Es la oportunidad soñada para “mostrar el país al mundo”. Así lo vienen repitiendo desde hace semanas los responsables políticos del nacionalismo vasco. Durante tres días Euskadi será uno de los focos de atención mundial por acoger el evento ciclista con mayor impacto de cuantos se celebran: el Tour de Francia. La primera imagen será la más conocida, los alrededores del Museo Guggenheim desde el que partirá la carrera: 22 equipos, la larga caravana del Tour y la señal de la televisión pública vasca replicada en decenas de países de todo el planeta.

Un escaparate con gran proyección que el nacionalismo vasco se ha propuesto no dejar escapar. Lo hará para que el amarillo de la mítica carrera gala compita con los tres colores de la enseña vasca, el rojo, el verde y el blanco: la ikurriña como carta de presentación de Euskadi al mundo. “Hay que sacar la ikurriña a la calle”, han repetido en varios de los actos preliminares.  

Cada año la carrera muestra cómo la afición al ciclismo en el País Vasco se deja sentir entre los aficionados que se acercan a alguna de las etapas que bordean Euskadi. La ikurriña portada por los amantes de la bicicleta se ha convertido en un símbolo a medio camino entre la identidad política y la afición cicloturista: "Allí donde hay ciclismo, hay una ikurriña, welcome to the Basque Country”, reza el lema de la campaña de promoción.

Las instituciones, que llevan años trabajando para traer el Tour a Euskadi, han decidido que capitalizarán políticamente la cita. Lo harán bañando de ikurriñas los 577 kilómetros del recorrido previsto por carreteras vascas. Un trazado en el que se enarbolará la marca ‘Basque Country’. El nacionalismo moderado lo hará de modo más sutil, casi institucional El nacionalismo afín a la izquierda abertzale optará por reivindicar el derecho a decidir de Euskal Herria ante los ojos del mundo.

60.000 ikurriñas conmemorativas

Entre los promotores tan sólo figuran instituciones vascas: las tres diputaciones forales, el Gobierno vasco y los ayuntamientos de las capitales vascas. En la lista de invitados a los actos previstos para los días 1, 2 y 3 de julio no figuran ni el Rey ni el presidente del Gobierno. La presencia de las instituciones de ámbito nacional ha sido inexistente desde el primer momento en el que se anunció la pretensión de las autoridades vascas de optar a acoger el Tour.  

En todo el proceso para ser designados como sede de esta edición del Tour la ikurriña ha jugado un papel determinante. Es el símbolo cuya presencia se quiere subrayar sobre cualquier otro a lo largo de las tres jornadas de la carrera. Para ello, la televisión pública, ETB, y Kutxabank se han aliado para cubrir de ikurriñas los municipios por los que pasa la carrera. En total serán 60.000 enseñas las que se repartirán en los próximos días para que mostradas por el trazado de la carrera. Ikurriñas que se quiere que se vean por doquier durante las retransmisiones televisivas y que también ha estado presente en las promociones que desde hace semanas se llevan a cabo.

La izquierda abertzale también se ha aferrado a la ikurriña para trasladar su mensaje político en el gran escaparate que es el Tour. La plataforma en favor del derecho a decidir, ‘Gure esku dago’, activó hace días una campaña de recaudación de fondos para adquirir un millar de ikurriñas que serán debidamente extendidas a cada inicio y llegada de etapa. Sus simpatizantes deberán recogerlas en la salida y entregarlas en la llegada para 'reutilizarlas' en cada una de las etapas. El objetivo es provocar lo que definen como “un tsunami de ikurriñas” que bajo el lema ‘Basques decide-Euskal Herria erabaki” reivindique “el derecho a decidir de nuestro pueblo”.

La iniciativa ‘Euskal Herria munduan’ (Euskal Herria en el mundo) se extenderá tanto en las etapas que discurren por la Comunidad Autónoma vasca como las que se desarrollan por el País vasco francés. “Aprovecharemos la repercusión internacional para reivindicar que Euskal Herria es un pueblo compuesto por siete territorios y que tiene derecho a elegir su futuro”, aseguran los impulsores de la iniciativa.

La "ikurriña más grandes jamás construida"

La apuesta incluye la confección de la que será “la ikurriña más grande jamás confeccionada” y que será colocada estratégicamente en cada etapa de la carrera. Ha sido financiada con aportaciones de particulares y empresas, -28.335 euros en total- cuyos nombres figurarán en la misma.

El primero de los actos oficiales, y en los que también se visualizará una marea de ikurriñas, tendrá lugar el 29 de junio en Bilbao. Ese día está prevista la presentación de los equipos que comenzarán en la ‘Grand Depart’ con la que arrancará la 110 edición del Tour con inicio y final en Bilbao. Al día siguiente la segunda etapa partirá desde Vitoria y llegará a San Sebastián. La localidad vizcaína de Amorebieta será la salida de la tercera etapa con la que se llegará a tierras galas con un final en Bayonna.    

La prueba ciclista llega a Euskadi en víspera de unas elecciones generales y en pleno inicio de la operación salida de verano. Desde días antes el cronograma que rodea a la 'Grand Dèpart' incluye multitud de eventos deportivos, culturales y sociales en los que el impulso a la presentación de la identidad, valores y cultura vasca está muy presente.    

La apuesta por acoger el Tour supondrá un desembolso económico importante. Las instituciones vascas se reparten el desembolso de 7,5 millones de euros que sólo en concepto de canon se debe abonar a la organizadora de la carrera, la compañía Amaury Sport Organisation. A ello se suman otros 4,5 millones que habrá que desembolsar para costear el amplio operativo que conlleva la carrera, además de otras partidas de los actos que desde hace semanas se vienen desarrollando en distintas localidades vascas para promocionar el evento.