El exseleccionador de la selección femenina Jorge Vilda ha negado este martes en la Audiencia Nacional haber presionado al hermano de Jennifer Hermoso en el marco del 'caso Rubiales', si bien reconoce haber hablado con él para "bajar el suflé". Según fuentes presentes en la declaración, el entrenador ha expresado que el expresidente Luis Rubiales no le mandó a interceder, sino que fue por su propia voluntad y que no habló directamente con la jugadora porque la apreciaba mucho y sabía que no estaba bien, según confirman fuentes presentes en la declaración.

El titular del Juzgado de Instrucción número 1, Francisco de Jorge, ha interrogado también al responsable de marketing de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Rubén Rivera, quien viajó con las jugadoras a Ibiza y, según el relato de Hermoso, trató continuamente de que la jugadora hablara con emisarios de Rubiales. Por su parte, Rivera ha explicado que él hacía de "recadero cualificado" de la Federación y que era un mero intermediario. Según fuentes asistentes a la cita, ha expuesto que él trabajaba 22 horas al día y que no reparó en que la insistencia con Hermoso pudiera suponer una presión, sino que simplemente hacía lo que se le requería en la institución.

Vilda y el avión

Ambos están imputados por delito de coacciones, pero por hechos diferentes. La responsabilidad de Vilda se circunscribe al avión de vuelta de Sídney (Australia) hasta España tras haber ganado el Mundial de fútbol. Según la declaración de la jugadora que fue emitida en el programa Código 10 de Telecinco, fue la jugadora Misa Rodríguez la que advirtió a Hermoso de que el entrenador estaba dando vueltas por el avión buscando a sus familiares. Ellas y el staff de la RFEF iban en la parte de adelante, en la zona de business, mientras que detrás iban cientos de familiares de las internacionales. Vilda dio supuestamente varios rodeos en la cola hasta que Rafael Hermoso se despertó. "Mi hermano me dijo que les estaba dejando caer que si yo le ayuda me podía ir bien y era lo que tenía que hacer. Que al final yo había hecho mucho por estar ahí y que me convenciera de alguna manera de ayudarles. Si era lo que me había dicho a mí: 'ayúdame'", relató la deportista en la Fiscalía General del Estado.

En su declaración de este martes que ha durado algo menos de una hora, Jorge Vilda ha reconocido haber deambulado por el avión pero porque estaba pendiente de su mujer y su hijo que también está a bordo y no porque estuviera esperando a que Rafael Hermoso se despertara, como declaró la jugadora. Vilda ha exculpado a Rubiales de cualquier responsabilidad y dice que si se acercó fue a motu proprio y ha señalado que él no vio el beso cuando estaban en el estadio ni tampoco supo qué ocurrió con el polémico comunicado que la RFEF publicó más tarde.

Lo que el exseleccionador sí ha confesado fue que notó un ambiente muy distinto entre la celebración en el autobús post-partido y el viaje de vuelta a España, donde Hermoso comienza a situar las coacciones.

Las fuentes presentes en la declaración relatan que el interrogatorio de Vilda ha sido "tenso" con la teniente fiscal Durántez quien le ha pedido que se centrara concretamente en lo que ella le estaba preguntando. "No hemos venido a hablar de usted", le ha interpelado. Él ha contestado a todas las partes, mientras que Rivera se ha negado a hacerlo con las acusaciones populares.

En la jornada de este martes Vilda ha sido preguntado igualmente si no le extrañó que su sustituta Montse Tomé no convocara a Hermoso para la selección después de lo ocurrido. Según citadas fuentes jurídicas, él ha señalado que después de su destitución no ha tenido nada más que ver en ese proceso y ha achacado su cese a las presiones mediáticas.

Rivera e Ibiza

El interrogatorio de Rubén Rivera se ha centrado en el viaje a Ibiza donde tanto él como el jefe deportivo de la RFEF Albert Luque trataron de interceder en el asunto, como contó este periódico.

Rivera se ha presentado como el "hombre de logística" de la Federación y ha señalado que, incluso, compraba ropa de verano y bikinis a las jugadoras que se lo pedían. Él era una suerte de conseguidor y el que les conseguía las entradas a las discotecas y organizaba el viaje, en base a lo expuesto por fuentes presentes en la declaración. Rivera sostiene que no le extrañó estar haciendo tantas gestiones en torno a Hermoso porque "entendía que era su trabajo". Cuando alguien le llamaba, le pasaba el recado.

La jugadora contó en la sede de la Fiscalía cómo el jefe de marketing estaba insistiendo en que cogiera el teléfono al exjefe de Integridad de la Federación Miguel Ángel García Caba, quien realizó un informe exculpatorio de Rubiales. "Me comenta que tengo que hacer un Zoom, decir la verdad, decir lo que ha pasado, que el beso ha sido una tontería...", explicó Hermoso en la Fiscalía. Ella, que según cuenta no sabía ni quién era García Caba, le preguntó que si era obligatorio. "Bueno sí vas a estar obligada porque esto va dentro del protocolo de la Federación", dice que le contestó él. "Lo siento, no puedo ni darte un testimonio si me estás diciendo que no estoy obligada, o que estoy obligada de cierta manera", expresó ante la fiscal y añadió de excusa que no tenía batería en el teléfono.

Fue entonces cuando, según relata, Rivera se ofrece a cargar la batería de su móvil. En uno de los momentos del viaje Luque fue personalmente al lugar donde estaban las deportistas y el jefe de marketing ha reconocido hoy que se dirigió a la amiga de Hermoso para decirle que querían hablar con la futbolista. La amiga señaló que no quería hablar con nadie. El alto cargo de la RFEF negó también que Rubiales le hubiera encargado nada.

Asimismo, Rivera ha salido una hora más tarde de la sede judicial porque estaba cotejando los Whatsapp que había aportado el pasado viernes con varias jugadoras, incluidas Jennifer Hermoso.

Las acusaciones populares

El juez De Jorge ha abierto una pieza separada para analizar las filtraciones del caso. Según fuentes presentes en la declaración ha reprendido a todas las partes por hacer uso del material que obra en la causa y, de hecho, hace unos días retiró todos los vídeos que constaban en el sumario y transcribirá las declaraciones.

La Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional tendrá que intervenir en la investigación porque una de las acusaciones populares, la de Asociación de Víctimas de Terrorismo de la Guardia Civil, ha recurrido que se le haya impuesto una fianza de 15.000 euros mientras que a la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE) ha sido aceptada sin pago alguno.