Nada se espera. Nada, más allá de un cruce de reproches mutuos en un clima de enorme tensión. La reunión de Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez arranca este miércoles a las 10 horas en el Congreso sin expectativas de acuerdo, porque el propósito es imposible: un apoyo del PSOE a la investidura del líder del PP que no se producirá, y que además este reclamará después de una campaña hosca y centrada en la "derogación del sanchismo", y también después de que Génova haya repetido las "llamadas al transfuguismo", resucitando el fantasma de un nuevo tamayazo. La interlocución entre los dos grandes partidos se halla muy herida, cuando se cumple casi un año de la última entrevista de Sánchez y Feijóo: la anterior fue el 10 de octubre de 2022, cuando se vieron de urgencia para dar una salida a la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), pero esas conversaciones fracasaron y el órgano de gobierno de los jueces sigue hoy bloqueado.
Las duras palabras de este martes de la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, apenas 24 horas antes del encuentro en la Cámara baja, servían para medir la temperatura entre las dos fuerzas mayoritarias y cómo para el Ejecutivo la cita no solo no tiene sentido ninguno por la "pérdida de tiempo", sino porque llega precedida de "insultos" y faltas de "respeto" del PP al presidente del Gobierno en funciones y al PSOE que han irritado a su cúpula. La ministra calificó la investidura de Feijóo, con seguridad fallida porque no recabará más de los 172 apoyos que ya tiene —los de su partido (137), Vox (33), UPN (1) y Coalición Canaria (1)— de "paripé", "por todo el folclore que alrededor de la misma está haciendo el candidato, sabiendo que es mentira". El jefe del Ejecutivo, dijo, acude a la reunión que le pidió el líder de los populares por "respeto institucional" y por una razón de "normalidad democrática", pero con la convicción de que de allí, de ese encuentro, no saldrá ningún fruto. Con la idea de que Feijóo, continúan fuentes gubernamentales, necesita "rellenar" el tiempo que le resta hasta el debate en la Cámara baja, el 26 y 27 de septiembre, dentro de casi un mes. Un tiempo gigante en política.
La reunión anterior tuvo lugar en octubre de 2022, para intentar el desbloqueo del CGPJ. La primera se celebró en abril del año pasado, cuando Feijóo llegó al liderazgo del PP
Los populares, sin embargo, afrontan la cita, aseguran, con optimismo. Conscientes, eso sí, de que las distancias políticas entre las dos formaciones, evidenciadas a lo largo de la legislatura pasada y en el último año de presidencia popular del gallego, son insalvables. Tras optarse por que los jefes de Gabinete de Génova y de la Moncloa, Marta Varela y Óscar López, tratasen los pormenores de la cita, a las 10 horas Feijóo y Sánchez se encontrarán en el Congreso de los Diputados, territorio neutral. Será en una de las salas de una de la tercera ampliación de la Cámara, en el número 36 de la carrera de San Jerónimo. Será la tercera bilateral entre ambos: la primera fue en abril de 2022, nada más llegar el expresidente de la Xunta a la cúpula del PP, y la segunda, también en la Moncloa, en octubre pasado, para el desbloqueo del CGPJ. Pero desde entonces han chocado en varias ocasiones en el Senado y, el pasado 10 de julio, en el cara a cara en Atresmedia, en el arranque de la campaña del 23-J.
Al encuentro de este 30 de agosto Feijóo acude con, al menos, dos objetivos. El primero es incidir en la necesidad de que gobierne la lista más votada como ha ocurrido a nivel nacional en la historia democrática reciente de España, repiten fuentes del partido, olvidando que Sánchez llegó al poder en 2018, vía moción de censura, siendo segunda fuerza. El líder del PP volverá a hacer el enésimo ofrecimiento, algo que tanto Ferraz como la Moncloa y el propio Sánchez han rechazado reiteradamente.
El dirigente gallego esgrimirá su condición de fuerza más votada el 23-J, llamamiento que indigna al PSOE porque el PP le arrebató CCAA y alcaldías tras el 28-M
A los socialistas les indigna ese llamamiento porque Feijóo no ha tenido empacho, subrayan, en arrebatarles dos gobiernos autonómicos —Extremadura y Canarias— y decenas de ayuntamientos —algunos tan significativos como los de Toledo, Valladolid, Burgos o Guadalajara— después de los comicios del 28-M. "Feijóo dio instrucción a su partido para que se conformaran gobiernos donde no se respetó la lista más votada y hay presidentes y presidentas autonómicos y alcaldes y alcaldesas que no fueron la lista más votada y sin embargo legítimamente" ocupan el cargo, recordó Rodríguez.
