Uno es el candidato. Pero el otro es el coach de las bases, el encargado de motivar a la desanimada militancia y dirigencia socialista, el que dispara titulares más robustos y desacomplejados en los medios, el que pelea recorriéndose España como si él mismo se jugara su continuidad en la Moncloa. Pedro Sánchez es el candidato, pero José Luis Rodríguez Zapatero es la verdadera estrella de la campaña de generales del PSOE, el hombre que defiende con total "convicción" la gestión del presidente, el que arquea sus características cejas, frunce el ceño y vehemente saca la cara por él y por el Gobierno. El hombre que se ha echado a la espalda su partido e intenta aplicarle una terapia de choque para que responda el 23-J. Por muy difícil que sea.
Zapatero se repartió el jueves entre Granada y Jaén. El viernes acudió al plató de Al rojo vivo (La Sexta) —allí dejó una frase lapidaria: "El problema no es Vox, es este PP"— y luego viajó hasta Valladolid. Este sábado se desplaza hasta Alcázar de San Juan (Ciudad Real). No para. Y tiene apretado el turbo hasta el final de la campaña, hasta el mismo viernes 21, cuando estará en Cádiz y Sevilla. Al final de este camino hacia las generales, sumará más kilómetros de carretera que el propio presidente, que ha preferido desplegarse en las teles y radios antes que multiplicarse en mítines. Pero los dos, advierte una persona que conoce muy bien a ambos, se complementan, lanzan un mensaje "articulado", "trabajan muy bien de tiquitaca".
Zapatero sintió que tenía que implicarse de cara al 23-J "al ver que se arrojaba el terrorismo y las víctimas de ETA al PSOE" en la campaña anterior, la del 28-M
Fue el 12 de junio. El expresidente era entrevistado por la Cope y defendió con ahínco que sí, que fue bajo su Gobierno cuando ETA acabó. Sí, bajo su Gobierno. Esos minutos se viralizaron enseguida y él recibió mensajes de agradecimiento por parte de la cúpula del partido. A partir de entonces su actividad fue creciendo, intensificándose, en coordinación con Ferraz. Como él mismo reconocía este viernes en La Sexta, sintió que tenía que implicarse a fondo en esta campaña "al ver que se arrojaba el terrorismo y las víctimas de ETA al PSOE" en la anterior competición, la de las autonómicas y municipales del 28 de mayo, en las que el partido fue severamente castigado por, entre otras razones, así se ha digerido internamente, las alianzas parlamentarias con Bildu.
Pero lo que está diciendo el PP es "falso y cínico", ha venido defendiendo, porque "hubo un final de la violencia terrorista" hace 12 años, "sin nada a cambio". El expresidente recordaba que todos los demócratas convinieron que "cuando la violencia se terminara" la izquierda abertzale "participaría en la vida política e institucional, como debe ser en una democracia". Y eso es lo que Bildu está haciendo, apuntaba.
Zapatero, no obstante, intenta parar todos los balones y, al tiempo, arengar a los suyos. Este jueves, pedía a Alberto Núñez Feijóo que no intente "crear sombras" sobre el voto por correo, porque los ciudadanos han aprendido "el truco" tras lo ocurrido el 28-M y "no se lo van a creer". "Esto solo lo hace Donald Trump y la extrema derecha en el mundo", denunciaba este viernes en la tele. Enérgico, cargó contra las "gravísimas" afirmaciones de Feijóo, que le dejan fuera de la "moderación, la sensatez y la responsabilidad": "El PSOE en ninguna elección ha puesto una sombra de duda sobre el resultado, ni el voto por correo ni el voto por satélite, nunca, y el PP en las dos últimas campañas lo hace". El expresidente reclamó al jefe del PP que rectifique, "si tiene coraje político" y diga que "este sistema electoral es ejemplar, porque él lo sabe".
Ha cargado duramente contra Feijóo por dudar del sistema electoral y ha insistido en que el PP lidera una oposición "destructiva"
Y para reforzar el mensaje del líder de que "PP y Vox son lo mismo", de que realmente Feijóo se ha "ultraderechizado" al asimilar las proclamas de la formación de Santiago Abascal, Zapatero remarcó que lo que se ventila el 23-J no es si el PP lidera el país o no en solitario. "Que Vox esté dentro del Gobierno no es la cuestión principal que debe preocupar a los españoles, es que esté el PP en el Gobierno". Y lo cree así porque Feijóo ha liderado una "oposición absolutamente destructiva, incluso en los momentos más difíciles de España con la pandemia", dirige "un PP sin alternativa y que pacta con Vox". "El problema no es Vox, es este PP", indicó de nuevo con firmeza. El miedo a Vox, continuó, puede ser "el argumento de la campaña de una línea determinada, pero para los socialistas "el problema es el PP y es Feijóo después de un debate con tantas inexactitudes y errores y después de haber puesto la sombra de la duda sobre el sistema electoral".
