Triste lo sucedido ayer por la mañana en el Congreso de los Diputados, no en el Senado donde las cosas se produjeron con mayor o menor normalidad. Pero lo del Congreso fue un adelanto de cómo va a transcurrir la legislatura que ahora se inicia independientemente de a quién, Núñez Feijóo o Pedro Sánchez, vaya a encomendar el Rey la sesión de investidura.

Evidentemente a Núñez Feijóo no podrá ser porque se presentó con sus solos apoyos y los de Coalición Canaria y UPN pero sin los votos de Vox dado que en el último momento el candidato popular decidió que era el momento de retirarle a Vox todos los apoyos para que contara con un asiento en la Mesa del Congreso. Eso se tradujo en que los de Santiago Abascal votaran a Ignacio Gil Lázaro como posible candidato a presidir la Mesa del Congreso, una medida anunciada que se podía haber ahorrado el señor Feijóo dejándola para más adelante.

Porque donde las dan las toman y ahora lo que toca a los de Santiago Abascal es recomponerse del palo recibido por las urnas -ha perdido nada menos que 19 diputados- y de la reciente salida como portavoz de Iván Espinosa de los Monteros. Eso como primeras medidas.

De esta manera Cuca Gamarra no contó más que con los votos de su propio partido -con la equivocación incluida de la presidenta de edad, la señora Narbona que redujo en 10 diputados el número de Síes que había obtenido Gamarra- de tal manera que, cuando vaya a ver al Rey el señor Feijóo no podrá contar con más votos que los que había concitado ayer. Aunque podrá mediante conversación con Abascal recomponer el desaguisado.

La fragmentación de España en cuatro o cinco pequeñas repúblicas, para lo cual tendrá que modificarse la Constitución que habla de la indisoluble unidad común de la patria española

Y con eso no tiene ni muchísimo menos bastante como para salvar una sesión de investidura. Con lo cual tendremos a Pedro Sánchez de nuevo como presidente para una legislatura que se anuncia breve, todo lo breve que quiera el señor Carles Puigdemont, que es quien va a administrar la duración de la misma.

Y es triste lo sucedido ayer porque, sobre la variedad de juramentos que se escucharon en la Cámara Baja, lo que allí se comprobó fue que los enemigos de la unidad de España van gozar de una especial protección por parte de la presidenta del Congreso, de una especial cobertura.

Esto fue lo que se vislumbró ayer por la mañana pasadas de largo las once cuando se empezó a ver el cariz que tomaban las cosas. Francina Armengol es la candidata perfecta para una legislatura que estará presidida por Pedro Sánchez y contará con el apoyo de una presidenta del Congreso que será favorable a dar la máxima cobertura posible a aquellos partidos a los que la unidad de nuestro país les importa "menos que un comino", como dijo la hermana de Dolors Bassa en la legislatura que acaba de terminar.

Y eso es lo que viene a continuación, la fragmentación de España en cuatro o cinco pequeñas repúblicas, para lo cual tendrá que modificarse la Constitución que habla de la indisoluble unidad común de la patria española. Porque lo que hay, aparte de una Constitución que debería hacer de valladar de ciertas tentaciones disolventes, es un Partido Popular que no estará por la labor de echar la Constitución a los perros. Eso es así y sin la ayuda del PP no habrá modificación constitucional que valga.

Ahora toca la amnistía para los más de 4.000 implicados en causas penales variadas, incluida la del señor Puigdemont como primera medida, añadiendo la obligatoriedad de incluir las lenguas oficiales en las instituciones europeas, lo cual puede generar algún problema porque hay muchas regiones que tienen su particular habla y la petición ya hecha por parte del ministro de Exteriores José Manuel Albares a la presidencia de turno de la UE, es decir, al Gobierno de España, se puede encontrar con cierta oposición. Y, por supuesto, la desjudialización del conflicto catalán por todas las vías posibles.

Y a eso podríamos añadir cosas tales como la financiación de Cataluña y todo lo que al "señor de los anillos" se le vaya ocurriendo mientras agota la legislatura hasta que la deje exhausta.

Esto es un resumen de lo sucedido ayer por la mañana en el Congreso de los Diputados. No me digan que no es triste.