El modelo ha funcionado durante cuatro décadas. Lo ha hecho con amplio consenso pero sin haber alcanzado el objetivo principal con el que se puso en marcha; el impulso en el uso y conocimiento del euskera. El sistema educativo vascos aplica desde 1983 un sistema de tres modelos lingüísticos que está a puertas de desaparecer. El Gobierno vasco aprobó ayer el anteproyecto de ley de Educación que sustituirá a la norma ahora vigente y lo hará fijando un único modelo “plurilingüe” pero en el que euskera será el “eje central” del sistema educativo vasco y dejando así en el aire la posibilidad de acceder a la enseñanza en castellano.
En los 101 artículos del ante proyecto de ley aprobado ayer por el Ejecutivo, y de la que minutos después se desmarcó –al menos parcialmente- uno de los socios del Ejecutivo, el PSE, no hay rastro de los tres modelos: el A, en castellano, el B, bilingüe y el modelo D, en euskera. Pese a que según el consejero de Educación, Jokin Bildarratz, formalmente no desaparecen, la nueva norma determina que serán los propios centros los que fijarán sus propios proyectos lingüísticos que deberán ser aprobados por la consejería. Serán estos proyectos con los que deberán alcanzar los objetivos de conocimiento en euskera, castellano y lengua o lenguas extranjeras que sí se establece el anteproyecto al finalizar la enseñanza obligatoria, la ESO.
Es precisamente esté el elemento esencial del cambio de sistema. La norma actual se limita a instar a que el alumnado alcance “un conocimiento suficiente” de las dos lenguas oficiales, sin ir más allá. Los distintos estudios llevados a cabo en los últimos años han concluido que el grado de conocimiento de euskera, pese a haber aumentado de modo significativo, no es elevado ni siquiera entre los estudiantes del ‘modelo D’, íntegramente en euskera. Menor aún es el uso que se hace de la lengua fuera del ámbito escolar por parte de los estudiantes.
Grado de conocimiento a alcanzar
Por ello, ahora el anteproyecto de ley que se comienza a tramitar en la Cámara va más allá y cuantifica el grado de conocimiento de lenguas que tendrán que acreditar los alumnos a la finalización de la enseñanza obligatoria. Para ello se recurre el marco europeo de referencia para las lenguas, en el que el nivel B2 equivale a un grado medio-alto que acredita la capacidad para comprender textos complejos, capacidad de relación con hablantes nativos de modo fluido y con naturalidad. En el caso de las lenguas extranjeras el nivel que se exigirá es inferior, el B1, de conocimiento básico.
El menor conocimiento del euskera, su mayor dificultad de aprendizaje y la menor penetración social de la lengua respecto al castellano obligará a los centros educativos a potenciar los esfuerzos en la lengua vasca respecto al castellano. Todo apunta a que así será en los proyectos lingüísticos que diseñen para el aprendizaje de las lenguas que tendrán que aprender los estudiantes. El consejero Bildarratz afirmó ayer que en los casos en los que lo consideren oportuno los centros podrán seguir apostando por modelos similares a los actuales o por fórmulas diferenciadas que pongan más o menos lectivas en una u otra lengua.
Este cambio de facto amenaza con provocar la desaparición de la capacidad de elección de modelo lingüístico para las familias, como sí existe en la actualidad. Actualmente es el modelo D, en euskera, el mayoritario, con cerca del 70% del alumnado. El sistema bilingüe cuenta con alrededor del 20% de los estudiantes y el 10% restante corresponde al modelo A. A medida que se avanza en el grado educativo la apuesta por el modelo euskaldun se reduce en favor del sistema bilingüe y en castellano.
El consejero de Educación, preguntado por si el derecho a una enseñanza en castellano está garantizada en el País Vasco con esta nueva ley, aseguró que sí. Un derecho que sin embargo condicionó no sólo a que el centro al que la familia opte para matricular a su hijo pudiera tener como 'proyecto lingüístico' el llamado 'modelo A' sino también a que la demanda de matrículas fuera suficiente para conformar una línea educativa con esa opción lingüística, "como con todos los modelos".
"Relegar" el consenso de los modelos
El PSE mostró ayer sus discrepancias sobre este cambio. Denunció que ahora se quiere cambiar el sistema de tres modelos por uno de “modelo único” y que se deja en manos de los propios colegios la elección de los criterios para la elaboración de sus proyectos lingüísticos: “El PSE no comparte que puedan relegarse los modelos lingüísticos actuales, amparados legalmente por un consenso político muy amplio, sin precisar cómo se va a materializar el modelo plurilingüe que pactamos”.
El anteproyecto aprobado ayer inicia ahora una larga andadura de tramitación parlamentaria que no asegura que pueda ver la luz esta legislatura. La convocatoria de las próximas elecciones municipales y forales paralizará próximamente la actividad parlamentaria. A ello se suma no sólo que los meses de julio, agosto y septiembre son inhábiles sino que la convocatoria de elecciones generales para final de año también acortará los periodos parlamentarios el próximo otoño.
Para Bildarratz existe plazo suficiente para ser aprobado, además de apoyos para ello. Recuerda que las bases pactadas por "el 90% de la Cámara" para la elaboración de la norma se han respetado. Sin embargo, distintas formaciones que participaron en aquel acuerdo, como el PSE y Elkarrekin Podemos, ya han mostrado reticencias a algunos aspectos del anteproyecto.
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