No fue una reunión de trámite. En modo alguno. Se esperaba que la comisión federal de listas este viernes en Ferraz funcionara como un prólogo plácido de un comité federal de reencendido de la maquinaria electoral del partido cara a las generales del 23 de julio. Pero no. Los movimientos, algunos inesperados, por parte de la dirección de Pedro Sánchez, soliviantaron a tres federaciones —Comunidad Valenciana, Aragón y Castilla y León— y a punto estuvieron de incendiar una cuarta, Castilla-La Mancha, pero la marcha atrás de Ferraz frenó al barón hoy más empoderado por las urnas (y crítico con el presidente), Emiliano García-Page. Pero esas maniobras caldearon por completo el ambiente a horas escasas del comité federal. Pusieron al partido en máxima tensión. Hasta el punto de que los candidatos tumbados en Aragón y Ávila presentaron sus renuncias en señal de protesta. El malestar, que seguramente apaciguará la campaña, era ya muy sintomático de la inquietud latente en el partido ante un incierto panorama el 23-J, y también el preludio de las batallas internas que vendrán si las urnas traen un mal resultado.
Pero aunque la marea pase, es una evidencia que esta precampaña arranca con mal pie interno para los socialistas. Por sus candidaturas. En la última semana, los comités provinciales primero y las direcciones autonómicas después fueron tejiendo las planchas electorales de las generales, en su mayoría consensuadas con Ferraz, y por eso se esperaba una ratificación tranquila este viernes por parte de la comisión federal de listas. Este órgano, controlado por Sánchez, es el competente de la aprobación de las candidaturas y el encargado de su envío al comité federal, el máximo órgano de dirección del PSOE, para su visto bueno final. Pero por la tarde fue fluyendo un goteo de cambios que no hizo sino dinamitar el ambiente interno. Porque los reacomodos no afectaron solo a dos barones críticos como Emiliano García-Page y Javier Lambán, sino a Ximo Puig, un president de salida pero jefe de una federación muy importante y que ha permanecido leal, aunque en ocasiones marcando distancias en lo político, y al castellanoleonés Luis Tudanca, que siempre apoyó a Sánchez, hasta en su momento de caída, en 2016.
En Castilla-La Mancha, Sánchez intentó colocar de uno por Toledo a la alcaldesa saliente, Milagros Tolón, pero al final la dejó de dos y respetó que Sergio Gutiérrez, mano derecha de Page, continuara como cabeza de cartel
Las turbulencias arrancaron primero en Castilla-La Mancha. La plancha propuesta por la cúpula provincial y autonómica tenía como cabeza de cartel al diputado nacional Sergio Gutiérrez, secretario de Organización regional y, como tal, mano derecha de Page. Pero la comisión de listas decidió en un primer momento relegar a Gutiérrez al segundo lugar —puesto también de salida: los socialistas sacaron dos escaños en 2019 por Toledo— para colocar por delante a la alcaldesa de la capital castellanomanchega, Milagros Tolón, presidenta del comité federal y dirigente muy próxima a Sánchez (y más distanciada, lógicamente, del barón autonómico).
Tolón ganó los comicios locales del 28-M, pero será seguramente desplazada por la derecha, ya que PP y Vox sumaron más concejales. En la dirección de Page estallaron rápidamente contra Ferraz, y alegaron que las listas fueron "aprobadas por unanimidad en el comité provincial con más de 300 asistentes de la provincia de Toledo, que representaban al 90% de las agrupaciones locales". La federación se quejó de las "imposiciones", de unos relevos que obedecían a "caprichos personales". Finalmente, el cabreo de la cúpula autonómica, y el hecho de que Page logró más de un 45% de los votos en Castilla-La Mancha el 28-M —él es el ya único barón socialista con mayoría absoluta—, hicieron recular a Ferraz. La sede federal rectificó y situó a Gutiérrez como uno y a Tolón como dos. Desde la comisión de listas explicaban que si se decidió mantener al jefe del aparato regional en cabeza fue porque la federación aceptó llevar a Tolón como su segunda, ya que inicialmente no figuraba en la propuesta remitida a Madrid. Page, con ironía, saludó en Twitter el "diálogo cordial" con la dirección federal para "aclarar un error" en la candidatura toledana.
