Tan solo un día después de amarrar el apoyo de Vox para la investidura, el PP inició y reconoció una búsqueda de acuerdos que pasan por una vía completamente antagonista a la de los de Santiago Abascal. Tras cerrar la ronda de consultas con el Rey y previamente a su designación, el ya candidato a formar Gobierno, Alberto Núñez Feijóo dejó claro el objetivo: "Estamos a tan solo cuatro diputados" para lograrlo. Una cifra que pese a ser corta, se antoja ya imposible tras el reiterado veto del PNV y tratarse el resto de grupos del Congreso de los Diputados, a excepción de los ya aliados UPN y Coalición Canaria, de formaciones del bloque de izquierdas o independentista.
Pese a todo, el PP, y bajo la idea de que pueden encontrarse a un partido más próximo a la pragmática Convergencia de antaño que a lo que ha sido estos últimos años, quiere intentar convencer a Junts, determinante en la votación -también para Pedro Sánchez y el PSOE-, para que ejerza una abstención que, en segunda votación y por mayoría simple, dé el Ejecutivo a Feijóo. Desde Génova ya se valoró este intento de acercamiento al partido de Carles Puigdemont, pero "siempre que estén en el marco de la Constitución" dijo días después de las generales el ahora presidente del Senado y vicesecretario del PP Pedro Rollán. Cuca Gamarra rectificó posteriormente la postura popular y cerró la puerta a cualquier negociación.
Ahora el PP reactiva esa posibilidad. Lo hace desde Gamarra, al vicesecretario de Institucional Esteban González Pons, que desliga las acciones de "cuatro, seis o diez personas" en el intento de golpe de Estado, y el coordinador general Elías Bendodo. Elegido Feijóo para intentar la investidura, el andaluz ha considerado que "un candidato tiene la obligación de acudir al diálogo parlamentario (...) y escuchar que plantea cada grupo". "Es sano y necesario en una democracia para la nuestra", apuntaba Bendodo desde Marbella este viernes, quien certificó que el PP no va "a tragar con todo" y que la Constitución sigue siendo una de "las líneas rojas".
En Vox ven sonrojante que figuras como González Pons desligue las acciones de Puigdemont de la tradición de Junts"
Si bien la partida que intenta jugar Génova tiene improbable éxito, más cuando el acercamiento entre PSOE y Junts es claro -tras la votación de la Mesa y la cesión de diputados para que cuenten los catalanes con grupo propio-, sorprende más la postura que Vox ha mantenido desde el jueves: completo silencio a que se materialice una reunión e incluso un acuerdo entre PP y Junts. Más cuando a principios de mes el secretario general de Vox, Ignacio Garriga, dijo que los 33 diputados que ostentan en la cámara no entrarían "en la misma ecuación donde esté el separatismo" para una investidura.
La reacción del también portavoz de Vox en Cataluña fue resultado de declaraciones de Bendodo idénticas a las últimas. Y sin embargo, lejos de volver a cerrar la puerta, Bambú ha obviado la cuestión. Garriga se encargó la semana pasada de dar el ultimátum previo al reforzamiento de la colaboración nacional entre PP y Vox a Génova. Un recado al PP que pasó a acatamiento, el martes pasado, de cuatro condiciones para el sí en la investidura: no contribuir al "cordón sanitario" a Vox, "respeto" hacia sus votantes, trabajar para la neutralidad de las instituciones y el funcionamiento democrático, y reivindicar los pactos locales y autonómicos mutuos.
En su comparecencia posterior a la audiencia con Felipe VI Feijóo expresó que "puede haber discrepancias y maños entendidos" con Vox. Pero tras una conversación con Abascal posterior al aviso de Garriga, "hemos aclarado los malos entendidos y valorado las discrepancias". El líder del PP, además, dio su "agradecimiento" por el respaldo de cara al debate "sin exigencias" de una coalición y de manera "coherente" al resultado. Minutos más tarde el presidente de Vox celebraba la atención a sus demandas y el inicio de una "nueva etapa" de relaciones. Pese a la versión del popular, habría pedido a Feijóo desbloquear la situación en Murcia y sí avanzar allí a la coalición, lo que dejaría en un segundo plano el intento de convencer a Junts.
División de opiniones en Vox
Ante el posible intento de negociación del PP con los de Miriam Nogueras en el Congreso, fuentes nacionales de Vox o bien no responden a la petición de un posicionamiento concreto o indican a El Independiente que "no se ha pedido nuestro opinión" sobre el asunto, ligándolo únicamente a la órbita más cercana de Abascal. Incluso por encima del Comité Ejecutivo Nacional (CEN). Frente a ese silencio, entre las filas de Vox nacionales y autonómicas hay división de opiniones en relación al asunto.
Uno de los dos puntos de vista mayoritarios manifestados a este periódico es el de la generosidad. Se reivindica que "la postura de Vox frente al independentismo es un fundamento ideológico irrenunciable", por lo que "ofrecer" los votos a Feijóo incluso bajo ese planteamiento deja claro que "el partido ha sido muy generoso". Y determinan con rotundidad que, sea cuales sean el resto de apoyos del PP, es una "responsabilidad" de su líder que no implica ninguna cesión de Vox.
Fuentes de Vox califican de patético el intento del PP y ven improbable que sume los siete escaños de Junts sin perder los suyos"
En contraste, se valora como "un auténtico despropósito" que el PP quiera intentar abrir esa vía de diálogo, y ven igual de inhabilitados a Junts que a EH Bildu. "Si para ellos es indiscutible que agrupa a los herederos de ETA, también lo es que Junts agrupa, no ya a los herederos, sino a los mismísimos protagonistas del intento de golpe de Estado del 1-O". Asimismo, esas mismas fuentes cargan contra el posicionamiento público de figuras como González Pons. "Parece ignorar que ni Puigdemont, ni Rull, ni Turrull fueron elementos incontrolados que actuaron al margen de su partido cuando, de manera sonrojante, trata de separar a la formación de lo que pudieron hacer, cito sus palabras, 'cinco o seis personas en el pasado'".
Para esta corriente del partido, "el intento de acercarse a Junts resulta patético" y estiman que será "infructuoso" para Génova. Y estiman que, pese al silencio que impera en estos momentos desde Bambú y por parte de portavoces cotidianos como Garriga o Jorge Buxadé, el devenir de los acontecimientos aclarará las cosas. "Es absolutamente improbable que el PP gane esos siete votos sin perder el envite de 33 que tiene comprometidos", sentencia un cargo nacional de la formación.
Está previsto que el PP, tal y como anunció la semana pasada Feijóo, inicie conversaciones con los grupos a partir de este lunes. ERC ya ha renunciado a un encuentro, mientras que los populares cierran la puerta a EH Bildu por cuestiones "obvias". El PNV, quien tiene la llave del éxito del PP, se sentará a dialogar pero más como un deseo de Aitor Esteban de conocer personalmente al gallego que como una predisposición de cambio de postura.
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hace 1 año
Me parece que clama al cielo que el actual gobierno diga que el PP está haciendo un «llamamiento (general) al transfugismo» porque, aducen, eso desvirtúa la voluntad popular libremente expresada en las urnas y, a la vez, cedan 4 escaños a los partidos independentistas (ERC y Junts) para que puedan formar grupo parlamentario propio. ¿Eso no es, también, desvirtuar la voluntad popular? Y, si no, que se lo pregunten a los votantes de Page o de Lambán.