Existe una prueba fundamental en la que el expresidente de la Real Federación de Fútbol Española (RFEF) Luis Rubiales pretende apoyar parte de su defensa para quedar exonerado del procedimiento penal que se sigue en la Audiencia Nacional. Consiste en una declaración que firmó la jefa de prensa de la Sección femenina de la Federación Patricia Pérez asegurando que la jugadora Jennifer Hermoso dio su consentimiento para el comunicado que se emitió justo después del beso y que justificaba que todo había sido "anecdótico". Pérez declaró presionada durante tres horas y, como no quedó conforme, pidió al día siguiente volver a declarar, según confirman fuentes de su entorno. La periodista ha iniciado una denuncia interna en la Federación (a través del departamento de Cumplimiento o Compliance) y ha sido citada como testigo en la Audiencia Nacional el próximo jueves.

"Relate los hechos que observó como miembro de la delegación tras la ceremonia de premiación entre Jenni Hermoso y Luis Rubiales en el vestuario del estadio, en el hotel y en el trayecto al aeropuerto", consta en una de las primeras preguntas del documento al que ha tenido acceso El Independiente. "En la entrega de medallas había mucha emoción. En el vestuario todo era alegría y felicidad, estaba todo el mundo pletórico. Y lo mismo en el trayecto de camino al hotel. Las jugadoras y toda la delegación estábamos eufóricos, el oro era la recompensa a muchos años de trabajo", contestó la empleada de la RFEF.

La 'encerrona' ocurrió horas después de llegar a España, cuando la polémica del beso empezaba a adquirir dimensión de escándalo tras la gestión de los directivos de la Federación. Desde la Institución se había emitido un comunicado inicial que se envió a EFE y a AS tratando de quitar hierro al asunto y Rubiales había publicado un vídeo diciendo que "seguramente" se había equivocado.

"El presi y yo tenemos una gran relación, su comportamiento con todas nosotras ha sido de 10 y fue un gesto natural de cariño y agradecimiento. No se puede dar más vueltas a un gesto de amistad y gratitud, hemos ganado un Mundial y no vamos a desviarnos de lo importante", fueron las palabras que la RFEF difundió en boca de Jenni Hermoso en un inicio. Fuentes del deporte explican que ella no pronunció explícitamente esas palabras, si bien sí las leyó antes de que se publicaran y luego dijo "haced lo que queráis".

Al poco de aterrizar en Madrid, la jefa de prensa recibió una llamada para que acudiera a la Ciudad del Fútbol de Las Rozas para entrevistarse con el área de Integridad que lidera Miguel García Caba, quien acaba de ser despedido de la Federación. Desde el departamento se había abierto una investigación interna por lo sucedido y querían que Pérez dejara por escrito lo ocurrido creyendo que así blindaban al presidente.

El departamento de Integridad define su labor en la web de la RFEF garante de "implementar medidas preventivas orientadas a evitar la aparición de conductas delictivas, fraudulentas o discriminatorias". El director García Caba decidió meter en un despacho a Pérez para declarar estando presente no sólo el propio Rubiales, sino también el padre de éste Luis Manuel Rubiales, el psicólogo de la Federación, Javier López Vallejo, el antiguo jefe de gabinete del presidente, Antonio Gómez-Reino, el jefe de gabinete de presidencia, Chema Timón, y otros directivos, confirman mencionadas fuentes. Allí dentro pasaron las horas, como avanzó El Confidencial, en indiciariamente la presionaron para construir un testimonio en el que se descargara a Rubiales de toda responsabilidad. Una posible prueba de cara al procedimiento penal que podía iniciarse.

"¿Habló con Jenni Hermoso tras los hechos? ¿Dónde? ¿Cuál fue el contenido de la conversación?", reza el cuestionario. "Cuando entré en el vestuario una de las veces para acompañar a las jugadoras a zona mixta lo estaban comentando. Todo desde la naturalidad, como algo anecdótico", expuso ella. Según fuentes de la Federación, Pérez no firmó la primera versión de la declaración, salió de allí sin plasmar su rúbrica y pidió al día siguiente confeccionar el documento con las palabras que realmente quería transmitir.

En la versión final, que sí garabateó, señala que Hermoso en las primeras horas tras el beso no manifestó que hubiera sentido "violentada o amenazada": "No, no me consta, todo era felicidad. Después de más de dos meses de concentración estábamos todos eufóricos celebrando el título". A lo largo de seis preguntas el departamento de Integridad cuestiona continuamente que la versión de la jugadora e intenta plasmar que las horas tras el mundial eran de festejos. Las respuestas de la jefa de prensa del combinado son genéricas y escuetas.

"4. ¿Considera, a su juicio, que Jenni Hermoso fue acosada por Luis Rubiales? ¿Cuál era la actitud de Jenni Hermoso tras el partido? ¿La vio afectada como consecuencia de los hechos acontecidos?

No, todo el mundo estaba feliz por la gesta conseguida y celebrando el título. El presidente es una persona muy cariñosa y cercana en el trato, no solo con las jugadoras, también con el staff. Formó parte de la expedición desde el primer día, no faltó a ningún entrenamiento, ha sido uno más durante todo el torneo.

5. ¿Cómo fue el trayecto de la delegación al aeropuerto tras el partido y la cena en el hotel? ¿Hubo un tono distendido en la expedición? ¿Hubo cánticos? ¿Se entonó el queremos un beso?

En el trayecto del bus al hotel toda la delegación estaba pletórica: cantando, bailando... También bromearon con el momento del beso, todo en tono distendido. Ya que en el aeropuerto, viendo que la prensa preguntaba por el beso, desde el Departamento de Comunicación se propone a la jugadora sacar unas frases al respecto y, una vez aprobadas por su parte, se remiten a los medios de comunicación".

Pérez ha denunciado presiones

Este es un As en la manga que Rubiales pensó que podía servirle para exonerarlo de todo: Si Hermoso aprobó las palabras que se emitieron en el comunicado de forma voluntaria no la presionaron y si no la presionaron para decir que el gesto había sido anecdótico es que no hubo agresión sexual. De hecho, este documento forma parte del informe con el que Integridad terminó cerrando el expediente y exculpando al querellado. Entre los nombres que las internacionales querían ver fuera de la RFEF estaba precisamente el del jefe de esta unidad, como informó este periódico. García Caba fue destituido ayer y es así la segunda persona del "Rubialismo" en salir de la Federación después del secretario general Andreu Camps el pasado miércoles.

Pérez, por su parte, denunció internamente el pasado 15 de septiembre que fue presionada a lo largo de esta reunión en Integridad y será por tanto vital saber qué declara ante el juez de la Audiencia Nacional. El titular del Juzgado de Instrucción número 1, Francisco de Jorge, la ha citado tanto a ella como a García Caba para que aclaren lo ocurrido.

Igualmente, tendrán que declarar en calidad de testigo el director deportivo, Alberto Luque, y el jefe de marketing, Rubén Rivera que viajaron a Ibiza mientras la Selección femenina disfrutaban de unos días de descanso para lograr convencer a Jenni Hermoso de que cambiara su versión. Todos ellos declararán el próximo 28 de septiembre.

Unos días antes, el 25, declararán "allegados" de la jugadora así como dos peritos solicitados por la defensa en relación a un informe aportado por la abogada de Rubiales, Olga Tubau. Y una semana después, el día 2 de octubre, el juez De Jorge ha citado a tres deportistas del equipo femenino.