¡Cuanto daño ha hecho y sigue haciendo lo de Valencia para los intereses del Partido Popular! Porque mientras en la pasada campaña electoral se hablaba de Bildu ahora no hay otra cosa que los pactos de Vox con el PP. 

Y esto sucede en la precampaña de las elecciones generales, el tema del que se habla son los pactos que las autonomías ganadas por el PP van a tener que cerrar con los de Santiago Abascal que se han visto crecidos gracias a lo sucedido en Valencia.

Y ahora quieren entrar en los gobiernos de Extremadura, Baleares y ahora Aragón, pero los cálculos de los del PP tienen que tener en cuenta que la famosa lona colgada de la calle de Goya de Madrid es toda una declaración de intenciones en las que se mezclan cuestiones con las que un partido de centro estaría siempre de acuerdo, como las banderas independentistas, con cuestiones puramente ideológicas como el desprecio hacia las diferentes variedades de la manera de estar en el mundo: lesbianas, gays, trans, bisexuales y un largo etcétera, personas que exigen el respeto que siente cualquiera por un heterosexual.

Ése es el respeto que en los planteamientos de Vox se les niega a los diferentes,  si nos atenemos a lo expresado en la lona de Goya. Y el PP no puede admitir semejante atropello a los planteamientos de cientos de miles de sus electores.

De otro modo, será el PP el objeto de rechazo, que ya lo era antaño, pero ahora lo sería con fundamento de causa. Dentro de unos días se celebra el Día del Orgullo y si el PP acepta lo que María Guardiola ha descrito con absoluta precisión, será detestado por una parte importantísima de la población LGTBI, una parte de la cual es votante del partido azul.

No se pueden poner las cuestiones relativas a la familia, incluida la violencia intrafamiliar, que existe, naturalmente que existe, en manos de estos sectarios que sólo ven lo que sus anteojeras les permiten ver. No es posible hacer ideología del problema de la violencia de género porque ese es un problema que afecta a la sociedad entera, sea cual sea su planteamiento político. 

Esta es la situación previa a la reivindicación de Abascal de ocupar la vicepresidencia del gobierno si los números dan para ello

Pero además, el partido de Vox quiere entrar en los gobiernos porque ha cogido carrerilla con lo de Valencia, que fue un error de Carlos Mazón que están pagando todo, el último de los cuales es Jorge Azcón. Ahora se encuentra Azcón con que los de Vox quieren también entrar en su gobierno y si no entran no se abstendrán. Siguen el modelo de Valencia y piden lo que no se les puede dar.

Con todo esto, Alberto Núñez Feijóo se está jugando las elecciones. Si cede en las comunidades objeto de deseo por parte de los de Jorge Buxadé, que se ha presentado en Extremadura para imponer la consigna de su partido acompañado de unos cuantos de los suyos, en su condición de "capataz"; que es quien lleva la voz cantante en este asunto de la ocupación de los gobiernos del PP porque no acepta abstenerse en la votación del presidente o presidenta y que no tiene bastante con unos puestos de relumbre en las respectivas Asambleas y ni siquiera tiene bastante con carteras menores; si se somete a sus exigencias, Feijóo tendrá muchos problemas para salir ganador de las próximas elecciones.

Tiene que tener presente que esta es la situación previa a la reivindicación de Abascal de ocupar la vicepresidencia del gobierno si los números dan para ello. Y si cede ahora, los números darán, claro que darán.

Se está jugando mucho más que un gobierno autonómico, se está jugando su pretensión de gobernar en solitario o tener que ceder importantes carteras a los miembros de Vox, que están demostrando no estar a la altura de lo que las circunstancias aconsejan. Y en ese momento, el proyecto de un PP centrado habrá fracasado.

No es consciente Mazón del daño que le han hecho a su partido, por extensión a todos sus votantes y en particular a su líder.