El PSOE aún sigue conmocionado. En auténtico shock. Arrastrando un duelo difícil de digerir y que nadie esperaba, menos aún con semejante crudeza. El 28-M ha devastado a un partido que hace no demasiado tiempo atravesó una durísima travesía en el desierto y de la que logró sobreponerse tras reconquistar la Moncloa en 2018, hace justo cinco años. El tsunami de la derecha arrasó el domingo a numerosos alcaldes y tumbó a seis de nueve presidentes autonómicos. El KO tan severísimo del partido, y para el que no hay un relato oficial que intente explicar qué ha pasado, ha sumido a cuadros y militantes en un estado anímico de total depresión. Pero también de rabia, como muchos altos mandos territoriales describen. Rabia por el enorme poder institucional perdido y que será complicado recuperar a corto plazo, por el imprevisto castigo a regidores y barones pese a su gestión "impecable". Rabia por haber recibido ellos mismos la patada cuando la ira ciudadana se dirigía, en realidad, contra el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Y aunque ya no sirva de nada llorar por la leche derramada, cada día se extiende más la lectura de que, entre otras razones, falló estrepitosamente la campaña diseñada desde Ferraz. El empeño de Sánchez y de su equipo, dicen, por "nacionalizar" el 28-M, haciendo plebiscitarias unas elecciones autonómicas y municipales, entrando justo en el marco que quería crear el PP.
Presidentes autonómicos y altos mandos territoriales intentan recobrar el pulso y el ánimo después del golpe. Reconocen que cuesta, pero que no queda otra porque el 23 de julio hay elecciones generales y el partido está obligado a rendir y a cerrar filas con su secretario general y candidato a la reelección. Todas las fuentes consultadas por este diario, de Ferraz y de las federaciones, descartan movimientos internos para destronar a Sánchez. No habrá rebeldía ni revolución interna. Eso, convienen, "ya tocará" si el presidente fracasa en los comicios y se confirma que le sucede en la Moncloa Alberto Núñez Feijóo.
En el partido descartan movimientos internos para destronar a Sánchez. Eso "ya tocará", dicen, si el presidente fracasa. Por ahora no se atisban sucesores
Si el PSOE pierde el Ejecutivo, penetrará en otro terreno: el relevo del liderazgo y del proyecto, y por ahora no se atisban sucesores, más allá de la sensación, o el deseo, de que a Sánchez le debería reemplazar una mujer, porque sería la primera en hacerse con las riendas de una formación con 144 años de historia. Pero ese debate se abrirá previsiblemente más tarde y si hay derrota, "y quien fuera señalado ahora no llegaría al final", recuerda un cargo territorial. Ahora el PSOE actuará como siempre, con "responsabilidad", como recuerda una veterana: centrándose en la competición electoral por delante, conscientes todos también de que el heredero del trono de Ferraz, sea quien sea, preferirá gobernar un partido y un grupo parlamentario fuerte, y no reinar sobre cenizas. Ese propósito de minimizar daños también explica la convocatoria del 23-J por parte del presidente, para evitar una lenta sangría. Una "barbacoa política" capaz de abrasar al PSOE, en palabras en La Sexta del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, el único barón más fuerte.
"Es normal el dolor y la tristeza pero yo tuve ejecutiva y estamos transformando el dolor en fuerza para ganar las generales y pararles [a la derecha]", confiesa una presidenta autonómica que ahora será desalojada del poder. "Es imposible creer lo que ha pasado, pero la vida sigue y mañana será otro día", señala otra, con cierta resignación. "Está todo dios en shock", añade una dirigente con muchísimos años de militancia a su espalda. "El golpe ha sido tremendo", abunda otra relevante diputada nacional.
Es normal el dolor y la tristeza pero estamos transformando el dolor en fuerza para ganar el 23-J", apunta una presidenta autonómica
"Yo diría que hay más rabia que desolación —apunta otro barón regional—, en mi caso sobre todo por los alcaldes, que se lo han currado de diez y les han arrasado". Otro alto mando coincide con ese dibujo: la rabia va ganando poco a poco terreno a la tristeza.
"Hace cuatro años hubo unas elecciones generales [las del 28 de abril] y al mes las autonómicas. Si se hace a la inversa, mucha gente se ha visto en la tentación de opinar lo que pensaba más que valorar lo que tenían encima. Yo vivo esta realidad con un dolor inmenso, por la injusticia con multitud de alcaldes y alcaldesas y presidentes autonómicos que se han llevado una patada que no era para ellos", analizaba con rotundidad García-Page en Al rojo vivo (La Sexta).
