Aunque la estrechez de los tiempos dedicados por el candidato a la presidencia del Gobierno para la moción de censura, Ramón Tamames, en la réplica a los grupos parlamentarios, hacía prever la posible intervención del Partido Popular (PP) este martes. No obstante la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, ha decidido imponer un receso hasta las 09:00 horas de este miércoles para dotar de contenido a la segunda sesión de la moción. La valoración que hacen en el partido conservador respecto a la primera jornada de censura es clara: "ha servido para permitir a [Pedro] Sánchez sobrevivir, a Yolanda Díaz para que se luzca, y para que Vox aparezca". En palabras de la secretaria general popular y también portavoz parlamentaria, Cuca Gamarra, la moción de censura ha supuesto "una hoguera de las vanidades donde los problemas de los españoles quedan al margen".
Para el PP marcar una diferencia discursiva respecto al PSOE y a Vox será crucial, todo para reforzar la idea de "alternativa" que la formación de Alberto Núñez Feijóo no ha dejado de enarbolar desde el cambio de dirección hace ya casi un año. Primero, los populares marcarán distancia con el Gobierno y Sánchez, y apelarán, como viene dándose en los últimos plenos a cuestiones centrales, que también han sido sujeto de crítica en la exposición e intervención de Abascal en la apertura de la sesión. Son el intervencionismo en las instituciones, las modificaciones del Código Penal con la derogación del delito de sedición y la rebaja de la malversación, o las consecuencias de legislaciones como la ley del 'solo sí es sí', ahora bajo reforma gracias al apoyo del PP para pasar el tramite parlamentario.
En segundo lugar, el PP tampoco aceptará el órdago de Abascal. "Ni apuntalamos al Gobierno, ni hacemos seguidismo de otros", aseguró en una comparecencia intermedia desde el escritorio de la cámara baja Gamarra. El PP sabe que Vox busca sacar rédito a su costa y que el objeto central de esta propuesta de censura no es el Gobierno, sino hacer que Génova quede diluido entre dos polos y deje de tener "pujanza a derecha e izquierda": el afín al sanchismo o el opuesto, capitalizado por Vox en este escenario. De adherirse, quedarían expuestos frente a la opinión pública y lejos de la estrategia de moderación planificada por los fontaneros de la sede nacional. De dar ese paso, Vox capitalizaría voto conservador, al ser la propuesta original y el PP se desangraría por el centro izquierda. No caerán en esa "trampa", afirman fuentes parlamentarias de los populares. Más, cuando la propia Gamarra ha vuelto a insistir en la inviabilidad de la moción, al no existir "aritmética que lo permita".
El PP aprecia claramente que la moción se ha tejido contra Génova y para presionar a Feijóo a tomar partido y abandonar la moderación
Ante la propuesta de Abascal, que ha tendido la mano al PP de Feijóo para hacer "borrón y cuenta nueva", "votar juntos" este miércoles y, después abogar por un entendimiento que se prolongue hasta después de las elecciones generales de diciembre, el PP se limita a obviarlo. Y en una referencia conjunta de las estrategias evidenciadas hasta el momento en las distintas comparecencias, con Sánchez y Díaz haciendo "promoción" de los "logros" del Gobierno [en añadido al fomento de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo como futura candidata de Sumar], así como Vox por su parte, los populares se limitan a cuestionar el aprovechamiento de "un instrumento democrático" que es excepcional para hacer campaña.
El PP entiende que, lejos de centrarse en el Gobierno, en el caso de Vox, o en la censura impulsada por Abascal, en el caso de Sánchez y Díaz, la moción se ha promulgado claramente contra el PP. En el seno del grupo parlamentario se ejemplifica con acusaciones de Sánchez como la congelación de las pensiones, el recorte de sueldos de los funcionarios o las reducciones en dependencia. Algo de lo que culpan al expresidente socialista Zapatero y a lo que "Sánchez votó". Y por otro lado, se acusa a Vox de dejar en tercer plano al Gobierno en la presentación de Abascal. "Se ha dejado para el final. Se ha empezado la moción instando al PP a votar a favor cuando el censurado es Sánchez", lamentan los populares, que ven en la moción un "balón de oxígeno" al Gobierno y a Sánchez. Dentro de la formación en el Congreso, se respaldan las palabras de Gamarra respecto a este asunto: "Es curioso, los dos han dedicado su discurso a atacar al PP. Demuestran los nerviosos que están; lo que hay detrás de todo esto, una alternativa en lo que confían los españoles". Y es que para los populares, el PP está en el centro del tablero, con un PSOE y un Vox que se retroalimentan y se necesitan. La crítica al PP "es lo que les une".