La ceja de la cultura
La voz y el lenguaje corporal de Zapatero sonaron rotundos. Entusiastas. Firmes. En forma. La acentuación de sus frases quedaba acompañada por ese movimiento de sus cejas triangulares que, recordaba él mismo, hizo que su nombre se escribiera así en el lenguaje de signos y que sirviera como señal de guerra de la plataforma de artistas que le apoyó en las elecciones de 2008. Una analogía, por cierto, con lo que ha ocurrido este 23-J, cuando la cultura se ha movilizado para respaldar a Pedro Sánchez y Yolanda Díaz frente a PP y Vox.
En Valladolid aseguraba este viernes que está aún "a medio gas" y que seguirá "ayudando" para que Sánchez continúe en la Moncloa. Siente que tiene que defender sus ideas "con convicción" y dar "argumentos y ganas" a los suyos
Zapatero continuará con su ronda. Este viernes por la tarde, en su acto en Valladolid, advirtió de que está "todavía a medio gas" y de que va "a seguir" ayudando "en todo lo que pueda" para que Sánchez continúe en la Moncloa. Y es que el expresidente se siente reconfortado con su intensa agenda de campaña. Cree, indican fuentes muy próximas, que el clima manda que los dirigentes políticos salgan a defender sus ideas "con convicción", y que se está entregando a su partido ahora igual que cuando pedía el voto en su momento para Felipe González o lo pedía para sí mismo. Con el mismo entusiasmo, la misma energía, repiten. Zapatero percibe que las bases socialistas le agradecen su implicación, y que está contribuyendo a que se animen, dotándoles de "argumentos, de ganas de ganar". Y que aunque la militancia y los cuadros sufrieran el shock de la derrota del 28-M, el partido "tiene mucho cuajo, muchas cicatrices" y sabe sobreponerse a la adversidad.
La coordinación con Ferraz está operando en estas semanas. Y la comunicación de Zapatero y Sánchez. Ambos se cruzan "algunos mensajes", en los que se trasmiten "recíprocamente ánimo" y en los que el jefe del Ejecutivo le agradece su participación activa en la campaña. El candidato "está fuerte", señalan en el círculo del expresidente, aunque lógicamente la última semana no ha salido bien. Sánchez arrancó la recta final del 23-J tras una "precampaña muy buena", en la que el PSOE había logrado dominar los mensajes, señalando al PP por sus pactos con Vox.
Pero el cara a cara con Feijóo del lunes en Atresmedia supuso un punto de inflexión y deprimió profundamente al partido. Ahora se trata de "volver a tomar impulso". "Y en eso estamos ahora, con los actos de este fin de semana, el debate a tres del miércoles en RTVE...", apuntan las mismas fuentes. Zapatero reclama a los suyos que no se vengan abajo por un mal desempeño de Sánchez en el duelo con el jefe del PP, porque también González falló en su primer careo con José María Aznar en 1993, le ganó en el segundo y al final venció contra pronóstico en las urnas.
Está siendo "muy generoso, muy claro, muy didáctico", se le ve "más suelto, más maduro, llega a nuestra gente y enfadado está mejor", señalan dirigentes en el partido
Para Ferraz, el "éxito" de Zapatero radica en que "dice la verdad". Algo "de lo que ya estaba avisando el partido: el PP ha asumido las políticas de Vox para tratar de capitalizar sus votos, y por eso el PP es el problema, y Vox su muleta necesaria". En España, prosiguen en el cuartel general socialista, el PP y Feijóo funcionan como correa de transmisión del trumpismo. Le pasó al Partido Republicano en Estados Unidos. Un PP ultraderechizado es lo peor que le puede pasar a España. Feijóo y Abascal, tanto monta".
En el partido, el aplauso a Zapatero es generalizado. "Su contribución está siendo muy buena. Está siendo muy generoso, muy claro, muy didáctico", apunta un máximo dirigente territorial. "Está mucho mejor que en sus buenos tiempos. Porque habla mejor, está más suelto, más maduro. Comunica muy bien y llega mucho a nuestra gente. Y enfadado está mejor", indica una veterana responsable que formó parte de las ejecutivas del exlíder socialista, que añade que él tiene el poder no solo de levantar la moral de las tropas del partido, sino de atraer a votantes de otras formaciones de izquierdas, como de Podemos y de ERC.
