"Igual esperaba Aitor que le agradeciéramos el 'no'", dicen en cuartel general de los populares tras el debate a cara de perro entre Alberto Núñez Feijóo y el portavoz del Grupo vasco en el Congreso, Aitor Esteban. Y es que Génova sangra por la herida del portazo que los nacionalistas dieron desde el minuto uno a la investidura de su jefe de filas, incluso tras anunciar Vox que no condicionaría su apoyo a entrar en un gobierno de coalición. También por su negativa inicial a sentarse siquiera con el PP para hablar de la investidura, posición que rectificaron aunque sin aproximar posturas. El paso del tiempo no ha hecho más que empeorar las cosas entre ambos partidos y todo eclosionó ayer durante el intercambio de golpes dialécticos.
La irritación de Esteban era evidente por dos motivos. Primero porque Feijóo se negó a responder directamente su intervención y la agrupó con la de la portavoz de EH-Bildu, Mertxe Aizpurua; segundo, porque no se cansó de advertir al siempre hegemónico PNV en el País Vasco que se anduviera con cuidado con los de Arnaldo Otegi, que ya les hicieron el sorpasso en las generales. Y como colofón, usó una expresión del líder peneuvista, Andoni Ortuzar, respecto al riesgo de tener el mismo destino que un pañuelo de papel. "Tengo tanto respeto al PNV que jamás lo usaría como un kleenex", le soltó.
Feijóo se acercó a hablar con Esteban en un receso del debate, pero el gesto no alivia la brecha abierta
En definitiva, Esteban, que tampoco se cortó -"usted no ha llegado, usted ha fracasado"- le afeó que la suya no era la mejor estrategia para "hacer amigos". Así quedaron las cosas hasta el pequeño receso de cinco minutos antes de la votación, cuando el líder del PP se acercó a los escaños de los nacionalistas vascos, tendió la mano a Esteban y saludó a otros dos diputados de este Grupo. Un gesto que no alivia la brecha abierta entre dos formaciones políticas que parecían condenadas a entenderse, como lo han hecho en otros momentos, eso sí, cuando no existía Vox.
Las mismas fuentes de Génova consultadas ironizan con que la relación entre ambos partidos "está mejor que con Rajoy", en alusión a aquella maniobra inopinada por la que los nacionalistas vascos apoyaron en 2018 los Presupuestos del entonces jefe del Ejecutivo y justo una semana después contribuyeron, con su voto, a echarle del Gobierno en una moción de censura que encumbró a Pedro Sánchez.
Pero desde entonces, según el análisis de los populares, al PNV "no le ha ido demasiado bien". Acostumbrado como estaba a ser un socio parlamentario prioritario tanto para gobiernos del PSOE como del PP, "ha visto cómo en estos cuatro años ese lugar lo ha ido ocupando poco a poco EH-Bildu con la ayuda de Sánchez". Y prevén que otra legislatura como "convidado de piedra" puede acabar orillándoles aún más.
Génova no descarta un pacto Bildu-PSE tras las vascas de julio de 2023
En el equipo de Feijóo especulan con el escenario que puede abrirse tras las elecciones autonómicas vascas de julio del año que viene y su repercusión en la política nacional. No descartan siquiera un pacto Bildu-PSE para la lendakaritza si Arnaldo Otegi gana las elecciones. Y en ese punto se preguntan los populares si el PNV seguiría sosteniendo a Sánchez el resto de la legislatura.
Lo de ayer fue "parlamentarismo", defiende un miembro del núcleo duro del partido respecto al reparto de tortas entre Feijóo y Esteban. "Se dijo lo que se le tenía que decir", agrega en apoyo de su jefe de filas. Así, tras la votación del próximo viernes en el Congreso de los Diputados, que no cambiará nada, estarán muy atentos al papel -"subsidiario", afirman- del PNV.
Precisamente, el País Vasco será escenario de una de las grandes batallas de los populares para el próximo año electoral. Deben abordar una renovación en profundidad del partido, que pasa por sustituir a Carlos Iturgáiz al frente de la presidencia regional, aunque se trata de un proceso pacífico y de mutuo acuerdo. La elección no es baladí. Quien sustituya a Iturgaiz tendrá que medirse en os comicios de julio e intentar recuperar el terreno perdido en los últimos años.
En 2020, Casado forzó una coalición preelectoral con Ciudadanos que acabó costando el puesto a Alfonso Alonso. Obtuvieron 6 diputados, tres menos que cuatro años antes, empatando con Podemos. Feijóo necesita mejorar esa marca. Uno de los nombres que se barajan es el del diputado nacional por Álava Javier de Andrés. La decisión no se puede demorar mucho si el nuevo líder territorial quiere centrarse en la política vasca para ir preparando las bases de su candidatura electoral.
Pendiente de un congreso regional
No obstante, De Andrés -periodista de formación- no es un desconocido en el País Vasco puesto que fue diputado general de Álava y delegado del Gobierno en Euskadi entre 2016 y 2018. La decisión final deberá tomarse en un congreso regional, pendiente de celebración al igual que el de Cataluña, La Rioja y Asturias. Una de las personas a las que escuchará Feijóo para abordar ese proceso será la de su portavoz y vicesecretario de Cultura, el guipuzcoano Borja Sémper.
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