Hace un año de la guerra a gran escala de Rusia en Ucrania. Miles de muertos, millones de refugiados y una de las crisis energéticas más agudas de la historia de la humanidad. Esta última igual de devastadora y evitable. Diversos analistas y varios gobiernos habían advertido durante años a los países de la Unión Europea sobre el peligro de la dependencia energética de Rusia. Los países que ignoraron por completo esas advertencias han sido los que más han sufrido.
Pero no es el momento de exaltarse. En su lugar, aprendamos de esta situación para evitar errores en el futuro. Basta con mirar los datos y los puntos principales de la crisis energética.
El caso de éxito polaco
Y algunos países lo sabían. El mejor ejemplo es Polonia. Rusia ha representado alrededor del 60% de las importaciones polacas de gas desde 2000. Un nivel alto, pero habitual en los países de la UE. A pesar de ello, el gobierno polaco tenía la visión estratégica de reducir su dependencia de las importaciones de gas ruso. Podemos verlo en la historia de las negociaciones del Baltic Pipe y los primeros planes de construcción de la terminal de Gas Natural Licuado.
Varsovia tenía motivos para no confiar en Moscú, así que Polonia tomó el rumbo de reducir su dependencia de Moscú. El chantaje del gas ruso a Ucrania en la década de 2010 ha demostrado muy vívidamente a todos en Europa que Rusia no es un socio fiable.
Polonia abrió la primera terminal de GNL en Świnoujście en 2015 y construyó interconectores de gas con sus vecinos, lo que hizo que el sistema de gas polaco fuera muy resistente. Sucedió en 2022, antes de que Rusia cortara el suministro Yamal-Europa. La evaluación de la red de gas polaca realizada por la AIE demostró que es muy resistente y puede sobrevivir a la pérdida de un proveedor como Rusia.
En septiembre de 2022, Baltic Pipe entró en servicio, haciendo aún más resistente el sistema de gas polaco. Proporciona a Varsovia 10 millardos de metros cúbicos de gas natural al año, que es más de lo que proporcionaba Yamal-Europa (gasoducto ruso). Y la opción de suministrar gas desde Polonia a Dinamarca refuerza el sistema regional. Además, Polonia se convirtió en pionera regional en GNL. Todo eso significó que cuando Rusia detuvo las exportaciones de gas a Polonia el 27 de abril de 2022, Polonia estaba preparada, y sus consumidores estaban protegidos. Polonia ha logrado la independencia energética de Rusia.
Hacer negocios con Rusia es trabajar con un psicópata
Alemania, la cara B
Por el contrario, veamos la situación en Alemania. El Gobierno alemán ha intensificado la cooperación con las empresas energéticas rusas a lo largo de los años. Sin duda tenían razones para hacerlo. Por ejemplo, Gazprom ha ofrecido descuentos a las empresas alemanas, lo que ha hecho muy atractivo trabajar con los rusos. No es de extrañar que muchas empresas alemanas hayan empujado a los políticos alemanes a profundizar en la integración económica con Rusia.
Pero hacer negocios con Rusia es como hacer negocios con un psicópata. Como Berlín fue advertido por sus aliados durante décadas. Se le avisó de que no dependiera de las importaciones rusas de energía.
Cerrando los ojos a todas las banderas rojas, como la ocupación de Crimea y parte de Donbás en 2014 y luego utilizando el gas como arma para desestabilizar Ucrania, las autoridades alemanas no hicieron ningún esfuerzo en diversificar sus importaciones de energía. Es más, al presionar con fuerza a favor de Nord Stream 2, el Gobierno alemán en realidad quería depender aún más de Rusia.
La mejor muestra de ello es el sistema de GNL. Aunque Alemania tiene acceso al mar y es la mayor economía de Europa, no construyó ni una sola terminal de GNL hasta mediados de 2022, cuando Rusia se puso en "modo ataque total" a las exportaciones de energía a Europa.
Berlín no construyó ni una sola terminal de Gas Natural Licuado hasta mediados de 2022
Al mismo tiempo, los altavoces de los medios de comunicación estatales rusos dijeron en voz alta que Rusia pretendía "congelar Europa en el invierno de 2022". La falta de terminales de GNL era uno de los puntos más débiles de la infraestructura energética alemana. No se sabe si se hizo accidentalmente o si es el resultado del lobby ruso. Pero en cualquier caso, es un gran error del gobierno de Merkel. Los consumidores alemanes no estaban protegidos.
