Es uno de los estandartes de la lucha en favor de los derechos humanos en el mundo. La iraní Shirin Ebadi (Hamadan, 1947) fue la primera mujer musulmana que recibió el Premio Nobel de la Paz en 2003. Juez de formación, la primera de su país, perdió su puesto por decisión del régimen de los ayatolás (desde 1979 en el poder), y luchó hasta conseguir una licencia para la práctica privada. Desde entonces defiende a los perseguidos políticos, primero en Irán, y luego desde el exilio.
Asegura que su padre fue el primer feminista de su familia. Facilitó que tuviera la misma educación que los varones. Relata con una sonrisa melancólica que tuvo que divorciarse de su marido porque el régimen le forzó a declarar en su contra. "El gobierno se mete hasta en las sábanas", dice entre risas. Lo cuenta en su libro Hasta que no seamos libres. Sus dos hijas viven fuera de Irán.
Fue en España, en concreto en Mallorca donde daba una conferencia, donde el 22 de junio de 2009 se enteró de que en Irán se había dado lo que Shirin Ebadi califica como "una especie de golpe de Estado" (la reelección de Ahmadineyad, contestada en las calles). hubo detenidos, asesinados, oprimieron a toda la sociedad civil.
También desmantelaron su oficina del Centro de Defensores de los Derechos Humanos y atacaron a sus compañeros, algunos también fueron arrestados y un grupo sigue en la cárcel. "Los que lograron salvarse me aconsejaron que no volviera a Irán. Me dijeron: quédate fuera de Irán y habla. Que la gente sepa lo que está pasando. No fue una decisión fácil, pero lo importante era ver dónde podía ser más útil". Desde entonces vive en los aviones prácticamente, y recibe constantes amenazas. "No es fácil encontrarme. A veces ni mis hijas saben dónde estoy", señala. Ha venido de nuevo a España a recibir el Premio extraordinario a toda una vida de optimismo y compromiso, que promueve la revista Anoche tuve un sueño.
Ebadi aboga por un cambio de régimen porque no hay dirigentes reformistas y moderados en Irán, sino un Líder Supremo, el ayatolá Jamenei, a quien todos deben obediencia. Habría que cambiar la Constitución para promover elecciones libres. Defiende el acuerdo nuclear, logrado tras una década de negociaciones, porque "la población iraní sufrirá más". Sin embargo, reconoce que "el dinero liberado tras levantarse las sanciones ha ido a costear la guerra en Siria, Irak o Yemen". "Irán ha de cambiar su política exterior", reitera una y otra vez.
Pregunta.- Las protestas volvieron a llamar la atención mundial a finales de 2017 y principios de este año. Los iraníes salieron a las calles en muchas ciudades del país. ¿Cree que es una ola que no va a parar hasta que caiga el régimen?
Respuesta.- Así es, la ola no va a parar. La gente no está nada contenta y cada día hay la pobreza es mayor. Se debe a dos factores: primero, a la gran corrupción. La segunda razón tiene que ver con la política exterior tan equivocada del gobierno iraní. La gente protesta y pregunta por qué se gasta su dinero en Siria, en el Líbano, en Irak o en Yemen. El dinero que deberían gastar en mejorar la calidad de vida de la gente se utiliza en matar a la población de los países vecinos.
El dinero que el gobierno debería gastar en mejorar la vida de los iraníes lo usa en matar a la población de los países vecinos"
P.- ¿Cree usted en que aún son posibles reformas o ve inevitable un cambio de régimen?
R.- La estructura política, según la Constitución de Irán, hace que todo el poder esté en manos de una persona. Hace 20 años que intentan promover reformas pero desgraciadamente la Constitución no lo permite. Por lo tanto, habría que cambiar la Constitución de Irán. El régimen iraní ha de ser secular y democrático para que la gente esté contenta.
P.- ¿Usted aboga por que se celebre un referéndum para cambiar la Constitución?