A la reiteración de que el PP fue la fuerza más votada el 23-J, se añadirá la intención de retratar a Sánchez como componente de bloqueo para la investidura, y no la ausencia de apoyos que tiene Feijóo, limitado a tres socios en la Cámara baja: Vox, Coalición Canaria y UPN. También es una forma de justificar la necesidad de acercamiento a partidos como Junts, hasta ahora antagonista por su corte independentista.
Un "programa de gobierno" bajo el brazo
Fuentes del PP aseguran que su líder acude al encuentro con una "actitud positiva", ya que la intencionalidad y el destino de la audiencia con Sánchez es "escuchar y hablar con el PSOE". Un deseo, en definitiva, de "normalizar" las relaciones entre los dos partidos mayoritarios de España en pro de la "institucionalidad". Según esas mismas fuentes, Feijóo acudirá al Congreso con un "programa de gobierno" bajo el brazo. Y así se negociará con los grupos de manera posterior. Aunque no será Feijóo, sino Cuca Gamarra, la portavoz de los populares en las Cortes y secretaria general del partido, quien las lidere. Sin detalle de las propuestas, los principales ejes que siguen son la mejora y el saneamiento de la economía y la calidad del empleo, la regeneración institucional o la calidad de servicios públicos. Así lo relató el portavoz del PP y vicesecretario de Cultura y Sociedad Abierta, Borja Sémper, el lunes, tras la última reunión de la dirección.
El propio Sémper, horas antes del encuentro, señalaba este martes que la propuesta de Feijóo será en beneficio del "interés general" y para que el futuro del país no esté ligado a "independentistas" o "radicales". Ello expresado como crítica a la cesión de diputados del PSOE a Junts, catalogado de "mercadeo" para que puedan formar grupo propio en el Congreso. "Convendría explorar la posibilidad de que PSOE y PP superáramos nuestras siglas para encontrarnos en un punto de entendimiento". Para salir de la "trinchera", considera el político vasco.
El PP busca justificar el acercamiento a partidos como Junts al considerar un veto inédito que el PSOE no facilite que gobierne la lista más votada
En declaraciones este martes en Al rojo vivo (La Sexta), la vicesecretaria de Políticas Sociales y Reto Demográfico, Carmen Fúnez, resaltaba, además, que la investidura, a diferencia de lo que dicen los partidos del bloque progresista como Sumar o el propio PSOE, con los 172 apoyos y 178 votos en contra sobre la mesa en estos momentos, "no es una pérdida de tiempo". "Lo es bloquear, desjudicializar o hablar con Waterloo", señaló la castellano-manchega en referencia a la negativa del PSOE de apoyar la investidura, así como la predisposición de la Moncloa para apoyar una ley de amnistía a petición de Junts y ERC. Ya Sémper reiteró que, frente a los socialistas, el PP no tragaría con todo de recurrir a dialogar con los de Míriam Nogueras. De ninguna manera, además, Carles Puigdemont se contempla como interlocutor válido en Génova.
Con este nuevo ofrecimiento a Sánchez, tras el anterior rechazado en el debate cara a cara previo a las elecciones generales, Feijóo y su equipo quieren retratar a Sánchez para instalar el marco de que prefiere negociar la amnistía con Junts antes que "aceptar el resultado mayoritario del PP". Ha sido recurrente la cuestión desde finales del año pasado y conforme se acercaba el ciclo electoral, además de en generales también en localidades y autonomías. De hecho, Feijóo también alentó a los barones del PSOE, caso de Guillermo Fernández Vara y Emiliano García-Page, para que incitaran a Sánchez a aceptarlo.
El presidente en funciones, por su parte, no acude a la cita con una carpeta bajo el brazo. Entiende, explican en la Moncloa, que el orden del día ha de llevarlo quien pretende conseguir la investidura y es, formalmente, el candidato designado por el Rey. Sánchez va a "escuchar", y quien ha de convencerle, siguen en su equipo, es Feijóo, y este será el que deba explicarle su programa "más allá de la derogación del sanchismo" y el que diga qué piensa de la "apelación al transfuguismo".