Gamarra, que será la encargada de protagonizar la réplica del PP a Tamames quiere aportar algo a un debate que "no ha servido para mejorar la vida de los españoles" y que, en definitiva, se ha aplazado una semana de trabajo en las Cortes "para nada". Ello, se traducirá en un intento de retratar a socialistas y ultraconservadores para usar una propuesta nacida muerta y sin mayoría alternativa, como trampolín electoral. Y es que todo este proceso, en definitiva, se reduce a un juego de roles electorales de precampaña. Seguirá, por tanto, la misma línea ya marcada por la formación desde el principio, cuando consideraron que esta "marciana" moción, acelerará las fugas de electores de Vox al PP.
Vox busca no diluirse únicamente como socio del PP
Conscientes de que el PP no cederá y se mantendrá en la abstención respecto a la moción de censura, Vox ha intentado hacer equilibrios mostrándose duro con la formación de Feijóo y Gamarra para despuntar y no quedar reducido a socio potencial en una alianza o investidura del gallego. También lo ha hecho el portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros en el turno de intervención del Grupo al final de la sesión, lo que permitirá a Gamarra, no obstante, preparar un discurso más contundente y sin posibilidad de más intervenciones de los de Abascal.
Gamarra podrá ahondar en las críticas a Vox sin posibilidad de que los de Abascal la repliquen, dado que ha sido Espinosa de los Monteros quien ha cerrado la sesión
En Vox, con todo, menosprecian el turno de los populares. "Si yo fuera Gamarra, me dolería que Sánchez no me escuchase", advierten fuentes de Vox consultadas. Y es que, como ha ocurrido a lo largo de la tarde del martes, en la que el presidente se ha ausentado [lo hizo en la anterior moción de 2020], Vox estima que Sánchez puede optar por hacer el vacío a Gamarra y acudir únicamente a la votación. Ello, creen, fortalecería la idea de que la auténtica alternativa pasa solo por Vox. En el PP, en cambio, descartan esta posibilidad y afirman que confían en que Sánchez acudirá. Se agarran a que Sánchez sí asistió al discurso de Pablo Casado hace algo menos de tres años.
Tamames pasa el trámite, pero es "incontrolable"
En el seno de Vox, valoran positivamente la intervención de Tamames desde el escaño cedido de Abascal. Destacan que ha capitalizado un "tiempo adecuado" para el discurso y que "no se ha sobrepasado". Igualmente, ven bien repartido la duración, que ha sido pareja a la de Abascal. Ya Vox avanzaba los días previos que Abascal no duraría más de una hora, "como Ignacio Garriga en la anterior", apuntaban sobre el entonces diputado, que presentó moción. Ambos han utilizado unos cincuenta minutos. Ahora bien, fuentes de Vox sí hacen un leve reproche a Tamames, y es que "no quería contestar a todo"; "es incontrolable", han asegurado. Y es que el economista, después de asistir a las réplicas de Sánchez y Díaz, y acusado quizá por el cansancio, ha obviado referirse de manera profunda al contenido expuesto por la líder de Sumar, que ha valorado más como propio de un mitin que de una moción de censura. Esta actitud, aunque comprensible entre las filas de Vox, no ha sentado del todo bien, al salirse el profesor del guión establecido.
Ante los ataques del Gobierno, en Vox apremian a Tamames. Creen que ha actuado con clase en contraste con figuras como Díaz, quien ha dado "lecciones sobre la Constitución a una persona que ha participado en su elaboración". Fuentes del PP aseguran que Feijóo, que rechazó estar presente en el debate de la moción, ha visto la intervención de Tamames, aunque no la de Sánchez o Abascal. Lo ha valorado como "dardos a un Gobierno que merece ser cambiado".
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