Núñez Feijóo tenía por delante un gran reto. Era no sólo su primer gran debate parlamentario en el Congreso, sino que tenía que defender su investidura a sabiendas de que le faltan cuatro votos para sacarla adelante.

Pues bien, hay que decir que el líder del PP ha superado la prueba con nota, porque ha argumentado con solidez y, a veces, con brillantez, la cuestión fundamental que se dirimía en la Cámara: el hecho de que el presidente en funciones está dispuesto a dar la amnistía a Puigdemont y a los líderes del procés a cambio de los 7 votos de Junts.

“Tengo los votos, pero no admito el precio para ser presidente”, afirmó.

No se puede ser presidente a cualquier precio.

Feijóo le tendió la mano al PSOE para romper el frentismo, pero, al mismo tiempo, cambió su tono hacia Vox. De Abascal resaltó su “patriotismo”. Esto es importante, porque parece que el PP va a actuar con Vox a partir de ahora sin complejos, sin contradicciones.

Hay la sensación en el PP (no sólo en Génova, sino entre presidentes autonómicos como Isabel Ayuso o diputados críticos como Cayetana Álvares de Toledo) de que Feijóo se ha consolidado como líder del partido y de que será en el futuro un sólido líder de la oposición. Si es que Sánchez consigue sacar su investidura.

Desde Ayuso a Álvarez de Toledo, la sensación es que Feijóo ha logrado consolidarse como líder del centro derecha

¿Qué decir de Sánchez? Actuando con un desprecio absoluto no ya al PP, sino a la Cámara y a los ciudadanos que votaron los partidos de centro derecha, lanzó al ex alcalde de Valladolid, Oscar Puente, a hacer el discurso de réplica a Feijóo. No lo hizo por cobardía, no, sino para ningunear al candidato del PP, que, por cierto, le ha ganado las elecciones. No sé cómo Puente se ha prestado a esta cutre maniobra después de que el propio Sánchez le destituyera como portavoz de la ejecutiva del PSOE… se supone que porque no transmitía bien los mensajes del partido.

Feijóo a buen seguro no logrará los 176 escaños que necesita para ser presidente, pero ha dado un paso decisivo para serlo.