La posibilidad de negociar con Junts per Catalunya queda casi cerrada para el PP. Después de mantener un encuentro con el líder de Vox Santiago Abascal, quien es el socio preferente de cara a su investidura, el presidente popular Alberto Núñez Feijóo ha alejado la capacidad de entablar conversaciones con el partido de Carles Puigdemont, ello después de escuchar, junto a Abascal, las demandas por las que los independentistas catalanes consideran que debe pasar la investidura: reconocimiento de la "legalidad" del referéndum del 1-O, una nueva consulta y la amnistía al procés.

En una comparecencia posterior a su segundo encuentro de la ronda de consultas para la investidura, y agradecer "el apoyo sin condiciones" de Vox a la misma, Feijóo ha apuntado que "las condiciones de Junts ni son aceptables, ni asumibles, ni puedo ni quiero pagar ese precio" por ser presidente. "Me gustaría que Sánchez dijese lo mismo para defender la dignidad del país", ha añadido el popular. La cita con Abascal ya apuntaba cuál iba a ser la clave de la conversación: la validez de Junts como interlocutor político.

Dado el caso, y preguntado por si mantendrá el encuentro parlamentario previsto con la formación que lidera Miriam Nogueras en Madrid, el candidato a la investidura ha resaltado que "si la propuesta" de Junts "va a ser la amnistía, nos podemos ahorrar la reunión". Fuentes populares cercanas a Génova han insistido en ello tras la rueda de prensa: si Junts sigue situando esa cesión para el apoyo de Feijóo -o Sánchez-, la respuesta del PP será un 'no' rotundo. Ante la posibilidad de que se mantenga esa condición, Feijóo ha lamentado no poder sentarse, "porque el objeto de dos fuerzas políticas debe ser intentar entenderse". Con todo, el PP se resiste a cerrar la puerta a la derecha independentista del todo y sigue mostrando disposición a dialogar bajo la Constitución.

El PP limita dos caminos ante las altas demandas de Junts: o gobierno de Feijóo a finales de septiembre, o repetición de elecciones"

A juicio del líder del PP, la amplitud y exigencia de las condiciones para el pacto dejan a Pedro Sánchez, el presidente en funciones y secretario general del PSOE, en una posición complicada. "Tiene dos caminos" para las próximas semanas, indica Feijóo: o bien el socialista aboga por "un acuerdo nacional y de Estado" para un gobierno en solitario del PP, una oferta que ya rechazó la semana pasada pero que sigue vigente; o la repetición de elecciones. Fuentes populares, pese a todo, no tienen tan claro que Sánchez vaya a desistir de su pretensión de ser reelegido pese al escenario.

"La investidura no es una subasta de precios ni de chantajes. El fin de la presidencia no justifica renunciar al principio de igualdad", ha defendido Feijóo, que, en un distanciamiento del Gobierno y del PSOE y Sumar tras el encuentro entre la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz y Puigdemont el lunes en Bruselas, rechaza prescindir de sus "principios". "Nunca seré presidente así", disponiéndome a "anular la independencia del poder judicial y aceptando que España no ha sido democrática en 2017 -año más álgido del procés-. Para el político gallego, la mejor formula de país es que "los perdedores de las elecciones asuman su derrota" y permitan "estabilidad" frente a un plano de "profundas incertezas" y "anomalía democrática", donde peligra "la integridad territorial" y el "desarrollo económico".

Conclusiones tras el encuentro con Vox

En la misma línea que Abascal media hora antes su comparecencia, Feijóo ha resaltado la capacidad de acuerdo pese a las "diferencias" que existen entre el PP y Vox. "Hay y habrá discrepancias, es natural. Pero en momentos importantes, donde coincidimos en el diagnóstico también podemos coincidir en el tratamiento. Por encima de las divergencias mantenidas y que mantendremos, hay que anteponer la defensa de la igualdad de todos los españoles", determina Feijóo. Éste ha valorado el encuentro con Abascal como "respetuosa". "Agradezco el apoyo sin condiciones a la investidura al señor Abascal y su actitud constructiva", ha añadido. Algo que cree que se sustenta en "el reconocimiento de los resultados" del 23-J.

Abascal ha destacado que la investidura apunta a difícil, pero servirá para retratar, como la moción de censura de marzo, "lo que viene", en referencia a un gobierno más dependiente de fuerzas nacionalistas e independentistas. Su apoyo si exigencias parte de que el PP es la única "alternativa" para no ver "a los partidos independentistas subastar la unidad de la nación".