Pero las rectificaciones se pararon en Castilla-La Mancha. Porque Ferraz impuso su criterio frente al hasta ahora barón más potente, Ximo Puig. En síntesis, lo que hizo la dirección de Sánchez fue respaldar las propuestas aprobadas previamente por las cúpulas provinciales y que la ejecutiva autonómica corrigió ayer jueves. Por eso en el entorno de Puig calificaban este viernes lo ocurrido como una "desautorización" al propio president, con la voluntad, creen, de erosionarlo de cara al proceso de su propia sucesión.
En Valencia, Ferraz borra de la lista al Senado a Alfred Boix, hombre de la máxima confianza de Puig
La dirección de Sánchez, pues, hace prevalecer los deseos de los secretarios provinciales Carlos Fernández Bielsa (Valencia), alcalde de Mislata por mayoría absolutísima, y Alejandro Soler (Alicante). Ambos, de hecho, estuvieron en Madrid para reunirse con Organización. En Valencia, la comisión federal de listas acepta la propuesta de Juan Antonio Sagredo, regidor de Paterna, para el Senado, y borra a Alfred Boix, hombre de la máxima confianza de Puig y antiguo secretario de Organización del PSPV. Ese fue el cambio que más dolió al president, porque en lugar de pedirle que diera otro nombre afín asumió al candidato de Bielsa, a quien muchos sitúan en la sucesión de Puig.
En clave orgánica sucesoria
En Alicante, Ferraz levanta la candidatura al Senado. Restituye a Ana Martínez, próxima a Soler, como uno al Senado, y repesca también a Ángel Franco y Eva Montesinos como dos y tres, como la cúpula provincial había planteado. Puig había aprobado tres nombres distintos: Antonia Moreno, Toñi Serna y Andreu Verdú. En el Congreso, la cúpula de Sánchez intercambia los puestos tres y cinco y vuelve al diseño de Soler: el ya diputado Lázaro Azorín, alcalde de Pinoso, se queda con el tercer puesto, y José Díaz, con el quinto. En Castellón, desembarca como cabeza para el Senado Amparo Marco, alcaldesa saliente de la capital, que no había sido postulada por la dirección provincial.
Ferraz alega que no caben "lecturas literarias" de lo ocurrido: "Se buscan equilibrios y acuerdos en territorios donde no los había. La realidad es más simple"
Los movimientos en la federación valenciana se entienden, por tanto, como un respaldo expreso de Ferraz hacia los barones provinciales frente a Puig, que dejará el Govern en manos de PP y Vox pero que pretende seguir interinamente al frente del partido hasta ordenar la transición. Las maniobras de Sánchez encolerizaron al entorno del president, hasta el punto de que meditaban plantarse e incluso no acudir al comité federal, pero finalmente estará este sábado en la sede y lanzará un mensaje de protesta hacia Sánchez.
Fuentes próximas a Puig aseguraban a este diario que no comprenden por qué Ferraz no opta por "echar el resto" en la campaña de las generales y busca, creen, moverle la silla en un momento muy delicado para el PSPV. Justo cuando el president ganó el 28-M en votos y escaños pese a que perdió el Ejecutivo por el hundimiento de Podemos. En Ferraz explican que, en el caso de Valencia y en los restantes, no caben "lecturas literarias". "Se buscan equilibrios y acuerdos en territorios donde no los había. La realidad es más simple". Y reprochan a Puig que no hubiera consensuado con Madrid antes las candidaturas. En el círculo del todavía president inciden en que se le pidió que incorporase al exministro José Luis Ábalos como dos por Valencia, requerimiento que aceptó, y entendió que le dejaban manos libres para confeccionar el resto de las listas.