El nuevo gobierno tenía que resolver este problema urgentemente. Y hay que reconocerles el mérito: han hecho un trabajo fantástico, consiguiendo "salir" del suministro de gas ruso en cuestión de varios meses. A diferencia de Polonia, el gas es la base de la energía en Alemania. Alemania consume mucho más gas que Polonia, por lo que se enfrentaba no sólo al problema de encontrar otro proveedor clave, sino también al de cómo transformar su red de gas para que el gas pudiera entrar físicamente en el sistema de gas alemán desde el mar.
Alemania ha conseguido construir varias terminales de GNL en cuestión de meses. Así como racionar el consumo de gas, lo que dio lugar a un volumen mucho mayor de gas en los almacenes alemanes, que posteriormente permitió a Alemania pasar el invierno sin demasiados problemas. Pero el coste de ese milagro fue demasiado alto. Mucho más alto de lo que debería haber sido para los contribuyentes alemanes.
El Gobierno alemán ha hecho un trabajo fantástico, consiguiendo "salir" del suministro de gas ruso en cuestión de meses
La economía como arma de guerra
Putin utiliza la economía rusa como arma para presionar a otros países durante negociaciones agresivas. He aquí algunos casos como Georgia, Turquía, Ucrania, etc. Moscú demostró muchas veces su condición de socio poco fiable. Así que su comportamiento en 2022 no fue sorprendente, al menos no para Polonia.
Pero lo que resultó una sorpresa fue la cantidad de recursos que Europa tuvo que gastar para hacer frente a la crisis. 768.000 millones de euros sólo para proteger a los consumidores del aumento de los costes de la energía desde que comenzó la crisis mundial en septiembre de 2021.
El punto álgido de la crisis arrancó con el inicio de una guerra a gran escala de Rusia contra Ucrania. La peor situación se vivió, como era de esperar, en Alemania. El país gastó 265.000 millones de euros, y esto no tiene en cuenta el dinero empleado en inversión en infraestructuras para "absorber" gas natural de diferentes proveedores. Los 265.000 millones de euros son simplemente para compensar el aumento de los precios de la energía para el consumidor final.
En pocas palabras, cada alemán pagó unos 3.200 millones de euros por los errores del Gobierno alemán, que no ha logrado la independencia energética de sus ciudadanos. El precio de la percepción de Rusia como socio fiable ya es alto de por sí. Pero es aún peor cuando vemos cómo se gasta Moscú todos esos beneficios que obtiene de las exportaciones energéticas.
Todo el dinero que Rusia gane comerciando con la UE lo utilizará para socavar vuestras democracias y vuestra seguridad
¿Dónde está ahora el dinero del gas?
En primer lugar, en misiles que ahora caen sobre las cabezas de los civiles ucranianos. En las propiedades de las corruptas élites rusas. Pero, si todo esto no amenaza directamente al lector, lo que sí le incunbe es la propaganda rusa, financiada también con su dinero.
La propaganda es uno de los pilares del régimen autoritario ruso. Décadas de estrategia de captura del mercado mediático por parte del Estado han construido un exitoso sistema de propaganda. Literalmente todos los días, en los estudios del centro de televisión Ostankino, locutores y expertos llaman a bombardear Berlín, París y Londres. Los medios de comunicación estatales rusos recibieron una financiación de 320.000 millones de rublos (4.000 millones de euros) para los años 2022-24. Todo ese dinero procede del presupuesto ruso.
Las empresas europeas han proporcionado dinero al Estado ruso durante años, que luego Rusia ha utilizado para comprar armas y construir una enorme maquinaria de propaganda que trabaja activamente contra la UE.
Al final del artículo, nos gustaría lanzar una advertencia a Europa: no hagas negocios con psicópatas y terroristas. Rusia es peligrosa. Rusia amenaza abiertamente a Europa. Y todo el dinero que Rusia gane comerciando con la UE lo utilizará para socavar vuestras democracias y vuestra seguridad.
Mark Savchuk es coordinador en UA PR Army, experto en GR, sector energético, bloguero político, Jefe del Comité de Supervisión de la Oficina Nacional Anticorrupción de Ucrania. Tiene un postgrado en la London School of Business and Finance. @SavchukMark
Mykyta Havryliuk es columnista político y económico y corresponsal en la plataforma multimedia The International Broadcasting de Ucrania.
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