Feijóo no salió presidente, que nadie esperaba eso, pero sí salió presidenciable o presidencial, con terno de diputado antiguo, cadencia de reloj de cadenilla y librito constitucional como un catecismo laico, ahí entre macarras, colegiales y un Sánchez gamberroide y germanoide que sólo cuenta con esbirros, bulldozers y comprados. Yo diría que Feijóo, por fin, ha decidido lo qué quiere hacer con el partido, con España y hasta con su verbo, que se ha ido formando alrededor de unos cuantos ritornelos constitucionalistas, liberales y firmes, un algo de honor juramentado, de caballero con la mano en el pecho, entre cadete, naipe y fraile, y cierta revisión y actualización de la retranca rajoyista. La ironía de Feijóo tiene más puntos suspensivos, más intención y más munición que la de Rajoy, al que lo mismo le salía una ironía que un trabalenguas, un refrán de vieja con huevo de zurcir o un tiro por la culata. El galleguismo es una cosa que hay que ir atemperando, y durante los días de esta investidura yo creo que a Feijóo le ha ido pasando eso, se ha ido atemperando, acostumbrando a ese clima como de mansión entre cumbres borrascosas que tiene el Congreso.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 El inspector jefe de los 20 millones se reunía al lado de la Jefatura
- 2 Anticorrupción apoya la puesta en libertad de Aldama, que podría salir hoy de prisión
- 3 Putin dice haber usado un nuevo misil hipersónico contra Ucrania
- 4 José Luis Rodríguez Zapatero no existe, no es y no aparece
- 5 La narcolancha que mató a dos británicos en Murcia venía del taller y pertenece a marroquíes
- 6 La manta de la que puede tirar Aldama
- 7 Vídeo | Aldama: "Yo no participo en el acto del PSOE, me hacen ir porque el presidente quiere conocerme y hablar conmigo"
- 8 Arrancar miles de viñedos: la salvación que piden los viticultores
- 9 Sánchez llama "personaje" a Aldama y dice que su testimonio "es categóricamente falso": "Su estrategia de defensa es la mentira"