Solo 279.191 jóvenes de 18 años han solicitado el Bono Cultural Joven en toda España, alrededor de un 55% de los posibles beneficiarios de la ayuda, dirigida a todos los que cumplan 18 años este 2023 (unos 501.575). La cifra está muy por debajo de las expectativas y ha llevado al Gobierno a ampliar el plazo para solicitar el dinero a solo cuatro días de que este venciese, de manera que ahora los interesados tendrán hasta el día 31 de octubre para completar el trámite. A juzgar por las cifras que maneja el Ministerio de Cultura, al frente de la iniciativa, cuatro de cada diez jóvenes no ha conseguido pedir el bono o no está interesado en hacerlo, pese a que la inscripción es sencilla y da acceso a 400 euros que los jóvenes no tendrán que devolver para gastar en cultura.

Ya el ejercicio pasado solo el 50% de los posibles beneficiarios se inscribieron para recibir el bono, aunque su recepción está garantizada con solo cumplir el requisito de la edad, y aun con los esfuerzos del Gobierno para aumentar esa lista: primero, se amplió 15 días el plazo de solicitud, después se simplificó el proceso para pedirlo online y por último se ofreció la opción de realizar el trámite también de forma presencial, a través de las oficinas de Correos. Este año todavía no se ha habilitado la posibilidad de solicitarlo en Correos, decisión que podría tomarse si las cifras de inscritos no aumentan considerablemente a lo largo de los próximos días.

Para que todos los jóvenes que este año cumplen 18 (es decir, los nacidos en 2003) puedan recibir la ayuda, el Gobierno incluyó en los Presupuestos Generales del Estado una partida de 210 millones de euros, la misma cantidad que destinó el año anterior. Es dinero suficiente para que lo soliciten los 510.000 jóvenes que tienen esa edad, según la Estadística de Población del INE. En ambas ocasiones, la medida ha causado controversia: ¿es lo que necesita la juventud del país? ¿No sería más adecuado dedicar esa partida a reducir el desempleo juvenil, o a otras iniciativas que se enfoquen en solucionar algunos de los problemas más acuciantes? ¿Es lícito atraer al voto joven con este tipo de medidas? El Ejecutivo justificó el gasto asegurando que tan solo se busca generar hábitos de consumo de productos culturales entre la juventud, y “revitalizar el sector cultural en España, muy castigado durante la pandemia”.

Los jóvenes pueden dedicar 200 euros (la mitad del total) a música en directo, ir al cine, asistir a los toros, museos, exposiciones y festivales; 100 euros a productos culturales físicos como libros, prensa, videojuegos y discos y otros 100 euros a productos digitales como suscripciones a plataformas musicales, de series o de videojuegos, comprar libros digitales y leer la prensa online. Además, ese dinero no puede emplearse en nada más, ya que cuando se concede la ayuda el Gobierno abona los 400 euros en un pago único a través de una tarjeta prepago virtual, que está vigente durante los siguientes doce meses y que solo admiten los comercios adheridos a la iniciativa. En caso de que el beneficiario no cuente con un móvil compatible, sí se emiten tarjetas físicas.

Los jóvenes baleares, los que menos lo han solicitado

Los datos que maneja el Ministerio de Cultura muestran cómo varía el número de jóvenes que han conseguido completar su solicitud dependiendo de la comunidad autónoma o la provincia. En general, y con datos actualizados a 27 de septiembre, en las regiones más ricas es más común que la mayoría de los jóvenes lo hayan pedido. Así, Baleares es la región donde solo cuatro de cada diez jóvenes han completado la solicitud (38%), en contraposición con los más de seis de cada diez de Navarra (63%), Castilla y León y Madrid (61%) y Asturias (60%). Por provincias, Palencia y Córdoba registran porcentajes más altos (68 y 66%, respectivamente), y Baleares y Girona, los más bajos (38 y 39%). 

Lo que no incluyen los datos, puesto que no se ha indagado al respecto, son las razones por las que los jóvenes no solicitan el bono. Algunos testimonios el año pasado apuntaban a la dificultad de completar la solicitud, que hacía que muchos interesados desistiesen a medio camino. La ayuda se puede solicitar con Clave o certificado digital a través de internet o de forma presencial con clave de registro avanzado, y también la puede solicitar un mayor de edad que represente al solicitante, del mismo modo, con Clave o certificado digital. Aun así, las solicitudes han experimentado un fuerte impulso al final de verano, ya que a principios de agosto eran solo el 35% (el plazo se abrió a mitad de junio) y ahora alcanzan el 55%.

Críticas por tratar de “comprar la voluntad” de los jóvenes

La iniciativa del bono cultural recibió cuando se anunció, en octubre de 2021, un buen número de críticas de la oposición, con el PP lamentando que Sánchez tratase de "comprar la voluntad" de los jóvenes. Sin embargo, el propio Partido Popular registró el año pasado una enmienda a los Presupuestos Generales del Estado con la que pedía crear otro bono cultural, en este caso uno "senior" para "recuperar el hábito de consumo cultural en los mayores". El planteamiento pretendía estar financiado con 10 millones de euros, según la enmienda, que no salió adelante.

Unos meses después, sin embargo, el pasado mayo, Sánchez anunció que los mayores podrían ir al cine por solo dos euros para fomentar este hábito entre los jubilados. La medida, que precisamente va a costar otros 10 millones de euros, está en vigor desde el pasado 11 de julio y todos los jubilados pueden disfrutar de ella los martes u otro día de la semana en el caso de las salas que cierran ese día, sin diferencias por criterio de renta o patrimonio, lo mismo que sucede con el bono cultural joven.