El consumo de cemento en España está en niveles mínimos del último lustro. El mes de agosto se caracteriza tradicionalmente por una bajada del consumo de este material clave en la construcción. Pero el pasado mes cayó a niveles que no se veían desde 2017.

El sector atraviesa una coyuntura marcada por la incertidumbre política, la subida de los tipos de interés y el incremento del coste de los materiales. Y aunque en el mercado de la vivienda se habla de una especie de nueva burbuja, el consumo de cemento es un 75% inferior al de hace una década.

En agosto de 2007, en pleno pico del boom inmobiliario, en España se consumían 4,26 millones de toneladas frente a las 1,05 millones que se registraron el pasado mes. No en vano, aquel año se levantaron 641.419 viviendas, mientras que en 2022 se terminaron 89.156. Los mínimos para un mes de agosto se registraron en 2013,

En agosto de 2007, en pleno pico del boom inmobiliario, en España se consumían 4,26 millones de toneladas frente a las 1,05 millones que se registraron el pasado mes. No en vano, aquel año se levantaron 641.419 viviendas, mientras que en 2022 se terminaron 89.156. Los mínimos para un mes de agosto se registraron en 2013, con 846.512 toneladas.

Más allá de eso, el consumo registra tres meses consecutivos de caídas pese al buen arranque de año que tuvo. Aniceto Zaragoza, director general de Oficemen -la patronal de fabricantes- asegura que el descenso ha sido más acusado por "la incertidumbre política postelectoral que afecta tanto a la obra pública como a la iniciativa privada". También influye "el dato negativo de la producción industrial de junio y julio y la ralentización en la ejecución de los fondos del plan de recuperación, transformación y resiliencia".

En este sentido, expresa que la actual coyuntura se observa "con cierta preocupación desde el sector". La caída de julio y agosto supone una rebaja del consumo de 106.866 toneladas en el conjunto de los dos meses. Aunque en el conjunto del año las cifras se salvan por el buen arranque del ejercicio y reflejan una bajada de solo un 0,8%. El impulso a determinadas obras públicas en la antesala de las elecciones municipales sirvió para dar un empujón a las cifras. Pero la incertidumbre y los precios de los materiales también han dejado paradas muchas iniciativas.

De enero a agosto, el consumo se eleva a 9,8 millones de toneladas, 80.403 menos que en el mismo período de 2022. Aunque si se compara el consumo entre septiembre del año pasado y el reciente mes de agosto, la caída es de un 1,4%. El consumo total en los últimos doce meses es de 14,82 millones de toneladas, 215.713 menos que en el período anterior.

A comienzos de año, las previsiones de la patronal de fabricantes era que el consumo de este material retrocediese hasta el 3% a lo largo de 2023. En 2022 cayó ya un 0,8% cuando la previsión inicial era que creciese hasta un 5%. Sin embargo, la guerra de Ucrania y el aumento del precio de los materiales y la energía truncó las expectativas y dejó el consumo en 14,91 millones de toneladas.

No en vano, 2021 había supuesto el mejor año de consumo de cemento de la última década tras el golpe que la pandemia supuso para el sector. En 2019 se estaba incrementando el consumo pero la crisis sanitaria se llevó por delante la tendencia.

En el lado de las exportaciones, la estadística que difunde mensualmente el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo también refleja una caída de un 6,15 y un 17%, respectivamente, en julio y agosto. Entre los dos meses se pierden 108.977 toneladas enviadas al exterior. En el conjunto del año, las 3,5 millones de toneladas exportadas suponen una caída del 9,2%, con una bajada de 354.050 toneladas respecto al mismo período del año anterior. En el año móvil el retroceso es del 8,7%.