De los mercados financieros a la gasolinera del barrio. La cotización del petróleo trae malas noticias para el bolsillo de los consumidores. El crudo se mueve en las últimas semanas al alza, con un impulso renovado, y eso no ha tardado en trasladarse a los precios de la gasolina en España, que se sitúan en sus niveles más elevados en tres años.
Este jueves, los precios del petróleo Brent establecían un nuevo máximo desde 2014, por encima de los 74 dólares por barril. En sólo un mes, su cotización se ha incrementado más de un 12% y acumula ya una escalada superior al 65% en los últimos diez meses y borrando buena parte de las pérdidas acumuladas durante el desplome que experimentó entre 2014 y 2016.
Una remontada que, obviamente, se ha cimentado sobre el acuerdo que la OPEP, el principal cártel de países productores, y distintos países externos, como Rusia, alcanzaron a finales de 2016, para limitar la oferta de petróleo y que ha permitido, según señaló la propia organización este mismo jueves, finiquitar casi en su totalidad el exceso de suministro en el mercado.
En este contexto, lejos de esperarse que los productores cedan en su estrategia, el mercado descuenta la posibilidad de que se alargue el acuerdo actual, que, a priori, concluye a finales de 2018, e incluso se ha llegado a plantear la posibilidad de que la OPEP y Rusia establezcan algún tipo de colaboración a muy largo plazo para controlar la oferta de crudo. Este viernes está prevista una reunión entre representantes de la organización y del gobierno de Moscú de la que se espera que surjan nuevas indicaciones en este sentido.
Desde Arabia Saudí, líder de facto de la OPEP, se han lanzado ciertos mensajes que apuntan a que su intención es elevar los precios del petróleo por encima de la barrera de los 80 dólares, con el fin, entre otras cosas, de maximizar el precio de la petrolera estatal Saudi Aramco cuando esta protagonice su esperada salida a bolsa.
La posibilidad de sanciones a Irán y los problemas de Venezuela generan temor a un déficit de oferta
Durante mucho tiempo, el mercado se ha mostrado escéptico respecto al éxito de la estrategia de la OPEP, considerando que el auge del shale oil en Estados Unidos compensaría el menor suministro de los productores tradicionales y llevaría a estos a incumplir las cuotas y finalmente desistir en sus recortes.
Sin embargo, el fuerte crecimiento de la demanda ha jugado a favor de los planes de Arabia Saudí y sus socios. Además, la subida de precios no se está reflejando en un aumento de la actividad de las empresas de shale oil al ritmo que se venía pronosticando. De hecho, esta misma semana se ha conocido que las reservas de petróleo en Estados Unidos han descendido a sus niveles más bajos desde 2015, lo que ha contribuido al fuerte repunte de los precios del crudo.
A todo esto se suman, además, en las últimas semanas, una serie de cuestiones geopolíticas que también excitan las expectativas de precios más altos. Por un lado, la reciente intervención de Estados Unidos en Siria, que abre, además, un conflicto con Rusia, representa un movimiento de suficiente gravedad para desestabilizar Oriente Medio, una región fundamental en el suministro de petróleo.
En paralelo, se sospecha que la Administración de Donald Trump en Estados Unidos podría poner en marcha en los próximos meses una serie de sanciones contra Irán -como las que fueron levantadas por su antecesor en el cargo, Barack Obama-, lo que dificultaría al país persa dar salida al mercado a su producción de petróleo.
Y las crecientes dificultades económicas de Venezuela, que ha sido señalada por la Agencia Internacional de la Energía como el principal peligro para el suministro de petróleo, abren otro frente que puede generar un déficit de oferta.
Encarecimiento de la gasolina
Con todos estos ingredientes sobre la mesa, el alza de los precios del crudo ha provocado un incremento paralelo de los precios de la gasolina en la práctica totalidad de Europa, incluida España. Según los últimos datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea (UE), los precios de la gasolina en el mercado español alcanzaron este lunes un precio medio de 1,26 euros por litro, el más elevado en casi tres años.
Esta referencia acumula tres semanas consecutivas de subidas, que se han traducido en un encarecimiento del 3,27%. Los precios del diésel, que alcanzaron los 1,16 euros, muestran un recorrido similar en las tres últimas semanas.
La última vez que el Brent rondó los 80 dólares, el precio de la gasolina en España superaba los 1,3 euros
Considerando la tendencia actual del petróleo, podría intuirse que la gasolina seguirá encareciéndose en el corto plazo. No en vano, la última vez que el petróleo Brent rondó los 80 dólares por barril, en noviembre de 2014, la gasolina se comercializaba en España a precios claramente superiores a los 1,3 euros.
Pero lo cierto es que entre los expertos sigue reinando el escepticismo sobre el futuro de los precios del petróleo. Sin ir más lejos, esta misma semana el FMI auguraba que los precios del petróleo registrarán en 2018 un precio medio de 62,3 dólares por barril que se reducirá a 58,2 dólares en 2019 y a niveles de 53,6 dólares ya en 2023.
El consenso de analistas recopilado por FocusEconomics tampoco se muestra mucho más optimista sobre la evolución a corto plazo del crudo. Sólo la firma brasileña Pezco estima que los precios del Brent superarán los 80 dólares al cierre de 2018, mientras que la media pronostica niveles de 64,5 dólares.
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