R.- Así es. Hay que elegir a los representantes reales del pueblo iraní a través de unas elecciones libres y cambiar la Constitución. Así cambiaría el tipo de gobierno. Ahora mismo tenemos un sistema de opresión religiosa.
P.- Pero faltaría un liderazgo que promueva en Irán ese cambio de régimen...
R.- En 1979 contamos con un líder que tuvo el apoyo de todo el mundo (ayatolá Jomeini). Aquel líder se convirtió en un dictador. Afortunadamente no tenemos un solo líder. Es la sociedad civil la que tienen que elegir a sus representantes: de los obreros, de los profesores, de los artistas, de las mujeres, de los grupos étnicos, de los grupos religiosos... Ellos son los que han de sentarse en las mesas de negociación. Estoy contenta de que no contemos con un solo líder. La experiencia de 1979 es muy negativa.
P.- ¿Cuándo veremos ese cambio de régimen en Irán?
R.- Depende de si el gobierno está dispuesto a escuchar lo que la gente le pide. Hasta ahora no veo señales positivas.
Espero que continuemos con el acuerdo nuclear. Ayuda a los americanos y a los iraníes. Irán lo ha respetado"
P.- Usted defendió en 2015 el acuerdo nuclear. ¿Qué mensaje lanzaría al presidente Donald Trump, que parece dispuesto a suspenderlo (anunciará su decisión antes del 12 de mayo)?
R.- Espero que continuemos con el acuerdo nuclear. Ayuda a los americanos y a los iraníes. La Agencia Internacional hasta la fecha suscribe que Irán ha respetado este acuerdo.
P.- ¿Qué consecuencias tendría que el presidente Trump haga caso al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y suspende por parte de EEUU el acuerdo?
R.- Las sanciones serán más severas y la situación económica empeorará. El pueblo sufrirá más. Los allegados y altos funcionarios del gobierno no salen perjudicados por las sanciones, muchas veces hacen dinero con ellas.
P.- ¿Cómo puede ayudar la comunidad internacional al pueblo iraní?
R.- Hay que presionar más al gobierno iraní. Siempre sugiero que hay que sancionar los satélites del régimen. Irán cuenta con canales de televisión que no son de habla persa y se emiten fuera de Irán. Son canales en inglés, árabe, español y otras lenguas. Usa esos canales para hacer propaganda y fomentar el odio. Atrae a los jóvenes para que se radicalicen. Utilizan unos satélites que están fuera de Irán, y eso es lo que no debemos permitir. Así el pueblo no sufrirá, pero se limita el poder del gobierno iraní.
P.- Pero el pueblo iraní ha visto con frustración cómo esa salida del aislamiento internacional que supuso el acuerdo no les ha llevado la prosperidad soñada.
R.- El dinero que se liberó por este acuerdo no se usó para la población, sino que se ha empleado en guerras en Irak, Siria y Yemen. Una buena cantidad ha ido a las cuentas bancarias de los poderosos.
P.- Por eso Netanyahu denuncia el acuerdo nuclear, debido a que ese levantamiento de las sanciones al final ha facilitado que Irán se implique en guerras en Siria, Irak o Yemen.
R.- Irán debe corregir su política exterior. No hay ninguna razón de que intervenga en los asuntos domésticos de otros países. Cuando en Irán querían hacer pruebas con misiles, decían en ellos: 'Israel debe desaparecer'. Esa propaganda lo único que logra es que Irán sea un país más aislado. Irán hace años que no tiene relaciones con EEUU y Canadá. Marruecos ahora ha roto también... y sus vecinos árabes, aparte de Siria e Irak, tienen conflictos con Irán. ¿Qué tipo de política es esta que genera tanta enemistad? ¿No podemos vivir como Indonesia, con el mayor número de musulmanes del mundo? Hemos creado enemigos y nos hemos quedado atrás a nivel de progreso económicos. Esas políticas erróneas deben cambiarse.
