Cuando la pequeña Lilibet está a punto de cumplir dos años de vida, Harry y Meghan han desvelado que la niña ya ha sido bautizada en una ceremonia privada. Según han confirmado los duques de Sussex, la segunda hija de la pareja recibió las aguas bautismales el pasado 3 de marzo por el arzobispo de Los Ángeles, el reverendo John Taylor.
En la confirmación que ha hecho llegar un portavoz de Harry y Meghan, la pequeña es nombrada como princesa Lilibet Diana, por lo que marca la primera ocasión en la que se utiliza oficialmente el título de la niña. Hasta la muerte de Isabel II y el ascenso de Carlos III a rey, a Lili no le correspondía ser princesa.
Sin embargo, con el ascenso de su abuelo al trono, siguiendo las leyes de la monarquía británica, le corresponde a todos los nietos el recibir el título de príncipe o princesa. Por lo tanto, también lo es el mayor de la casa, Archie.
Ya había pistas del bautizo
En la serie documental de los duques de Sussex ya había pistas de que el bautizo de Lilibet Diana estaba al caer. Fue Tyler Perry, amigo de la familia y quien les prestó su primera casa en Estados Unidos, quien dio la primera información.
Las fotos de Lilibet
Lili ya nació en Estados Unidos y lejos de la Familia Real, por lo que se han visto muy pocas imágenes suyas. Solo a través del documental de Meghan y Harry en Netflix y gracias a amigos fotógrafos de la pareja hemos podido conocer a la niña
Según desvelaba el actor, Harry y Meghan le habían pedido si sería el padrino de la niña. Una información que contrasta con lo que se publicó en su día sobre los padrinos de Archie, que nunca se confirmaron. Se especula que puedan ser Charlie van Straubenzee, amigo del príncipe; la que fuera su niñera Tiggy Pettifer; y Mark Dyer, amigo de la familia.
Archie fue bautizado en julio de 2019 en la tradicional capilla de San Jorge del castillo de Windsor, que fue también donde se casaron Harry y Meghan un año antes.
Rompen con las tradiciones
Harry y Meghan ya quisieron hacer las cosas a su manera con el bautizo de su hijo mayor, pero solo pudieron tener cierto nivel de libertad. Ahora, según People, invitaron a 30 personas de sus círculos más cercanos pero nadie de la Familia Real estuvo presente. Supuestamente, el matrimonio habría enviado una invitación al rey Carlos y la reina consorte Camilla, además de a los príncipes de Gales, pero ninguno de ellos aceptó.
La ceremonia tuvo lugar en el hogar de Montecito (California) de la familia, y fue un encuentro casual en el que disfrutaron de la compañía, comieron y bailaron. Nada que ver con los bautizos en Windsor.
Además de la lista de invitados, los duques de Sussex también podrían haber roto la tradición al escoger el vestuario de la niña. En la Familia Real británica es habitual que los niños reciban las aguas baptismales con un traje réplica del que utilizó la reina Victoria en 1841 para su hija mayor.
Se trata de una pieza de seda y encaje que llevaron un total de 62 bebés, incluida la propia Isabel II. Pero dado el tono desenfadado del evento, parece improbable que Harry y Meghan hayan usado esta vestimenta para su hija Lili.
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