Su elección como escudero de Yolanda Díaz no solo ha molestado en algunos sectores saharauis, que han recordado esta semana su desempeño en la huelga de hambre de Aminetou Haidar en 2009 a las órdenes del entonces ministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos. También ha provocado conmoción en la diplomacia española después de que afloraran los análisis que durante años firmó bajo seudónimo en una revista de pensamiento de izquierdas y en los que cargó contra la OTAN, “las restricciones regulatorias agobiantes” de la Unión Europea o “un régimen del 78” incapaz de resolver su crisis política y territorial.

A Agustín Santos Maraver, que el pasado miércoles abandonó el cargo de embajador de España ante la ONU que había ostentado desde 2018 para enrolarse como número dos de la lista de Sumar por Madrid, muchos compañeros de la carrera diplomática le describían como un funcionario discreto, trabajador y leal. Ahora, las decenas de artículos que rubricó como Gustavo Buster, convertido en su alter ego, han abierto un debate entre sus colegas: ¿Puede un diplomático escribir lo que piensa? ¿Puede pensar lo opuesto a lo que defiende como representante de España en el extranjero?

No debería haber aceptado ser embajador de un régimen al que desprecia

Los diplomáticos españoles consultados por El Independiente, algunos en activo y otros ya retirados, comparten consternación pero deslizan ciertos matices. “Todo el mundo tiene derecho a expresar libremente sus ideas, pero creo que hay una contradicción y una falta de coherencia brutal entre defender las ideas que defiende Santos Maraver sobre la Constitución, la monarquía o la secesión catalana y el hecho de ser embajador de España”, replica a este diario Jorge Dezcallar, ex embajador de España en EE.UU. o la Santa Sede y ex director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).

“La misión fundamental de un embajador de España es representar y defender los intereses del país. Este señor tiene una idea muy pobre del Reino de España y, en consecuencia, por dignidad no debería ser embajador, no debería haber aceptado ser embajador de un régimen al que desprecia”, agrega.

Una opinión que comparte otro veterano ex embajador, que exige anonimato. “Me sorprende que una persona con esa ideología haya sido embajador de España. Todos los diplomáticos tenemos derecho a tener nuestra ideología pero otra cosa es hacerla pública y, además, con ese espíritu antisistema”, recrimina. Ambos diplomáticos reconocen que no existe ningún código que exija esa neutralidad, pero -aducen- es una regla no escrita que el caso Santos Maraver ha dejado malherida. “No se firma nada, pero resulta evidente que un diplomático está al servicio del Estado, no al servicio de un partido político. Es una contradicción muy grave y, por lo tanto, critico al que lo ha nombrado, al que le he mantenido en el puesto sabiéndolo o sin saberlo. En este último caso, por incompetente”, arguye Dezcallar.

Santos Maraver era una persona reposada y sin grandes estridencias. Ahora todo el mundo en Exteriores está alucinando por lo que ha escrito bajo seudónimo

Sus publicaciones, en el ojo del huracán

El ya ex embajador español ante la ONU, que ha abandonado esta semana Nueva York y aparece por primera vez este domingo en un acto junto a Yolanda Díaz en Madrid, escribió durante años y hasta poco antes del inicio de su aventura política artículos sobre la actualidad española e internacional en Sin Permiso, una publicación impresa y digital de cuyo comité de redacción es miembro.

En los citados textos, en solitario o firmados con otros, Santos Maraver -que fue asesor de Felipe González y jefe de gabinete de Moratinos- censura desde el “imperialismo” estadounidense, el declive de la primera potencia del mundo ante “la falta de una alternativa que permita reunificar los intereses comunes de una clase trabajadora dividida, compartimentada culturalmente y racializada” hasta la gestión del procés o el fracaso de izquierda y del Gobierno de coalición frente a “las derechas extremas”. También carga contra el que fuera líder de la oposición venezolana Juan Guaidó del que dictamina que “lejos de representar al pueblo venezolano, es un peón del proyecto de golpe de estado preparado en Washington”.

Desde su puesto en la ONU ha defendido posturas diametralmente opuestas a sus artículos

Unas opiniones que comprometen la neutralidad que se espera de un representante diplomático y el principio de no inmiscuirse en los asuntos internos del país en el que desarrolla su actividad. “Santos Maraver era una persona reposada y sin grandes estridencias. Se decía que había sido de Izquierda Unida y que procedía del comunismo en tiempos de la lucha estudiantil durante la dictadura aunque no era un militante furibundo”, apunta un embajador español en activo. “Así que ahora todo el mundo en Exteriores está alucinando por lo que ha escrito bajo seudónimo”, agrega gráficamente.

“Si uno opta por una ideología así, lo mínimo es tener cierta coherencia personal. Desde su puesto en la ONU ha defendido posturas diametralmente opuestas a sus artículos, en materias como Rusia, por ejemplo”, esboza este diplomático. “Se debía esperar lealtad hacia el Gobierno que te nombra y el jefe de Estado, que es, además, una persona muy respetada con gran proyección internacional”.

Los dardos de Santos Maraver

Los que se reproducen bajo estas líneas son extractos escritos por el ya ex embajador de España en la ONU y flamante número dos de la lista de Sumar por Madrid en la publicación Sin Permiso. Versan de asuntos de política doméstica e internacional..

EL "INESTABLE" RÉGIMEN DEL 78. "Su principal obstáculo eran las propias contradicciones estructurales del régimen del 78, en forma de corrupción, cloacas policiales, cuestión catalana o el Sáhara Occidental, por otra parte largamente arrastradas. Y de pronto un misil en Ucrania convirtió todo lo sólido en chatarra". "La crisis estructural del Régimen del 78, con su retahíla interminable de escándalos sobre el rey emérito, el vodevil de los múltiples casos Villarejo, los espectáculos de una administración de justicia caducada y esperpéntica, los flujos, reflujos y desencuentros del procés catalán, quedaba pospuesta a la distribución del maná de los fondos europeos".

