Pronto podríamos tener a Ada Colau de ministra de Vivienda, que uno se la imagina en su ministerio así como vestida para encalar, entre grafitera, ceramista, artista de diábolo y okupa. Según ha publicado El Periódico de España, Sumar ya está pidiendo o negociando sus ministerios, ministerios simbólicos con gente simbólica de la izquierda simbólica. Por ejemplo, Colau, símbolo de una Barcelona con luz de mechero de plástico y café de canalón, o Mónica García, símbolo de la resistencia antiayuser, avalada por una tierna épica de revolcones, como el Coyote de los dibujos. Habrá quien diga que están vendiendo la piel de los ministerios antes de cazar al oso de Waterloo, con esa cosa de Winnie de Pooh que tiene Puigdemont, pero ya digo que Sánchez ve segura su presidencia y Yolanda Díaz ve claro sus símbolos / ministerios: ese Trabajo de mural o de bronce soviético o ario, esa Vivienda de cemento estatista, ese igualitarismo de panal, o esa Sanidad como guerra de almohadas ideológica con Ayuso.

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