Ferraz también dio un severo toque de atención presidente aragonés en funciones, Javier Lambán, su segundo barón crítico, derrotado, como Puig y a diferencia de Page, la noche del 28-M. Él rechazaba de entrada que la ministra de Educación y portavoz del partido, Pilar Alegría, encabezara la lista por Zaragoza al Congreso, argumentando que no era muy apoyada en su provincia. Pero, tras la presión de Ferraz, reculó y aceptó que ella la liderara. Retiró a su candidato inicial, el exdiputado Óscar Galeano —al que colocó de dos por Zaragoza—, y también renunció a que el sociólogo Ignacio Urquizu, alcalde saliente de Alcañiz (vetado ya en 2019), capitaneara la plancha por Teruel. Con esos cambios, esperaba que Ferraz respetara su propuesta, pero no fue así y se la desmontó entera en Zaragoza y Teruel. Así, en lugar de Galeano, situó como dos de Alegría a la diputada Susana Sumelzo, una de las parlamentarias fieles a Sánchez desde el primer momento —de hecho, fue de las que votó no a la investidura de Mariano Rajoy en 2016—, y en la que incluso Ferraz pensó en su momento como oposición de Lambán, aunque ella nunca llegó a echarle el pulso interno.
El presidente coloca de dos por Zaragoza a una sanchista de primera hora, Susana Sumelzo, y ordena cambios también en Teruel. En Huesca se respetan las planchas
De tres por Zaragoza entra Víctor Ruiz, secretario general de Calatayud y hasta ahora senador, en sustitución de la diputada lambanista Noemí Villagrasa. Por el Senado, se incorpora Miguel Dalmau, secretario general de Utebo, como uno, Ana Isabel Villar de dos y Óscar Galeano de tres. En Teruel, el presidente aragonés había mantenido al diputado Herminio Sancho, del gusto de Ferraz. Pero la comisión de listas colocó en el Senado como cabeza a María José Villalba, relegando al segundo puesto a Silvia Gimeno. En Huesca, ningún cambio: la provincia hizo las planchas electorales en sintonía con la cúpula de Sánchez, y esta respeta a los elegidos para Congreso —liderados por Begoña Nasarre— y Senado.
"Profunda disconformidad" de la ejecutiva aragonesa
La ejecutiva de Lambán lanzó un duro comunicado por la noche con el que manifestó su "profunda disconformidad" con la decisión de la comisión federal de listas sobre las candidaturas de Zaragoza y Teruel, "cuya composición apenas tiene nada que ver con las propuestas de los correspondientes comités provinciales y, por tanto, con la opinión de los militantes". La decisión producirá, auguró, un "profundo desánimo entre los militantes a pocas semanas de las elecciones". El comunicado concluye confirmando la renuncia de los candidatos lambanistas de las dos provincias por "no compartir los criterios seguidos". Y advertía la dirección regional: no se "descartan más renuncias en las próximas horas". Desde Ferraz explicaban que ya en 2019 se tumbó la propuesta de Lambán, igual que ha ocurrido ahora, porque el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno tiene "derecho a componer las candidaturas" que quiera para armar un "grupo parlamentario sólido y afín".
En Valladolid, el federal levanta en el Senado a Sara Galván para ubicar al secretario de Acción Electoral de Sánchez, Javier Izquierdo. En Ávila, se recoloca al diputado al que había apeado el provincial
Ahí no se extinguió el fuego. La dirección de Sánchez también desairó a Castilla y León, una federación siempre fiel a él. Y en concreto irritó a Óscar Puente, todavía alcalde de Valladolid —perderá la vara de mando previsiblemente la semana próxima— y secretario provincial del partido. Él decidió encabezar la lista al Congreso para el 23-J, mientras que para la papeleta para la Cámara alta se postuló a la ya senadora Sara Galván, de Medina de Rioseco. Ferraz, sin embargo, entendía que para el Senado debía ser cabeza de cartel el secretario federal de Acción Electoral, Javier Izquierdo. Puente se negó porque las listas que se enviaron a Madrid fueron aprobadas por "unanimidad" por la ejecutiva provincial "a partir de los resultados de las asambleas de las agrupaciones". Es más, defienden desde el entorno del alcalde, Izquierdo, exlíder provincial, no fue propuesto "por ningún militante, ni en su agrupación, la de la capital". La dirección regional de Luis Tudanca también avalaba esas planchas porque venían respaldadas por las bases y no había habido ninguna indicación previa. Pero Ferraz hizo valer su poder y colocó este viernes a Izquierdo como candidato al Senado. Desde el círculo de Puente no daban crédito, porque Izquierdo fue el "ideólogo de la campaña del 28-M, la más nefasta que se recuerda".
