Cada vez que entramos en una tienda en busca de unos vaqueros nuevos, estamos tomando decisiones: escogemos el modelo y el color idóneo entre decenas de posibilidades; escrutamos ante el espejo cómo realza la prenda nuestras formas; evaluamos con prevención el precio que indica la etiqueta. Pero, ¿qué hay de la huella ecológica? ¿Introducimos este parámetro en la decisión de compra?
Si lo hiciésemos, deberíamos tener en cuenta varios datos preocupantes. El primero es que la textil es la segunda industria más contaminante del planeta; responsable del 20% de la contaminación de océanos y ríos, y emisora de cerca de 1.700 millones de toneladas de dióxido de carbono anualmente. De todas las prendas que se fabrican en el mundo (cerca de 80.000 millones al año), los vaqueros son probablemente los que producen mayores daños. No solo por las enormes cantidades de agua que requiere su fabricación, sino por los químicos y técnicas que se emplean en el proceso.
La innovación tecnológica podría poner coto al impacto climático de esta industria. La empresa española Jeanologia ha conseguido sustituir el tradicional método de lavado a la piedra de pantalones (que otorga a las prendas el “aspecto desgastado”) por el uso de un láser textil patentado a finales de los años noventa, que hoy se utiliza ya en el 30% de la producción mundial de vaqueros. Esta tecnología permite prescindir del uso de sprays de permanganato potásico mediante lijados manuales, los cuales no solo son sumamente contaminantes para ríos y océanos, sino causantes de enfermedades graves para los trabajadores que lo aplican manualmente.
no hay una verdadera conciencia ecológica masiva para los textiles
Desde el punto de vista ecológico, el invento ha supuesto un avance muy importante, pero el fundador de la empresa, Enrique Silla, tiene claro cuál es la verdadera clave de su éxito. “Cualquier solución tecnológica que elimine un problema medioambiental pero aumente los precios finales será muy bonita, pero no viable. La industria no la aplicará, porque consumidor no está dispuesto a pagar más por un producto que contamina menos. En los productos alimenticios hay una percepción distinta, pero todavía no hay una verdadera conciencia ecológica masiva para los textiles –comenta el empresario a El Independiente -. Nosotros hemos tenido claro desde el principio que teníamos que ser verdaderamente disruptivos y cambiar el proceso de producción. Nuestro éxito radica en que hemos encontrado soluciones éticas y ecológicas que al mismo tiempo reducen o mantienen los costes para los fabricantes”.
Este camino no siempre ha sido fácil. “Hasta el año 2009 éramos prácticamente una voz que predicaba en el desierto; encontramos mucha resistencia al cambio, porque nuestro planteamiento supone dejar de utilizar maquinaria existente y transformar el modelo productivo. Pero en los últimos años hemos notado un importante cambio mentalidad por parte de las marcas y la industria”, explica Silla.
200 trabajadores de 15 nacionalidades
Cada vez surgen a nuestro alrededor más ejemplos de éxito empresarial que demuestran que la ecuación entre I+D, crecimiento económico y sostenibilidad es capaz de arrojar beneficios para todas las partes: los consumidores, los inversores y el medio ambiente.
Jeanologia, cuyo equipo humano está formado por 200 trabajadores de 15 nacionalidades distintas, distribuye sus productos en 60 países distintos. No solo el láser para el envejecimiento de prendas mediante técnicas digitales, sino también otros como el lavado de vaqueros mediante ozono y nanoburbujas, que consigue un ahorro monumental de agua, al pasar de utilizar 10 litros por cada prenda a apenas 200 centímetros cúbicos. Para aquellos procesos donde no se ha conseguido sustituir el agua, el departamento de I+D lanzó en 2016 una especie de “mochila gigante” que actúa como una planta de tratamiento, que convierte las máquinas de lavado en un circuito cerrado que reutiliza constantemente el mismo agua.
El año pasado evitaron el vertido de 8,7 millones de metros cúbicos de aguas contaminadas
Coincidiendo con la concesión del premio a la Innovación en los galardones Emprenedor del Año que la compañía Ernst & Young concedió a Jeanologia, la multinacional Levi’s, mayor fabricante y distribuidor de vaqueros a nivel mundial (con más de 50 millones de piezas al año) ha anunciado que utilizará en toda su producción la tecnología de esta empresa con base en el Parque Tecnológico de Valencia.
Según la cuenta de resultados ecológica de la compañía, solo el año pasado evitaron el vertido de 8,7 millones de metros cúbicos de aguas contaminadas, el equivalente al consumo humano anual de una ciudad como Ámsterdam o Bilbao. Sus previsiones, además, son mucho más ambiciosas. “Hemos abierto la patente de nuestro láser LIGHT PP a nuestros competidores con el objetivo de que todos juntos podamos eliminar el uso de permanganato potásico en el mundo antes de 2020”.
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