Para mantenerse en el poder Bashar Assad ha hecho que desaparezca el país y en esto Irán tiene parte de culpa"
P.- El acuerdo nuclear parecía el principio del fin del aislamiento. Está subiendo el tono entre Irán e Israel. ¿Cree que puede ser más directo y más grave el choque entre estos dos países?
R.- Puede ir a peor en Siria. La situación puede empeorar aún más. Lamento que Bashar Assad, para mantenerse en el poder, haya hecho que desaparezca el país y en esto Irán tiene parte de culpa. Desde el primer día envió militares. Los mejores generales iraníes han muerto en Siria.
P.- Usted suele aludir a que nos olvidamos de promover un Acuerdo de Derechos Humanos, también la UE, defensora de mantener el
R.- Europa se centra más en sus intereses económicos. El dinero sucio que viene de Irán acaba en las cuentas bancarias europeas. A Europa le importa más el comercio y la economía, mucho más que los derechos humanos.
La protesta en Irán es profunda, creativa y afecta a toda la sociedad. El régimen ha llegado a un callejón sin salida"
P.- En esa defensa de los derechos humanos, las mujeres en Irán siempre han ido en vanguardia. Son precursoras del movimiento Me Too de alguna manera.
R.- En Irán el movimiento feminista es muy fuerte pero no solamente son las mujeres. Los obreros también protestan. Los iraníes se distinguen por promover protestas pacíficas y creativas. Le voy a contar un par de ejemplos. El gobierno usa la oración de los viernes para hacer una muestra de su poder y difunde su propaganda en este rezo. Unos campesinos quisieron manifestarse en la oración del viernes, pero en lugar de rezar de cara al imam le dan la espalda como forma de protesta. No dicen nada. Al viernes siguiente, les impiden entrar y se quejan de que en un país musulmán se les impida rezar. Otros trabajadores gritan: 'Mueran los trabajadores'. ¿Cómo les van a detener? Es una muestra de que el descontento es muy profundo y afecta a toda la sociedad. El régimen iraní ha llegado a un callejón sin salida. Irán está aislado.
P.- El actual presidente, Hasan Rohani, que fue reelegido en 2017 supuso una gran decepción. Había esperanza en que encarnara ese cambio.
R.- Desde el principio era parte del régimen y siempre ha trabajado en los servicios secretos. Si ha habido políticas erróneas, Rohani es responsable. No hay dicotomía entre Jamenei y Rohani. Todo el poder está en manos del Líder Supremo, sin su permiso el presidente no puede hacer nada. Si se ha firmado un acuerdo nuclear, no fue gracias a Rohani. Por las presiones que estaba sufriendo, el Líder Supremo se vio forzado a aceptar. Rohani no se habría atrevido a firmarlo sin su aprobación.
P.- ¿Cómo reaccionará el régimen iraní si se suspende finalmente?
R.- Espero que Irán no dé el primer paso para dejar el acuerdo. Hacerlo le dará una excusa a los enemigos de Irán para que su reacción sea contundente. Y no es bueno para los iraníes.
P.- Su Centro para los Defensores de los Derechos Humanos sigue activo desde Londres. ¿Siguen los casos de presos iraníes, como las mujeres que se atrevieron a quitarse el velo en público?
R.- Los tribunales están al servicio del régimen así que la situación de los presos es grave. Estas mujeres son acusadas de atentar contra la seguridad del Estado. Así que si una joven se quita el pañuelo, ¿pone en peligro a Irán? Es increíble. El gobierno iraní no anuncia los nombres, lo que sabemos es gracias a las familias, que también reciben presiones. Muchos por miedo no dicen nada. Hay un grupo de presos que están perdidos. No sabemos nada de ellos. Según las cifras que manejo, hay más de 50 feministas en las cárceles por diversas protestas. Presos políticos serán un millar. Pero pueden ser muchos más.
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