"Tortura más lenta y dolorosa"
Pero incluso esa rabia, reconocen distintos responsables, irá dejando paso a la obligada recuperación de ánimo de cara a las generales del 23-J y a las legislaturas autonómicas y mandatos municipales que se abren a partir de ahora. También de cara a la planificación de los relevos de los barones que no optarán a la reelección. Lo expresan así en el entorno de Ximo Puig, president en funciones de la Generalitat Valenciana, la gran joya que pasará a manos del PP y Vox: "Hemos construido un legado de ocho años que no se puede tirar por la borda. Hemos mejorado nuestros resultados, hemos subido en diputados [de 27 a 31], pero hemos perdido el Gobierno. Ximo tiene la responsabilidad de dirigir el proyecto para no provocar una crisis mayor: tiene que aguantar. Hay que pensar que en 2027 hay que volver a la Generalitat, aunque tengamos otro candidato. Este no es un buen momento para el partido, claro está, pero no es el peor momento. Y si hubiéramos esperado a unas generales a final de año, la tortura habría sido más lenta y dolorosa". Puig confirmó este miércoles que liderará la alternativa desde les Corts.
Page señala que si las generales se celebraran a final de año, serían "seis meses de barbacoa" para el PSOE. Y recalca que no habrá debate sobre quién liderará el 23-J: será Sánchez
La decisión de Sánchez de anticipar ya las legislativas, contra todo pronóstico, sí ha aliviado a su partido y es vista como una buena alternativa, quizá la única posible. Y la que, de paso, servirá para poner en sordina el debate interno que, antes o después, se abrirá. El propio García-Page aplaudía el adelanto: si se celebraran las generales cuando toca, en diciembre, serían "seis meses de barbacoa", en los que se "achicharraría el partido y el candidato", pero también "las instituciones y el país". El presidente en funciones de Castilla-La Mancha también aseguraba que "no va a haber debate" sobre quién será el cabeza de cartel del PSOE el 23-J: Sánchez. Él no va a estar en "ningún tipo de intrigas" ni conspiraciones, dijo en Antena 3.
La queja sobre la marcha de la campaña del 28-M desplegada por Ferraz ya se escuchaba los últimos días, cuando todo, absolutamente todo, se torció. Y ahora ese mar de fondo aflora con nitidez. Numerosos cargos admiten que ha sido un error de la cúpula federal plantear una campaña en términos nacionales, en la que el presidente sumaba anuncio tras anuncio, medidas que luego pasaban al Consejo de Ministros pero que en todo caso no lograron dominar el discurso público. "La campaña ha sido un error garrafal —sostiene un alto mando de una federación de mucho peso—. ¡Qué falta de sensibilidad con la diversidad! Querían ganar las municipales y les daban igual las autonómicas, y al final perdimos las dos". El sentir es que Sánchez hilaba mítines sin referencias territoriales, sin calor ni conexión con la realidad de cada comunidad, sin poner en valor la gestión de sus presidentes y alcaldes, dejándose llevar por la dinámica nacional.
Los territorios se quejan de que faltó "sensibilidad" con ellos, que ha operado el antisanchismo, Bildu, la polémica por la compra de votos...
En cualquier caso, la fuerza más poderosa, y que apenas supieron ver, era la contestación al propio Sánchez, que él mismo reconoció en su brevísima comparecencia institucional del lunes, cuando anunció el anticipo electoral. "Dicen los analistas que es una ola. Pues será, no sé qué más decir", respondía una conmocionada Concha Andreu, presidenta de La Rioja, la noche del 28-M. "Mira la ola europea de extrema derecha. Tenemos que ampliar la mirada —reflexiona otra presidenta en funciones—. Tenemos un problema mediático enorme, el antisanchismo movilizó muchísimo y luego que si las listas de Bildu, que si la compra de votos... Un marco que monta el PP con su potencia mediática y que aumenta esa movilización de la derecha". "Bildu distrajo la campaña, pero eso no fue culpa de Pedro", indica otro líder autonómico.
Felicitación ya hecha a Page y a otros barones
"El problema es que no hemos entrado a explicar qué se ha pactado con Bildu, porque son medidas que benefician a la mayoría de la población —tercia otro barón regional—. Pero lo cierto es que se ha movilizado la derecha y ha apelado al sentimiento. La gente ha votado contra Bildu. Y lo que ha ocurrido es que la derecha va a gobernar con un cheque en blanco porque no conocemos su programa. Pedro puede haber sido nuestra condena, pero es que ha sido él el que ha conseguido que tengamos fondos y que las CCAA crezcan". En definitiva, se ha instalado internamente que la campaña se "nacionalizó" y eso castigó a presidentes y alcaldes socialistas con buena valoración por su propia gestión.
No va a haber ahora una rebelión interna, pero sí "costará muchísimo movilizar" al partido tras este golpe. Lo primero a resolver son las listas, que aprobará el comité federal el 10 de junio
El partido, pues, no se alzará contra su jefe. Pero el problema puede ser otro, avanza un buen conocedor de la maquinaria: "Va a haber muchos brazos caídos. Va a costar muchísimo movilizar. Los cuadros intermedios son los que mueven el PSOE y muchos ahora se han quedado en paro".
Sánchez ya ha comenzado a felicitar a varios de sus líderes territoriales. Page admitió este martes por la mañana que no había recibido llamada del líder, y sí de Feijóo, pero le disculpó por su agenda y por su obligación de preparar el camino del 23-J. Por la tarde, según confirmaron fuentes del entorno del presidente castellanomanchego, Sánchez se dirigió a él vía WhatsApp para darle la enhorabuena por su mayoría absoluta y le reconoció el "trabajo hecho" por el Gobierno regional.
