Cuando se descubren las palabras de Sylvia Plath (1932-1963) es inevitable sentirse atraído por ella. De su yo más profundo desprendía un aroma triste, y en sus poemas da la sensación de que unía esos trozos rotos que se le desbordaban de la mano y trataba de reconstruir. Empapaba las hojas en blanco con sus luchas internas y depresiones. Todo se veía reflejado. Su vulnerabilidad, su valentía, su inconformismo y su sensibilidad. Ella, tan frágil e insegura, y al mismo tiempo una persona brillante. Su locura hizo que el 11 de febrero de 1963 hiciera el desayuno a sus dos hijos, encendiera el horno y abriendo la llave del gas, metiera la cabeza.
Publicó su primer poema cuando apenas tenía 8 años. Precisamente cuando tenía esa edad su padre murió a causa de una diabetes que nunca quiso tratarse y que derivó en la amputación de una pierna y después en una fulminante embolia pulmonar. Desde entonces sus sentimientos se veían reflejados en sus poemas. Además, el matrimonio turbio que tuvo con el también poeta Ted Hughes, uno de los grandes del siglo XX, no ayudó. Quizá sin ese sufrimiento los poemas de Sylvia no hubieran sido los mismos.
Desde su adolescencia desarrolló varias depresiones. De hecho, en agosto de 1953, cuando tenía 20 años y estaba en la universidad, Plath intentó suicidarse tragando pastillas para dormir. Sobrevivió y fue hospitalizada, ahí recibió un tratamiento con terapia de electrochoque, infierno que reflejó en su novela de ficción aunque casi autobiográfica, La campana de cristal, publicada bajo el seudónimo de «Victoria Lucas» cuatro meses antes de su suicidio (1963).
La mayoría de sus obras se publicaron tras la muerte de Plath. Ariel (1965), Cruzando el Agua (1971), Árboles de invierno (1971) o Poemas completos (1981), por el que le otorgaron en 1982 el Premio Pulitzer. Sus obras han viajado en el tiempo y también se han trasladado a otro tipo de arte: la música. Numerosos artistas han escogido a la poeta como inspiración o han aprovechado sus canciones para hacerle un guiño a la autora.
Hope is a dangerous thing, Lana del Rey
Probablemente Lana del rey sea una de las artistas que más ha acudido a Sylvia Plath para inspirarse en sus trabajos y que ha dotado sus canciones de esa pesadumbre tan característica de la cantante estadounidense. En su tema Hope is a dangerous thing, la cantante reflexiona sobre la masculinidad tóxica del showbussines comparándose con Sylvia Plath: He estado dando vueltas con mi maldito camisón / 24/7 Sylvia Plath / Escribiendo con sangre en las paredes / Porque la tinta de mi bolígrafo no funciona en mi libreta / No preguntes si soy feliz, sabes que no lo soy.
Es la última canción de su sexto álbum Norman fucking Rockwell!, publicado en 2019. Cantado a capela, la voz de Lana del Rey lo inunda todo y muestra que, a pesar de todo, ella sí que mantiene la esperanza.
Sylvia Plath, Ryan Adams
Acompañado únicamente del piano, Ryan Adams homenajea a la poeta en una melancólica canción de su disco Gold (2001). Ojalá tuviera una Sylvia Plath / Diente reventado y una sonrisa / Y cenizas de cigarros en su bebida / De esos que salen y luego duermen una semana.
El cantante fantasea con encontrar una chica como la poeta y se imagina viviendo con ella situaciones románticas. Tal vez ella me llevaría a Francia, o tal vez a España y me pediría que bailase con ella en una mansión en la cima de una colina / Ella ceniza en las alfombras.
The bell jar, The bangles
The Bangles es uno de los primeros grupos formados exclusivamente por mujeres, que en los años 80 se hicieron famosas por su tema Eternal Flame, que aún perdura en el tiempo. En Everything, su tercer disco publicado en 1988, homenajean a La campana de cristal de Sylvia Plath. Se trata de la única novela de la poeta. Durante la canción hacen referencia a los temas depresivos que aborda en el libro.
Pero hay una tristeza / Escondido en lo extraño / Luz de luna y locura / Viviendo en una campana de cristal, canta la letra. Y termina así: Ella escribe la nota que le excusará de este mundo / Es complicado viviendo en una campana de cristal / Ella se asfixio viviendo en una campana de cristal.
Butterfly, Tori Amos
Publicado en 1965 tras la muerte de Plath, Papi es uno de poemas más famosos que vio la luz en Ariel. Durante el poema se dirige directamente a su padre, el cual murió muy pronto, cuando ella apenas tenía ocho años. Papá, tenía que matarte / Moriste antes de que yo tuviera tiempo. Y añade: Papi, querido, ¿si puedo matar a un hombre por qué no a dos? Precisamente en esa época Plath se acababa de divorciar de Ted Hughes. Tori Amos rescata en Butterfly esas frases de Plath.
Lady Lazarus, Manic Street Preachers
Lady Lazarus es un poema escrito por Sylvia Plath, recogido en la antología póstuma Ariel (1965). En ocasiones se suele utilizar como un ejemplo de su estilo de escritura. En él aborda temas como el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial y los relaciona con la depresión o los intentos de suicidio que sufrió ella a lo largo de su vida.
La banda de rock procedente de Gales, conocidos por sus letras políticas y filosóficas, rescatan en este tema el poema de la autora estadounidense. Mantén a esos demonios a raya / No te rindas para siempre / Puedes hacerlo mejor / Lady Lazarus, te has levantado y no hay vuelta atrás.
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