El debate ya ha acabado, ahora tenemos por delante 11 días en los que va a ser muy importante para el PP no ir para atrás y no cometer errores.

Para el PSOE será de importancia capital darle la vuelta a lo que ellos llaman  “las mentiras de Alberto Núñez Feijóo” dichas ayer mismo y darles la vuelta sin pensar en que los datos son realmente volteables. Que una cosa es dar por bueno que el PIB de nuestro país ha crecido como nunca entre los países de nuestro entorno y otra muy distinta es que el PIB per cápita sea el último en crecer a la altura de los demás.  

A eso se va a dedicar el grupo de asesores del presidente, a desmontar las “mentiras de Feijóo” expuestas en el debate de ayer. Como estrategia de campaña tiene un recorrido bastante pobre, esperemos que haya más donde rascar.

Por lo que se refiere al PP, tiene un as en la manga que ayer por la tarde no tenía y es que todo el mundo suspendía la respiración ante el cara a cara de ayer, temeroso de que Alberto Núñez Feijóo no fuera capaz de enfrentarse a la verborrea de un Pedro Sánchez -demasiado satisfecho consigo mismo- y que ayer recibió un regalo en forma de reclamación que verdaderamente fue como para echarse a temblar. 

Lo que tiene que hacer Fernando López Miras es resistirse a las exigencias de Vox

Consistió en la reunión, celebrada en Durango, entre Otegi, Rufián y Junqueras para hacerle saber al presidente que, de si ellos depende, las cosas no se le pondrán tan fáciles como en esta legislatura y reclamarán un referéndum de independencia en el País Vasco y en Cataluña.

Eso lo tiene que tener muy presente Feijóo y no olvidarlo en esta campaña que hoy tendrá 11 días tan sólo porque el domingo 23 acudimos todos a votar y el sábado 22 es el día de reflexión, una antigualla que permanece intacta desde los tiempos de 1977. 

De momento, el viento le sopla de espaldas al presidente del PP y candidato a presidir el gobierno de España y sería bueno que no cometiera ningún error suplementario a los ya cometidos con anterioridad al debate de ayer por la noche, en el que hubo unanimidad en torno a su victoria.

En ese sentido, le puede ayudar muy mucho la situación vivida -padecida más bien- en la región de Murcia. Creo que lo que tiene que hacer Fernando López Miras es resistirse a las exigencias de Vox, que está en intentar parar su declive a base de entrar en los gobiernos del PP para, ya desde dentro, actuar sin límites y condicionar las políticas del partido azul.

La separación del grupo de pancarta por parte de la presidenta de las Cortes valencianas, Llanos Massó Linares, ha sido justificada por sus pares como la enésima renuncia a mantener que lo que importa aquí no es la mujer muerta por su marido, sino la pancarta detrás de la que se ponen los representantes de los partidos. Eso es una trampa destinada a eludir las implicaciones que inevitablemente tiene el enfrentarse a un asesinato en presencia de un hijo de 12 años. Brutal. 

Esto es el mantenella y no enmendalla por razón de aguantar una construcción ideológica que poco tiene que ver con la realidad de los hechos.

Volvamos a Murcia. Las pretensiones de los de Santiago Abascal son totalmente desmesuradas se mire por donde se mire. Ha hecho muy bien López Miras en resistirse a sus reclamaciones de consejerías y de una vicepresidencia.

Y ha hecho bien en ir a una posible repetición de elecciones si las cosas no resultan como ha expresado ayer mismo el líder de Vox entrevistado por Susana Griso ayer en Antena 3: el líder nacional de Vox ha reivindicado el papel de Vox en Murcia recordando que su fuerza allí es "mayor que en otras regiones en las que hemos entrado en gobierno" en referencia a lo sucedido en la Comunidad valenciana.

Claro, en Valencia está la clave de todos los errores cometidos por el PP en su relación con Vox, un partido que le ha tomado la medida a Carlos Mazón y que ahora quiere repetir la jugada en Murcia. Pero Mazón todavía le falta ser investido presidente y en eso esperemos que Abascal haga honor a su palabra. Veremos.

En esa región de Murcia las relaciones de López Miras con los de Santiago Abascal son muy tensas desde que, en mayo de 2021, se quiso dar con el apoyo de lo que quedaba de Ciudadanos, un golpe de mano que en Madrid se resolvió con la convocatoria de elecciones anticipadas por parte de Isabel Díaz Ayuso, que obtuvo 65 diputados a tan solo cuatro de la mayoría absoluta que sí ha conseguido esta vez.

Pero en Murcia las cosas quedaron congeladas y se arreglaron mal, de ahí que López Miras terminara gobernando con algunos tránsfugas de Vox, lo que le ha permitido subir su representación parlamentaria y quedarse a tan solo dos escaños de la mayoría absoluta.

Y aquí pueden suceder dos cosas: o López Miras aguanta el tirón y va a una segunda convocatoria electoral en septiembre, o no lo aguanta e intenta hacer de nuevo  un pacto programático con los de Vox.

Eso está en su mano…  y en la mano de Feijóo que, superada la prueba del debate cara a cara con el presidente del Gobierno, ahora ya en funciones, tiene que esforzarse en no cometer errores a partir de ahora y a lo largo de estos 11 días en los que se va a mirar con lupa cada actuación no únicamente suya sino también de los suyos. Y López Miras es el último de los suyos que queda en resolver la ecuación, dando por hecho que lo de Mazón está cerrado.

Veremos en qué acaban las cosas en esa región murciana, pero hay que advertir a López Miras que puede estar jugando con fuego.