Hay muchos platos que destacan entre la gastronomía española. Sin embargo, hay uno que casi nunca falta en la mesa durante los días calurosos: el gazpacho. A pesar de su sencillez, se convirtió en una estrella de la cultura de España, expandiendo su popularidad también a otros países.

Tomates, pepino, pimiento, cebolla, ajo, aceite de oliva, vinagre y pan. Estos son los ingredientes que componen la conocida sopa fría. Sin embargo, hay regiones que prefieren añadirle su propio toque individual por lo que no siempre sabe igual. Aunque hoy en día fácilmente se puede encontrar embotellado en cualquier supermercado de nuestro país. 

El calor del verano lo convierte en un plato perfecto para acompañar a la comida principal. Además, tiene una historia bastante peculiar detrás de su origen. Por este motivo, muchos ciudadanos se harán la misma pregunta: ¿de dónde es el gazpacho?

El origen del gazpacho 

Aprovechar lo que hay a mano. Así se podría describir la historia que está detrás de la creación del gazpacho. Aunque se sirve en la mayoría de las ciudades españolas, su origen se remonta a Andalucía. Más concretamente a los antiguos campesinos y jornaleros de la zona a los que se les atribuye su nacimiento. 

Aquellos aprovechaban el pan seco de días anteriores. Después de mojarlo en agua en agua y estrujarlo a mano, lo mezclaban con tomate, también estrujado, ajo machado en un mortero, sal, aceite, vinagre. Si tenían a mano algunas verduras u hortalizas como pepino o pimiento, las añadían picadas a la mezcla. 

A lo largo de los años, fueron entrando en escena otros productos, dando como resultado el gazpacho que conocemos hoy en día. Hay que tener en cuenta, que aunque hoy en día pueden parecer básicos, en su momento se llegaron a considerar “ornamentales”. Tuvieron mucha importancia las novedades que llegaban a nuestro país de América, en especial de México y Perú. 

Gracias a estos países, se descubrieron nuevas variedades del tomate, toda clase de pimientos, guindillas e incluso patata. Todos estos productos ahora forman parte imprescindible de la agricultura española. Por este motivo, la forma de preparar la famosa sopa fría varía un poco dependiendo de la región en la que se prepara. 

El gazpacho manchego de Don Quijote 

De esta forma, se fueron añadiendo nuevas culturas introduciendo otras variedades a la forma del gazpacho. En algunas zonas incluso se le añade el aguacate. A esta fruta, que también se popularizó en los últimos años, los aztecas le asignaban un valor altamente afrodisíaco.

Este plato además se menciona en las novelas de Don Quijote, aunque de una forma mucho más peculiar. Esa “Biblia” de gastronomía española menciona los galianos, también conocidos como el gazpacho manchego

A diferencia del formato tradicional, este consiste en un guiso caldoso servido caliente a base de trozos de torta cenceña manchega troceada. Suele estar acompañado por carne de piezas menores como pueden ser conejo, pollo, liebre o perdiz. Habitualmente se prepara en una especie de sartén, llamada gazpachera, y lleva también torta de pan desmigado.

De esta manera, sabiendo de dónde es el gazpacho, los ciudadanos pueden conocer la historia que está detrás del famoso plato español. A pesar de que la ola de calor de récord llega a su fin, la amada sopa fría permanece en la mesa de los españoles durante unos meses más.