Sánchez no lleva un guion bajo el brazo porque entiende que Feijóo ha de llevar la iniciativa y explicar su proyecto y qué piensa de las apelaciones al "transfuguismo"
Pero para el Ejecutivo y para el PSOE los gestos del dirigente gallego no son más que aspavientos baldíos. Rodríguez fue muy enfática en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes a la hora de contrastar la "disponibilidad e inmediatez" mostrada por Sánchez con la "actitud dilatoria" de su adversario. Así, recordó que la Moncloa ofreció al líder del PP tres alternativas posibles de reunión —martes por la tarde, miércoles o jueves— y Génova eligió la segunda. Si Feijóo sabe que no logrará cosechar ningún apoyo más en las cuatro semanas que tiene por delante, "¿para qué entonces hacernos perder el tiempo a los españoles?", se preguntó Rodríguez, quien le acusó además de "mentir" a los ciudadanos, alimentando una expectativa que no se va a producir.
Barbón y Chivite se niegan a una cita; Page, en silencio
Para los socialistas, que el jefe del PP no tenga previsto siquiera reunirse él mismo con más grupos parlamentarios, haciendo descansar esa tarea en Gamarra, es una falta de "respeto" hacia ellos. Y que quiera emprender una ronda de contactos con los presidentes autonómicos, que en modo alguno tienen voto en la investidura, responde a su empeño de "rellenar por rellenar" el tiempo largo que queda hasta el debate, dado que son los grupos los que deben facilitar el apoyo, y no las CCAA.
Urkullu y Aragonès dan portazo a una reunión con Feijóo. El jefe del Ejecutivo vasco insiste en que Vox está en la ecuación y dice que solo se vería con el gallego si es investido presidente
El PP dirige 11 de las 17 comunidades, más las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, y cogobierna en Canarias. El lehendakari, Iñigo Urkullu, y el president de la Generalitat, Pere Aragonès, dieron este martes un sonoro portazo a la pretensión del PP: no se reunirán con Feijóo. El jefe del Ejecutivo vasco recordó que Vox condiciona "sí o sí" la política del PP con unos principios que "chocan radicalmente" con los del PNV. Y solo está dispuesto a verse con él si es investido presidente del Gobierno, informa EFE. "No hay nada que hablar entre Aragonès y Feijóo", despachó por su parte la portavoz del Govern catalán, Patrícia Plaja. Algunos barones socialistas ya han adelantado su rechazo a una entrevista con el dirigente gallego: el asturiano Adrián Barbón insistió en que el abordaje de la investidura corresponde a la cúpula federal de su partido.
Igual opinan fuentes muy próximas a la máxima responsable del Ejecutivo navarro, María Chivite. "No sería muy coherente que llamase después de todo lo que ha dicho del Gobierno foral y de supresidenta. En el hipotético y remoto caso de que Feijóo llame habrá que explicarle la primera lección de sistema político español con el reparto de funciones y competencias del Ejecutivo y el Legislativo", señalan a este diario. Y desde el Ejecutivo de Castilla-La Mancha, capitaneado por Emiliano García-Page, prefieren no fijar ninguna posición por ahora.
Oficialmente, el Ejecutivo no da plazos sobre la investidura de Sánchez, pero la quiere "cuanto antes"
La siguiente pantalla es la que queda por precisar. Es la que no quiere definir el PSOE porque está sumergido en las negociaciones con sus socios. Oficialmente, no se adelantan plazos para la investidura de Sánchez que esperan en la Moncloa prospere, aunque Rodríguez incidió en la necesidad de que haya un Gobierno progresista "cuanto antes". Lo que está claro, recalcan fuentes del Ejecutivo, es que Feijóo no puede sumar ningún escaño a los 172 que ya tiene, mientras que el presidente sí podría. Queda camino por desbrozar.
Tras la reunión con Feijóo de este miércoles, no está previsto que comparezca Sánchez. Se espera que alguien de su equipo lo haga por él. Otra señal clara de que en Ferraz y en la Moncloa no confieren relevancia a la entrevista en el Congreso, que conciben como un atrezo más de una investidura abocada al más rotundo fracaso.
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