En Ávila, el partido había apeado a Manuel Arribas, el diputado que, como recordaban en la dirección regional, había estado en la cena con el exparlamentario canario Juan Bernardo Fuentes Curbelo, Tito Berni, presunto cabecilla del caso Mediador. Ferraz, sin embargo, repuso a Arribas al frente de la lista, reemplazando a Yolanda Vázquez, un movimiento que provocó la renuncia de los candidatos auspiciados por la ejecutiva abulense y avalados por la de Tudanca (hasta los suplentes). Renuncia que este refrendó y que formalizaron vía burofax remitido al secretario federal de Organización, Santos Cerdán. Ávila es una provincia difícil para el PSOE, y de hecho en la federación no descartan que se pierda el escaño actual y los tres a reparto se los queden el PP y una escisión suya, Por Ávila.
En el entorno de Puente y en el del secretario autonómico se palpaba una enorme irritación con Ferraz, y una incomprensión por su determinación a "crear mal ambiente" a las puertas del comité federal y de una campaña ya de suyo muy difícil por las malas expectativas.
En el cuartel general creen que la polémica se ahogará sola, que no tendrá recorrido y que no supondrá un problema para la campaña. Pero sí sentará las bases del día después del 23-J si hay derrota
En el equipo de Sánchez subrayaban que lo que estaba sobre la mesa eran "propuestas de candidaturas", solo eso, ya que es la comisión federal de listas la que tiene la potestad de cambiarlas y aprobarlas, y en este caso las planchas de las generales han de estar diseñadas para que el líder "tenga un grupo poderoso y con gente de confianza". Ese objetivo, de hecho, es lo que le ha obsesionado en los últimos días, como ha traslucido al ver los perfiles de quienes le acompañarán en las dos Cámaras desde el 23-J. Sánchez, por tanto, quiere evitar lo que le ocurrió en 2016, que tras la derrota en las urnas el grupo se le rebeló, al igual que el partido, porque no estaba modelado a su gusto. Ahora sabe que diputados y senadores responderán ante él, aunque es consciente, admitían en Ferraz, de que si pierde en las urnas la situación será muy distinta.
Y es que a las caídas ejecutadas este viernes hay que sumar las de esta semana. La dirección ha prescindido o relegado perfiles jóvenes y feministas. Así, sale de las listas la portavoz de Igualdad en el Congreso, Laura Berja, diputada por Jaén, igual que su compañero Felipe Sicilia, exportavoz del partido. También puede tener dificultades para lograr escaño Andrea Fernández, secretaria de Igualdad de la ejecutiva federal (número cuatro en el escalafón orgánico), al quedar como dos por León. Los tres, muy ligados a la ex vicesecretaria general Adriana Lastra. Tampoco competirá este 23-J el madrileño Omar Anguita, exlíder de las Juventudes Socialistas de España (JSE), ni la joven ourensana Uxía Tizón. Y el actual jefe de JSE, Víctor Camino, concurre como seis por Valencia, un puesto que no es de salida. No figura en las candidaturas por Sevilla Beatriz Carrillo de los Reyes, miembro de la cúpula federal y líder feminista y gitana de los movimientos sociales. Sale asimismo del Senado otro referente feminista del partido, la jiennense Micaela Navarro, presidenta del PSOE en la primera vida de Sánchez.
A las 'caídas' ejecutadas este viernes se suman las de referentes feministas y jóvenes, como Laura Berja, Omar Anguita, Beatriz Carrillo, Micaela Navarro. La secretaria de Igualdad, Andrea Fernández, va de dos por León, de difícil salida
¿Y por qué este barullo ahora, el impulsado por Ferraz este viernes? "Los muertos no sangran", recuerdan en el cuartel general. Es decir, que barones como Puig o Lambán ya no serán presidentes en breve y Tudanca no tiene poder institucional porque nunca lo ha tenido antes.
Además, en la sede federal creen que la polémica se ahogará sola, que no tendrá recorrido, ya que los afectados no son caras conocidas por el común de los ciudadanos, y que no será problema de cara a la campaña porque el presidente ya contaba con hacer el recorrido hasta las generales prácticamente solo por la desafección de los barones devastados por la ola del 28-M. Claro que a veces las facturas unos y otros las cobran en diferido.
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