Quienes han mitineado con Zapatero en los últimos días coinciden en que su contribución se está notando y que es fundamental para alimentar la movilización de las bases. "Está ayudando y eso ahora es lo único que importa", resume una de ellas.
"Por convicción y por lealtad"
El expresidente está adquiriendo un protagonismo insólito en una campaña de generales. Prácticamente solo un paso por detrás del candidato. Ni siquiera los ministros, que tienen actos a diario, logran acaparar todo el foco que él atrae. Los miembros del Gabinete "no tienen el mismo punch". "Si todo el mundo estuviera como está él, hiperactivo... Zapatero ha hecho una cosa fundamental: está sacando el orgullo por lo que hemos hecho. Que sí, que habrá cosas que hayamos hecho mal, pero muchas también bien. Está diciendo, por ejemplo, que él acabó con ETA, que ya está bien de modestia y humildad. Está levantando la autoestima, nuestra identidad como partido", valora un importante dirigente provincial que ha compartido las últimas jornadas con él. Y añade esta otra clave: "Se nota que lo hace por convicción y por lealtad profunda al secretario general, y eso es muy importante en nuestro partido". El contraste con la actitud más distante y crítica de González, y mucho más de la vieja guardia socialista, que lo rechaza abiertamente, es evidente.
Para quienes han mitineado con él, su tarea clave es que está sacando "el orgullo", levantando la "autoestima, la identidad como partido". Tiene la "autoridad de expresidente" y no lo hace "por interés propio", añade un asesor
Este cargo provincial también coincide con la apreciación de que Zapatero puede ayudar a atraer a votantes que superen las barreras del PSOE, que logre activar el recuerdo de aquellos que apostaron por él en 2004 y 2008, cuando reunió 11 millones de papeletas. En el partido también le agradecen que esté pateándose el territorio, porque los actos públicos, a los que Sánchez prácticamente ha renunciado para primar su presencia en los medios, "también son importantes para movilizar a las bases", porque aún "funciona el puerta a puerta". "Y nuestra gente cuando le oye se activa, sale enchufada hasta las elecciones", admite esta misma fuente, que reconoce no obstante la depresión que introdujo el cara a cara, la "paralización" del ánimo ascendente que se había instalado en la precampaña. Nadie se llama a engaño ya: el reto del 23-J es ímprobo, y todo parece girar a la contra.
Un asesor que trata a los dos líderes cree que si Zapatero está impactando más ahora es porque "tiene la autoridad de expresidente", de un dirigente "muy limpio", y al tiempo le ayuda que "se sabe que no lo hace por interés propio, porque no quiere volver a la política", como él mismo ha reiterado. "Pedro no puede decir las mismas cosas con la libertad con que lo hace José Luis. Pero es que José Luis comunica muy bien, transmite ilusión, credibilidad y apoyo. Y suena muy auténtico al no tener interés, y eso le da una potencia extraordinaria", señala.
Pero lo que quizá ha resultado más chocante es que en España este formato de presidente-expresidente no se había explorado antes. Sí en Estados Unidos, donde Barack Obama apoyó activamente a Joe Biden en la campaña de 2020. González y Aznar se han situado, en ocasiones, a la contra del líder de su partido, y Mariano Rajoy "se ha inhibido más", en opinión de este asesor. Así que lo ha sobresalido es la "lealtad absoluta", y eso en política "llama la atención, puntúa".
Zapatero le añade "sentimiento a lo que dice, es pura emoción", y eso en política hoy puntúa, y también traslada "credibilidad", suena "auténtico"
Se suma otro dato: Zapatero ha sido redimido por su propio partido después de que, especialmente en los años posteriores a su salida de la Moncloa, fuera considerado "un lastre". El ya fallecido Alfredo Pérez Rubalcaba buscó separarse de ese pasado para volar solo y el propio Sánchez rompió pronto con él, en su primera etapa al frente del PSOE, al poco de que le ayudara a conquistar la cima del partido. Tras las primarias de 2017, ambos recondujeron su relación y ahora está a su lado y sin dudas. Y es quien defiende incluso sus decisiones más polémicas, como la "pacificación" en Cataluña con los indultos a los líderes del procés.
Pero Zapatero incluso ha renacido de cara a la opinión pública. Lo que dice interesa y atrae a los medios. "Le pone sentimiento a lo que dice, es pura emoción —remacha esta fuente próxima a Sánchez y al expresidente—, aparece luchando contra la injusticia del dibujo que le han hecho al presidente. Y eso, en estos momentos en los que la política se juega en el terreno de la emoción, importa, y mucho".
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