Si hay una incógnita en el seno popular y entre las filas de Bambú, esa es principalmente qué devenir habrá en lo que respecta a su "nueva etapa" una vez fracase la investidura de Alberto Núñez Feijóo, a quien le faltan cuatro votos a favor o siete abstenciones de Junts. Ambos improbables de conseguir. PP y Vox alcanzaron un acuerdo de mínimos para ese trámite: el apoyo sin condiciones nacionales al líder conservador a cambio del respeto a los de Santiago Abascal y a sus votantes. Eso ha supuesto la cesión de Fernando López Miras para que Vox entre en su Consejo de Gobierno con dos consejerías, Fomento e Interior, Seguridad y Emergencias, debajo del brazo. La última en calidad de vicepresidencia, en añadido.
Esta duda se agrava más teniendo en cuenta que dentro de ambos partidos se extiende progresivamente la idea de que habrá repetición electoral, o bien porque confían que Sánchez, pese haber sobrepasado ya líneas rojas, dicen, no ceda a altísimas exigencias como la amnistía; o bien porque entienden, más en Vox, que Carles Puigdemont estirará cualquier negociación hasta el final del plazo hábil para la investidura -finales de noviembre- y forzará la palanca de comicios para beneficiarse individualmente de su confrontación con ERC.
Precisamente, por el método de abordar la cuestión catalana Vox ha empezado a marcar distancias con el PP a la vuelta del periodo estival y el inicio del curso político. Vox, precisamente por esa posibilidad de comicios, plantea una confrontación con los populares en torno a Cataluña, basada en la unilateralidad frente al catalanismo cordial por el que se aboga desde Génova y que ha levantado heridas con parte del aparato del PP catalán de Alejandro Fernández. Y es que el tema es recurrente en Bambú, dado que fue uno de sus principales motores electorales en su irrupción a finales de 2018. Se busca un perfil de verdadero partido de oposición para, de ser posible, recuperar músculo parlamentario tras la caída de julio.
Los titubeos de Génova a la hora de plantear la oposición a Sánchez a finales del año pasado, por la derogación del delito de sedición y la reforma del de malversación, confiando cualquier rectificación y subsanación a una estancia en futuro gobierno aupó a Vox ligeramente en las encuestas entre enero y marzo de este año. También tras la moción de censura promovida con Ramón Tamames como candidato, aunque todo quedó desdibujado al agitarse la competencia electoral en las campañas electorales. Primero la de mayo para municipales y autonómicas y luego para generales.
El PP se ha adelantado a Vox en lo que respecta a la oposición de calle a la posible ley de amnistía"
Ahora, vendido Vox de cara al electorado como colaborador de Feijóo, lo que puede fortalecer nuevamente el voto 'útil' al PP, el desmarque vuelve a ser por la vía de la -posible- cesión del PSOE al independentismo para prolongarse en el Gobierno durante una legislatura más. A nivel discursivo, Vox ha empezado fuerte contra el PP, reprochándole su intencionalidad, antes de que Puigdemont esbozara condiciones, de conversar para conseguir su apoyo para la investidura. Ello dentro de la constitución, se sostiene. Que se hayan mantenido diálogos por "canales informales" y a nivel municipal entre PP y Junts solo ha incrementado esa denuncia de los de Abascal.
Vox pide al PP definirse respecto a Junts: no se puede financiar al independentismo desde el Senado y movilizarse contra él"
En las últimas comparecencias públicas de la semana pasada Vox pedía definición al PP; un cese total en su ligero aperturismo a Junts. Desde Ignacio Garriga, que pedía explicaciones a Génova y a su vicesecretario de Institucional Esteban González Pons, y afeaba que no hay nada que negociar con "quien quiere romper y dinamitar el Estado de derecho"; a Pepa Millán y Abascal.
La portavoz del grupo desde el Congreso reprochaba el jueves por la mañana la ambigüedad en el PP al respecto tras convocar un acto para este domingo 24 de septiembre: "financian" al independentismo permitiéndoles tener grupo propio en el Senado mientras se movilizan" contra él. Abascal iba más allá desde Murcia, donde acudió para la toma de posesión de los representantes de Vox en el Gobierno. Calificaba de "desorientación" la actitud del PP y reivindicaba a su partido como "el único que pone el cascabel al gato". Usaba el mismo argumentario que Millán, con todo.
