueño joven y ambicioso en su trabajo, nos mostraba su hartazgo ante la imagen de la comida china como algo antiguo, tradicional y repetitiva en cuanto a recetas. Su predisposición con este nuevo local es la de mostrar una nueva imagen, que mezcle una comida clásica con las nuevas tecnologías y el ambiente actual y renovado, que podía palparse en el establecimiento.
Esta ollas llevan borboteando desde hace 2.000 años en plena ciudad de Sichuan, y se han extendido hoy por hoy por todo el mundo. Nos hablaba Tony de la importancia del caldo, en el que dependiendo de la población, más rica o más pobre se hacía más o menos picante para potenciar el sabor. Otra de las claves es saber elegir la salsa para poder mojar los ingredientes una vez cocinados en la olla. Ahí es donde brota la imaginación para consentir incluso a los paladares más exquisitos, ya que las combinaciones son abundantes.
Este plato permite también elegir el punto del cocinado, porque cada persona escoge en qué momento sacar el ingrediente, ya sea carne, marisco o verduras que ha introducido previamente en el caldo. Esa es precisamente la esencia de esta cocina, la autonomía a la hora de poder disfrutar de cada uno de los platos y prepararlos al gusto. Aunque sin duda la cualidad del Hot Por también es la capacidad de aunar a todos los comensales alrededor de una mesa, en la que la comida principal está en el centro y todo lo que ello conlleva: poder disfrutar de un rato divertido con amigos, con sobremesa obligatoria, mientras se cocina a fuego lento la nueva y rompedora tendencia asiática.
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