El fuet, la longaniza típica catalana, es uno de los alimentos más tradicionales de la cultura culinaria catalana. Especialmente en la Cataluña central, donde la cabaña porcina y la industria agroalimentaria son uno de los pilares de la economía. Y a esa tradición se ha agarrado la nueva alcaldesa de Ripoll, Sílvia Orriols, para ganar su primera batalla dialéctica en las redes.

Polémica por sus postulados islamófobos al frente de Aliança Catalana, Orriols anunció como la primera medida de su mandato la celebración de la verbena de San Juan a la manera tradicional, con hoguera y reparto de "coca, chocolate y fuet para todos". Y aquí saltó la polémica, cuando un militante de la CUP, que se identifica como tal en las redes, cuestionó la propuesta.

El argumento de Jordi Magrinyà: la propuesta culinaria de Orriols es un ataque a la comunidad musulmana. "En la hoguera de San Juan de Ripoll la alcaldesa ha decidido repartir fuet para TODOS, como quien reparte ajo para asustar a los vampiros. Si dices alguna cosa del fuet saltan los racistas acusándote de odiar la cultura catalana".

Al argumento se sumaba después Miquel Ramos, advirtiendo que "queriendo excluir a la comunidad musulmana, la alcaldesa de ultraderecha de Ripoll excluye también a la comunidad judía, que tampoco come cerdo. Antisemitismo e islamofobia siempre de la mano".

Orriols, siempre ágil en el manejo de las redes, se apresuró a reproducir los tuits preguntándose "¿a qué grado de ficción y surrealismo estáis dispuestos a llegar para demonizarme", con notable éxito de público y crítica en las redes. Hasta que la polémica llegó a los medios, atribuyendo el ataque a la CUP.

Los responsables del partido antisistema han respondido a la polémica aclarando que la CUP "no ha hecho ninguna exigencia ni declaración en este sentido, todo salió de perfiles y el debate en las redes sociales", en respuesta a Madita.es. Una explicación que ratificaba el propio Ayuntamiento de Ripoll en el mismo medio.