El jefe del Ejecutivo también conversó, por llamada o por mensaje, con otros barones, como Francina Armengol (Baleares), Concha Andreu (La Rioja) o Pablo Zuloaga (Cantabria). Ahora, la dirección federal tiene que confeccionar, con los territorios, las listas de las generales, y algunos de los líderes desalojados por las urnas podrán ocupar escaño en el Congreso o en el Senado, si es que ellos así lo quieren, como confirmó en la SER la número dos, María Jesús Montero.
Los cimientos de la estrategia están claro: combate al "populismo" de la derecha y "concentración" del voto de la izquierda en torno al PSOE
Aún hay tiempo para tomar una decisión: el comité federal del PSOE aprobará todas las candidaturas del 23-J el sábado 10 de junio. Por lo pronto, Sánchez mantiene este miércoles a mediodía una reunión con su grupo parlamentario en el Congreso para marcar el camino hacia las urnas. Los pilares de la estrategia ya parecen claros, como evidenciaron la portavoz del Ejecutivo y la del partido, Isabel Rodríguez y Pilar Alegría, en sendas entrevistas en La Sexta y en La 1. El discurso de Feijóo, dijo la primera, es "populismo en estado puro" que solo busca el miedo y el odio entre la gente. "Se trata de poner en valor la democracia y de combatir el populismo que está arrasando otros países de nuestro entorno y que claramente han asumido la derecha y la ultraderecha juntas, porque el PP y Vox son lo mismo", apuntó.
La disyuntiva que repetirán los socialistas es que los españoles han de elegir si quieren "retroceder" o "avanzar". Y apelarán a la "mayoría social" para que frene a la ultraderecha. "Hay que pararla ahí, en las urnas, y ese es el llamamiento que estamos haciendo con esta convocatoria electoral", porque el PSOE "apenas" está a tres puntos del PP, lo que permite "mucho margen de recuperación con una izquierda que debe de hacerse también un replanteamiento" estratégico.
Un mensaje similar lanzó el propio presidente tras reunirse este martes con la exsecretaria de Estado de EEUU Hillary Clinton: la "estrategia" de los "reaccionarios" es "siempre la misma": "Mentiras, bulos y discurso del odio. Lo hemos visto en EEUU y en Brasil. En España no lo vamos a permitir".
El PSOE recupera, por tanto, el discurso del miedo a Vox como agente movilizador, con el riesgo, eso sí, de que lo que se reproduzca en las generales es lo que ocurrió en las andaluzas de 2022: que los ciudadanos entiendan que el mejor bloqueo al partido de Santiago Abascal es el PP, al ser la opción favorita y la más viable. Por eso ya algunos dirigentes advierten de que esa línea no debería volver a tomarse, porque ya está asumida la presencia de la ultraderecha en las instituciones. El otro eje discursivo es nítido: la "concentración del voto", apuntó Rodríguez, en torno al PSOE, dada la debilidad de su izquierda, sin que esté aún claro si Yolanda Díaz podrá trenzar una alianza con Podemos.
Las diferencias de Extremadura y Aragón
Mientras, otros dos presidentes, el extremeño Guillermo Fernández Vara y el aragonés Javier Lambán, dieron este martes un paso para intentar retener sus gobiernos, aprovechando que el PP intenta marcar distancias con Vox. Un gesto, el de ambos, abocado en principio al fracaso. "No parece razonable" que el PSOE, que ha ganado las elecciones, se abstenga para que "gobierne el que pierde". Lo decía por la petición de la candidata del PP, María Guardiola, de que los socialistas faciliten su investidura.
El gesto de Vara y Lambán está en principio abocado al fracaso, dado que no cuentan con mayoría, salvo que Vox se negara a investir a Guardiola y Azcón
Allí, en Extremadura, PSOE y PP han empatado a 28 escaños, con el primero por delante en votos, pero la izquierda no suma con Podemos (4), pero Guardiola sí lo lograría con Vox (5). "Como ganadores que somos de las elecciones autonómicas, vamos a intentar gobernar Extremadura", aseguró Vara, para añadir que su formación es la más votada en el conjunto de los municipios extremeños y mantiene la mayoría en las dos diputaciones (Cáceres y Badajoz), informa EFE. En Aragón, el PSOE de Javier Lambán mostró su disposición a forjar una mayoría alternativa tras la renuncia del PP de Jorge Azcón a gobernar con Vox. Pero allí ocurre lo mismo: los socialistas no alcanzan la mayoría absoluta ni con Aragón Existe, y además son segunda fuerza.
Los socialistas intentan encaminarse hacia unas generales muy complicadas, con todo en contra, con un partido deprimido y que, probablemente, lanzará señales de desmovilización en unas semanas. Pero, como asegura un barón autonómico, "todo el mundo asume que hay que remar". El foco ya no está solo en el 28-M, sino en el 23-J.
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