Dos exaltos cargos del PNV, Alfredo De Miguel y Koldo Otxandiano, han ingresado en prisión en las últimas horas por el caso de corrupción más grave en la historia de Euskadi. De este modo, y a la espera del ingreso en la cárcel de otro de los condenados, Aitor Telleria, -a la espera de un informe forense sobre su estado de salud-. se cerraría un largo proceso que se inició en 2010 y que ha supuesto un duro revés para el PNV.

El principal condenado, Alfredo De Miguel, quien fuera número 2 del PNV en Alava y ocupara un alto cargo en el gobierno foral de Alava, ha ingresado a las 9.15 de esta mañana en la prisión de Zaballa. De Miguel, quien daba nombre al caso, deberá cumplir una condena 12 años y 4 meses -9 años de cumplimiento efectivo- por la adjudicación de contratos de modo irregular y por el cobro de comisiones ilegales. La noche del jueves quien ingresó en la cárcel fue Koldo Otxandiano, que también ocupó cargos de responsabilidad en el PNV alavés, y que deberá cumplir una condena de 7 años y seis meses. Ambos condenados habían agotado los recursos para retrasar su ingreso en prisión tras haber solicitado su indulto, que continúa tramitándose. El pasado 27 de junio la Justicia les había dado 72 horas para comenzar a cumplir su condena.

Previamente, otro de los condenados, quien fuera director de Juventud del Gobierno vasco, Javier Sánchez Robles, fue el primero en entrar en la cárcel para cumplir su condena. Se encuentra en Zaballa desde el pasado 17 de mayo. Se trata de los principales condenados en este macrocaso que se saldó con 14 condenados, entre ellos las esposas de los principales miembros de la trama, que no tendrán que entrar en prisión.

14 años de proceso

Las defensas de De Miguel y Otxandiano había exprimido la última posibilidad que les brinda la ley y en el última día para la presentación de alegaciones de suplica solicitaron ante la Audiencia Provincial de Alava su indulto. En el caso de De Miguel alegó que tan sólo una de las penas que se le ha impuesto supera los dos años de condena, mientras que el resto -tráfico de influencias, prevaricación, cohecho, falsedad en documento mercantil, malversación y blanqueo de capitales- tienen condenas inferiores. Solicitaba por ello que se deje en suspenso su ejecución y que sobre la pena que sí supondría su entrada en la cárcel, tres años por un delito de asociación ilícita, sea indultado.

En el caso de Aitor Telleria, exmiembro de la Ejecutiva del PNV alavés y condenado a más de seis años de prisión -prevaricación, malversación de fondos públicos, falsedad en documento mercantil, tráfico de influencias, blanqueo de capitales y asociación ilícita- su defensa reclama un indulto general y una suspensión de pena por enfermedad. Afirma que ha pagado las multas correspondientes y que, dado que la finalidad de la pena es la reinserción social, su internamiento no lo fomentará una vez transcurrido todo este tiempo.

La sentencia dio por probado que los condenados planificaron una trama de contactos para la obtención de contrataciones a dedo y el cobro de comisiones en beneficio propio. Una trama de la que participaron altos cargos del PNV, empresarios y otros responsables institucionales, además de las parejas de algunos de los principales condenados.

El ingreso en prisión de De Miguel supone el cierre de un largo proceso que se ha prolongado 14 años desde que en 2010 una operación de la Ertzaintza hiciera estallar la existencia de la trama. Una abogada había denunciado la exigencia de 'mordidas' por parte de los cabecillas de la trama para la adjudicación de contratos públicos. La denuncia desembocó en una gran operación que llevó hasta el banquillo de los acusados a casi medio centenar de personas.