"UNA MONARQUÍA BANANERA". "A quienes desde la izquierda se contentan con el “alma” pero posponen el “cuerpo” republicano conviene recordarles las consecuencias de haber preterido la república como espacio de confluencia unitario. El fracaso que supuso para la resistencia antifranquista en los años 1940 y 1950 los intentos de negociar con el pretendiente Borbón en Estoril. Las consecuencias de la aceptación de la monarquía franquista y su bandera por el PCE de Santiago Carrillo antes del proceso constituyente “controlado” que estructuraría el Régimen del 78". "Tras los acontecimientos vividos y que quedan por vivir, la crisis de sus instituciones acabará devorando al Régimen del 78 y con él a una monarquía que va dejando tras de sí el reguero descrito de su falta de legitimidad, de su disfuncionalidad democrática, de su bloqueo a la modernización y a la reconstitución plenamente democrática del estado".

"AUTODETERMINACIÓN" CATALANA. "No solo porque [la actual monarquía] es un baluarte de los intereses de clase de las oligarquías, sino porque se interpone a la solución democrática de la cuestión nacional, que implica el derecho de autodeterminación, y por lo tanto a la libre relación entre iguales de los distintos pueblos que constituyen el actual Reino de España".

UCRANIA, NEUTRAL. "La tarea inmediata es condenar y frenar el ataque del imperialismo ruso contra Ucrania, cualquiera que sea la naturaleza de su régimen fallido y corrupto. Pero incluso para ello es imprescindible comprender la dinámica global de la competencia capitalista e inter- imperialista. Porque no se puede defender la autodeterminación del pueblo ucraniano sin que se pueda expresar democráticamente, sin que tenga las condiciones mínimas materiales que le permitan ejercer su ciudadanía republicana. Y ese espacio democrático, que solo es posible en una Ucrania neutral y no alineada, lo ahoga la subordinación instrumental a los intereses de la OTAN.

OTAN. "Una OTAN que ha sido y sigue siendo una de las causas centrales de inestabilidad geopolítica en Europa desde que se creó para la “Guerra Fría” y cuyo sueño de la razón hegemónica ha producido el monstruo de pesadilla del “imperialismo oprimido” ruso".

RELACIONES ESPAÑA-ARABIA SAUDÍ. "Parece gratuito recordar que tras la visita a Washington, el heredero saudí visitó Madrid donde, agasajado como se merecía por sus pares, cerró contratos militares por varios miles de millones de euros que incluyen, además de las habituales armas ligeras y munición, cinco fragatas de combate y la construcción de una base naval con tecnología comparable a la de Rota. Conocemos así las contrapartidas del contrato de construcción del AVE Riad-Meca y de la comprensión saudí para el aumento de los costes y plazos de construcción licitados".

"Un problema de reputación"

Los consultados no recuerdan un precedente similar en el cuerpo diplomático español, tampoco situaciones similares en países vecinos. El asunto, a falta de las explicaciones públicas de Santos Maraver tras su retorno y el incio de su participación de la campaña eletoral hacia el 23 de julio, ha dejado ver la pluralidad que también habita en Exteriores.

Un diplomático en activo debe ser políticamente neutral

“Aquí nadie nos pregunta a qué votamos, pero mi experiencia es que la diplomacia estaba formada por personas que se mueven en el centro-izquierda y centro-derecha”, admite desconcertado uno de los embajadores ya jubilados. Que un diplomático tuviera carné de Izquierda Unida, una coalición nacida precisamente al calor de las protestas por la pertenencia a la Alianza Atlántica, no entraba en sus cálculos.

El dosier Santos Maraver -y las sombras que se abren entre sus actos como servidor del Estado y sus posicionamientos personales- también exhibe, a juicio de los entrevistados, la ausencia de mecanismos de control. “Dice mucho desde el punto de vista del funcionamiento del sistema exterior y resulta preocupante. Y esto lo saben servicios diplomáticos y de inteligencia de otros países. Se ha creado un problema de reputación”, indica uno de los ex embajadores.

No se debe demonizar a nadie por sus ideas. Si Santos Maraver tiene esas ideas y ha decidido defenderlas, me parece bien

Según Dezcallar, el silencio de un diplomático en activo debe ser escrupuloso. “Debe ser políticamente neutral. Cada uno puede tener las ideas que quiera, pero no se puede representar a un país y al mismo tiempo criticarlo”, alega. Para evitar episodios como el de esta semana, añade, “bastaría con el sentido común y con el sentido de dignidad de cada uno”. “Yo he tenido mis ideas políticas toda la vida y podría expresarlas en conversaciones con mis amigos pero jamás se me ocurriría decirlas públicamente”, comenta. Su retiro profesional, advierte, le permite hacerlo ahora.

A punto de cumplir los 68 años, Santos Maraver se suma ahora también al listado de diplomáticos que dieron el salto a la política, en las bancadas del Congreso de los Diputados y con la cartera de ministro de Asuntos Exteriores. En su caso, le preceden las opiniones sobre política interna y exterior vertidas en una publicación muy minoritaria.

Una actividad que había mantenido discretamente en paralelo a su actividad como funcionario público y que le acompañará en esta reinvención laboral. “No comparto ninguna de sus ideas y estoy en sus antípodas ideológicos. Incluso iría contra ellas en cualquier foro, pero no se debe demonizar a nadie por sus ideas. Si las tiene y ha decidido defenderlas, me parece bien”, zanja un ex embajador que trabajó estrechamente con Santos Maraver.