Vox ha empezado a moverse en lo que respecta al ámbito parlamentario y judicial. En el primero ha pedido la comparecencia de Yolanda Díaz en el Congreso para explicar los pormenores de su encuentro en Bruselas con Puigdemont; así como el registro de una PNL que impida pactos políticos o colaboración de miembros del Gobierno con prófugos de la justicia o condenados. Previamente, solicitó al Tribunal Supremo la declaración de Díaz como aporte dentro de la causa abierta al expresident. Además, ha elevado a la UE el debate, solicitando que el Parlamento Europeo discuta sobre la situación política del país.
Ante esta oposición de despachos, y para llegar fuerte al debate de investidura, el PP ha intentado capitalizar el descontento y la oposición a la presunta disponibilidad del PSOE a aceptar la condición de Junts para apoyar un gobierno. Y mientras Vox ya planteaba internamente algún acto relevante en sustitución a su congreso anual VIVA23, que no tendrá edición este año, en enclaves como Vistalegre o Colón, ha sido Génova quien ha movido ficha en lo que a la calle compete secundando el "¡basta ya!" de su expresidente José María Aznar.
Un acto de partido que evita la foto de Colón
En paralelo a las cesiones de sus barones, que han permitido la entrada de Vox a cinco gobiernos regionales -cuatro tras el ciclo de mayo-, Feijóo ha preservado las distancias con Abascal. Ha conseguido su apoyo, pero no conlleva la entrada al Gobierno, y es temporal. El propio líder de Vox recalcó tras su encuentro con el popular en la cámara baja a principios de septiembre que la alternativa es un gobierno de Sánchez y el "golpe" a la unidad territorial, y elige la solución menos mala, bajo preferencia de elecciones. Por otro lado, aunque hay ya una primera foto entre Feijóo y Abascal, tras varios encuentros privados a lo largo de 2022 y 2023, no es vinculable a la de Colón hace cuatro años. Se enmarca en la ronda de contactos y se tiene con Sánchez previamente, Javier Esparza de UPN y Fernando Clavijo de Coalición Canaria.
El PP abre su acto a la ciudadanía o representante político, pero refuerza su contenido con la presencia de Aznar y Rajoy"
Ese deseo de seguir desvinculado de Vox técnicamente pero sin dañar las relaciones ha hecho mantener la ambigüedad a la secretaria general Cuca Gamarra esta semana en el Congreso, quien dejaba la puerta abierta a cualquier ciudadano al acto del domingo, a dirigentes de Vox, pero al mismo tiempo destacando que se trataba de una convocatoria de partido de previa a la investidura, aunque con importante espacio para denunciar la posible amnistía. Fuentes de Génova la refrendaban y solo confirmaban la asistencia de Mariano Rajoy y Aznar y el cambio de ubicación a la Avenida de Felipe II de Madrid. La presencia de la plana popular limita a Vox, quien solo asistiría, dijo Millán, si se trataba de una convocatoria para la sociedad civil.
Lo será la manifestación del 8 de octubre en Barcelona, a la que asistirán los dirigentes de Vox y, a falta de nuevas confirmaciones, Isabel Díaz Ayuso a título individual.
El PP quita hierro a las declaraciones de Guardiola
A esta confrontación marcada por Cataluña y la oposición a Sánchez de fondo, se ha añadido al cierre de la semana las declaraciones de distanciamiento de Vox baronesa popular y presidenta de Extremadura en coalición con Vox, María Guardiola. Cerrado el último rifirrafe territorial a cuenta de Murcia, Guardiola ha asegurado que su relación con Vox es "escasa o nula", abriendo una brecha de ruptura. La extremeña ya fue protagonista antes del pacto, rechazándolo y desdiciéndose tras presiones de Génova y otros barones, con las generales de fondo, y previa destitución del gurú electoral de Guardiola, Santiago Martínez-Vares.
El PP, tras la petición de rectificación de Vox Extremadura y Millán desde Madrid para evitar contar con "un gobierno débil" o directamente no tenerlo, ha salido a sofocar la polémica. Las declaraciones quedan ahí, frente al portavoz popular extremeño Ángel Sánchez Juliá. "La relación es buena. Por lo tanto, creo que se está buscando una polémica estéril, generada con un titular que puede haber sido malinterpretado, pero en ningún momento se habla de una diferencia dentro de un Gobierno", dijo el portavoz. Guardiola aún no se ha pronunciado.
La continuidad de relaciones entre populares y ultraconservadores penderá de un hilo de avanzarse a campaña electoral. Tras los anteriores comicios, Vox afeó a Feijóo haber apelado al voto útil, que a su juicio impidió sumar escaños al bloque.
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